𝗘𝗟 𝗖𝗢𝗥𝗔𝗭𝗢́𝗡 𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔́𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔́𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 || 𝐊𝐚𝐤𝐚𝐬𝐡𝐢

Epílogo

Habían pasado ya 2 meses desde el ataque a Konoha. Ayane había estado viviendo en el departamento de Kakashi. Planeaban poder casarse pronto, para así volver oficial su relación.

Las cosas en la aldea mejoraban cada día, la reconstrucción estaba casi por terminar, gracias al esfuerzo y apoyo de cada habitante, tanto ninjas como aldeanos. En el ambiente se podía percibir paz y tranquilidad, sensación que desde hacía tiempo, no había estado presente. Todo parecía ir perfecto.

El sol se asomaba por  una de las ventanas del departamento de Kakashi, iluminando parte de la habitación.

Kakashi: Parece que es hora de levantarnos. –Dijo en medio de un bostezo, aún apesadumbrado por el sueño.

Ayane: Un poco más... -Giró sobre sí misma para recargarse sobre el pecho de su amado.

Al sentir el contacto desnudo y suave de su piel, Kakashi la rodeó con el brazo y la apretó contra él para sentir su calor.

Kakashi: Sólo por esta vez. –Dijo más para sí mismo, que como contestación.

La habitación volvió a quedarse en silencio.

-------

Tsunade: Shizune, necesito que llames a Ayane, hay un tema que me gustaría tratar con ella. –Apartó la vista del documento que se encontraba leyendo, para centrarse en Shizune.

Shizune: ¿Y Kakashi?

Tsunade: Por ahora, sólo llámala a ella. Quiero hablar con los dos por separado primero.

Shizune: Sí, mi Lady.

Shizune caminó hacia la puerta con Tonton en sus brazos, como de costumbre. Tsunade regresó su mirada al documento que sostenía en las manos, sin prestar atención a la salida de Shizune. La puerta se cerró.

Pasados unos cuantos minutos la puerta volvió abrirse.

Shizune: Mi Lady...

Tsunade: ¿Qué sucede? –Contestó desganada y sin levantar la mirada.

Shizune: Hay alguien que desea hablar con usted.

------

Era casi medio día, el sol se había ocultado detrás de unas nubes que amenazaban con traer lluvia acompañadas de un de una fresca y fría brisa.

Ayane sintió frío, y aún con los ojos cerrados, buscó a Kakashi con el brazo para pegarse a él. Pero no lo encontró. Entreabrió los ojos y pudo notar que la ventana de la habitación se encontraba abierta.

De mala gana, tomó una de las sábanas y se envolvió en ella, para levantarse a cerrarla, misión que se vio interrumpida por el delicioso aroma que provenía de la habitación de al lado. Casi instintivamente, giró de camino a la puerta siguiendo aquél maravilloso aroma.

Kakashi: Buenas tardes, hermosa dormilona.

Ayane: Creí que te quedarías conmigo en la cama un rato más.

Kakashi: Y lo hice, un rato de 2 horas. Quise dejarte descansar un poco más, después de lo de anoche, lo merecías. –Se acercaba a la mesa con una sonrisa pervertida, para colocar el desayuno de ambos.

Ayane: Señor Hatake, no conoces límites en la cama, eres un poco más rudo cada vez que lo hacemos. –Contestó sonrojada mientras se sentaba para comer.

Kakashi: Como si no lo pidiera a gritos, señorita Hogate.

Ambos rieron y comenzaron a comer lo que Kakashi había preparado.