Mundo Paralelo 11 Parte: 5

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Mundo Paralelo 11 Parte: 5

Escuadrón de rescate, por la noche.

Primero va Black Stone, no es que sea racista ni nada; pero si alguien tiene que morir que sea él. Ya que luego por arte de magia aparecerá otra vez donde estemos o en el refugio; un metro tras el...van Javier Reyes y Alberto Tirado, ellos tienen buenos sentidos; buena orientación y pueden cazar algo de paso. Tras ellos rodeado de Luisa Docena, María Dapena y Miguel Troncoso estoy yo. Todos a un metro de distancia entre nosotros y los demás, si nos tiraran una bomba; un rayo o algo, solo moriría uno. Tras nosotros va Jet junto a Ryoko, ella no lo sabe; pero Jet además de vigilar la retaguardia...la está vigilando.

No quiero que nadie lo sepa, pero el primer tramo lo haremos por las alcantarillas; nos evitaremos muchos problemas en la cuesta de las calesas. Muchos grupos han muerto ahí, los coches pierden los frenos en cualquier momento y caen hacia abajo; aplastando lo que haya abajo sin piedad. A parte de atraer escuchadores innecesariamente por el ruido, prefiero no morir aplastado; así que una vez lleguemos a la fuente, buscaremos la entrada más cercana y para abajo.

Nada más salir del refugio, enciendo un mechero; para que los vigías sepan que somos nosotros y ellos hacen lo mismo. Todo esto no dura más de diez segundos, no queremos ser un blanco fijo ni para asaltadores; ni para monstruos. Salimos a trote, lo suficiente para avanzar rápido; lo bastante como para no hacer ruido y no cansarnos demasiado. Tenemos un largo viaje por delante, seguimos la verja de hierro, hasta llegar al antiguo puesto de control; donde ya no hay nada ni nadie. Luego cruzamos la enorme carretera, hasta la fuente; gracias al ruido que hace el grupo B, no encontramos ni un solo monstruo por aquí. Nada queda ya de la gloriosa fuente con la bandera gigante de España, solo una bandera vieja; hecha girones y manchada de sangre reseca. Ni el agua que adornaba dicha fuente, aunque la encendían solo en fiestas; ya que el agua siempre fue un bien escaso y caro. La fuente es solo un monumento viejo y reseco como los demás, un sinfín de coches; por la parte occidental tamponan la entrada a la cuesta de las calesas. Esos son los primeros que han caído, pero supongo; con el tiempo terminaran cayendo todos.

— Black, Javier; Alberto, buscad la tapa de alcantarilla – ordene por signos

— A la orden – dijo Javier y Alberto, por señas y se hicieron a hacerlo.

— Que te jodan – fue su único gesto y se desperdigo a buscar por ahí.

— Que te jodan a ti – pero ya no me estaba mirando, nos llevábamos mal; pero era muy útil...más que ese Carlos.

— Jet, comprueba que no nos siga nadie ni nada; dile a la Japo que te siga. – ordene por signos, pensando en que Carlos nos podía seguir o alguien que hubiera visto los mecheros

— Si, jefe – dijo Jet por gestos y se llevó a la Japo con él.

— Luisa, María y Miguel, perímetro de defensa – ordene por lo bajo, ya que ellos no sabían el idioma de signos; ellos asintieron por toda respuesta y se pusieron a ello.

Esta era la primera parada, ya que todos estaban haciendo algo y yo no; me dedique a planificar y observar que era en realidad mi trabajo. Primero mire hacia la cuesta de las calesas con los prismáticos de visión nocturna, después de todo ese era nuestro camino; para llegar al hospital. Algunos coches caían suavemente, otros aguantaban el peso de uno o varios coches; otros estaban de lado y por eso aguantaban incontables coches...pero cuando cayeran lo harían todos a la vez, de forma estrepitosa y liaran una buena. Los edificios de la cuesta, aunque muy antiguos; gracias a la última máquina de los militares aguantaban todos en pie. Aunque cascados y sabía que su interior estaría como nuevo, su exterior no era protegido del todo; ya que las inclemencias del tiempo seguían dándoles.

 Un Mundo Paralelo (Reedicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora