Final- 1era parte

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XXVII: Himea Sakamaki


Cuando la pelimagenta volvió en sí, el rosario dejo de levitar, la luz que desprendía del mismo se apagó, y cayó sobre sus manos, con las mitades unidas.

El rosario se reparó, así como sus recuerdos, como su verdadera identidad perdida.

El rosario representaba su yo perdido, roto, la mitad separaba que faltaba

Aquellos sentimientos nostálgicos y vacios

Todo había vuelto.

— ¡AIKO! — gritó el vampiro, que desde hace unos minutos estaba intentando llamarla pero la pelimagenta parecía tan perdida que no reaccionaba, y el no tuvo otra opción que gritarle y comenzar a zamarrearla —¡QUE MIERDA TE SUCEDE, QUIEN ERA ESA MUJER, QUIEN... — más no obtuvo respuesta alguna porque la pelimagenta observaba por la ventana la luna carmesí.

— Ella ha vuelto.

— TE ESTOY HABLANDO MALDICIÓN! — proclamó atención el vampiro, ella se giró hacia él y lo observó detenidamente, definitivamente Cordelia había destruido al pequeño Ayato convirtiéndolo en un ser sádico y orgulloso, egoísta y caprichoso. Ayato no era más que un pobre niño con complejo de atención y un trauma con ser el mejor.

No era más que un títere viejo y desgastado.

Esa mujer pagaría por todo el daño que había hecho, definitivamente las pagaría.

— ¡Ayato! — el vampiro se calló, observándola con furia — Debemos volver — el vampiro estaba por replicar pero ella volvió a interrumpirlo — Cordelia está de vuelta.


***


Una bofetada resonó en la mansión: Reiji había sido abofeteado por Cordelia —quien ahora poseía el control completo de aquel cuerpo que no era suyo— luego de haber rechazado los coqueteos e insinuaciones que le hacía la descarada mujer, por el simple hecho del parecido que tenía Reiji con Karlheinz.

La mujer demonio rebeló el secreto tras su resurrección, matar a Karlheinz. Por lo cual Reiji se había mostrado bastante indiferente, sabía que Cordelia era capaz de todo.

Más no se dejó seducir por esta y la rechazó, acción que no se tomo muy bien la fémina y por consiguiente el vampiro recibió una cachetada.

— Oigan, dejen de pelear. Somos familia — interrumpió el trillizo mayor con ironía.

Como él, todos los Sakamaki comenzaron a aparecer — a excepción de Ayato — al sentir una nueva presencia en la casa, y una no muy grata.

— Ustedes no pertenecen aquí, lárguense! — ordenó el albino.

— Para hablar eres bueno Subaru — comenzó Ritcher — pero para proteger a tu madre no — el rostro del albino se transformó en una mueca de odio e ira y en menos de un suspiro se transportó hacia donde estaba Ritcher, intentando golpearlo. Pero el vampiro mayor vio esto venir y detuvo su puño, torciéndolo hacia el otro lado. El albino le amagó un puntapié pero también fue esquivado, y aterrizó en el suelo, fallando en su cometido — Ninguno de ustedes puede ser mi rival.

— ¿Estás seguro de eso? — exclamó el Sakamaki mayor, que se encontraba recostado en un sillón — tú no estás ni cerca de ser el rival de Karlheinz, la cabeza de esta familia — finalizó, levantándose de su cómoda zona de confort, y dándole una mirada serie y fría.

✝ Bloody Kiss ✝ ||Diabolik Lovers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora