Mundo Paralelo 11 parte: 4 apartado: D

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Mundo Paralelo 11 Parte: 4 D

Grupo B (Lestar sin apellido)

El cabezón y yo nos mirábamos sin atacar, vigilándonos mutuamente; dándonos simplemente la ventaja de atacar primero...parecía que ambos supiéramos que uno de los dos iba a caer. Él tiene ventaja, estoy solo y no tengo refuerzos; él ha atraído escuchadores nuevos con sus aberrantes gritos.

Juega con sus tentáculos, enrollándolos y estirándolos de nuevo; calentando los músculos. Por mi parte me aferro fuertemente a cada hacha, mientras por la mente me pasa livianamente que ha sido un error perder dos hachas por el camino; ahora estoy seguro que las necesitare...aunque si lo pienso bien, puede hasta salir mejor la cosa.

Paso entre las columnas, perdiéndonos de vista pequeños instantes; aunque sé que aprovechara eso para atacarme, por eso estoy alerta en todo momento. Notando los últimos rayos del sol del día, el sudor por el calor y la tensión resbalar por mi piel; haciendo que note cada tramo de vida en mi cuerpo. Los sin apellidos tenemos varias aptitudes especiales, de las que los humanos carecen y que; quizás...tendré que usar hasta la última, incluso mi astucia; para no salir mal parado.

En un momento dado frunce el ceño, desaparezco tras una columna y "zash"; ataca a la columna con gran potencia. Pero la columna a pesar de sus mil años aguanto el impacto, trozos de yeso y de pintura volaron por los aires; además de polvo. Denotando que había aguantado un impacto, pero que seguramente; no aguantaría dos impactos. No había problema alguno, había columnas para dar y regalar, suficientes; para jugar al ratón y al gato; todo el día.

Tras su primer ataque...

Me dedique a eso principalmente, jugar al ratón y al gato con él; en un atisbo de locura pensé que podría vencerlo así. Me ocultaba de sus tentáculos tras las columnas, cuando veía que iba a intentar atacarme; o cuando necesitaba un respiro. De mientras salía lanzando las hachas con la técnica secreta del clan sin apellido, para que tras el impacto retornaran a mis manos; sin embargo, no conseguía impactarle...simplemente, con sus tentáculos o pinchos girándolos más lentos o rápidos; las bloqueaba con facilidad. Vislumbre un error en su forma de luchar y como digno sucesor de mi padre, lo aproveche a mi favor; me percaté de que cuando lanzaba muchos tentáculos, tardaba un poco en recuperarlos. Entonces empecé a correr, haciendo que lanzara muchos; incluso alguno se quedó atascado en la columna que impacto. Vi la oportunidad y la aproveche, lance ambas hachas; pero solo conseguí cortar tentáculos. Tras eso, vi un brillo en sus ojos; no supe si era el reflejo del sol, un plan o una idea. Pero estaría preparado para lo que fuera a pasar y como pensaba, la batalla se recrudeció; empezó a aprender de mi forma de pelear...para mi asombro.

Cuando lanzaba sus ataques, saltaba a la siguiente columna; y cuando empezaba a recuperarlos lanzaba mis hachas. Es divertido, pero además de que empezó a atacarme al ir a recuperar mis armas, no tarde en darme cuenta; que así no lo conseguiría. Solo conseguía que moviera sus pinchos para bloquearlas, cortar algún tentáculo si le iba a impactar y lo interponía; pero tenía miles de tentáculos era algo fútil hacer eso. Cortar tentáculo a tentáculo, seria agotador y empezaba a acuciar síntomas de temprana fatiga, tensión en los músculos y; sudor, palas de sudor.

La técnica secreta de lanzamiento sin apellido, era el lanzamiento de armas arrojadizas eficazmente; con la intención de que el arma vuelva a su propietario y con simplemente un saltito, recuperarla. Pero para mi sorpresa, no tardó mucho en aprender eso y; lo uso a su favor. Todo esto había sido inútil, excepto para percatarme de lo inteligente que era, no solo yo iba aprendiendo de él; él iba aprendiendo también de mí. Y en una de estas veces que me dedique a hacer lo mismo, intento cazarme; sorprendiéndome y saliendo con vida, por puros reflejos gatunos. Comprendí entonces que como humano no lo vencería, como humano necesitaría: paciencia, fatiga y un ejército.

 Un Mundo Paralelo (Reedicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora