𝗘𝗟 𝗖𝗢𝗥𝗔𝗭𝗢́𝗡 𝗗𝗘𝗧𝗥𝗔́𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗠𝗔́𝗦𝗖𝗔𝗥𝗔 || 𝐊𝐚𝐤𝐚𝐬𝐡𝐢

Parte 1

Era cerca de medio día, Ayane Hogate había llegado por fin a la aldea. Konoha le habría sus puertas de par en par, invitándole a ser parte de ella. En cuanto llegó, fue recibida por un par de ninjas especiales ANBU, ellos esperaban su llegada para poder llevarla ante la Hokage Lady Tsunade.

Una vez en el edificio, se apresuró a entrar a la oficina de la Hokage. 

Ayane: -Tocando la puerta-

Tsunade: Adelante. 

Ayane abrió la puerta y entró, deteniéndose frente al escritorio y haciendo una pequeña reverencia mostrando respeto. 

Tsunade: Ayane Hogate, ¿cierto?

Ayane: A su servicio. 

Tsunade: Dime, ¿cuál es la razón por la que te hayan enviado a la aldea de la Hoja?

Ayane: Bueno, me enviaron para servir como apoyo a la aldea, además de reunir habilidades que serán útiles para proteger la aldea de la que provengo. 

Tsunade: Ya veo. En el informe que mandaron mencionaron que eres un ninja de alto rango, serás bastante útil para ayudar a completar misiones. Pero dime, ¿de qué aldea provienes? 

Ayane: Lamento mucho no poder responder su pregunta pero, nos tienen prohibido revelar nuestra ubicación y nombre, cuestión de ataques pasados. 

Tsunade: Ya veo, es comprensible... muy bien, por el momento no tengo misiones que darte, puedes tomarte el día para instalarte en la aldea, ya se te ha asignado un pequeño departamento donde podrás vivir a lo largo de tu estancia en Konoha. 

Ayane: Muchísimas gracias -haciendo una reverencia nuevamente-.

Tsunade: No tienes nada que agradecer, bienvenida. Los ANBUS que te escoltaron aquí están esperando afuera, ellos se encargaran de llevarte hasta tu departamento. 

Ayane le agradeció una vez más y se dirigió a la salida, tal y como Lady Tsunade le había dicho, ahí se encontraban los ANBUS esperando por ella. En cuanto llegó a su departamento, los ANBUS desaparecieron tras una nube de humo. Su misión había terminado. 

Ayane entró a su departamento, era pequeño pero bastante acogedor. Había una pequeña sala de recibimiento, más adelante un comedor pequeño junto con una hermosa cocina integral, había un pequeño pasillo con un pequeño baño para invitados y al fondo daba a lo que sería ahora su cuarto y en el cuarto se encontraba el baño principal. Ayane estaba encantada, rápidamente se apresuró a su cuarto, tomó un baño rápido y cambió la ropa vieja que traía por su traje habitual: un top negro por arriba del ombligo sin mangas y con cuello un poco alto, un short negro a la mitad del muslo, botas militares negras y guantes del mismo color. El negro siempre hacía resaltar el gris de sus ojos y su piel blanca. En cuanto estuvo lista, dedicó el tiempo que le quedaba para arreglar sus cosas en el departamento.