SORTILEGIO

CAPITULO 5.

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Un dolor molesto se había establecido justo en el centro de mi frente desde que levante en la mañana y parecía que no quería marcharse. Linda lo había acentuado un poco más cuando se puso a cantar en el desayuno. Hablar un rato con ella me había echo sentir esa vidilla que tenía al principio, antes de todo el asunto inmortal. Era reconfortante volver a verla después de lo que pasó con Snake, me quedé dos días incomunicada del trabajo y de todo hasta mi completa recuperación. Parecía que hubiera pasado una eternidad desde aquello pero solo habían pasado muy pocos días y a pesar de que hablaba con ella a diario por telefono la añoraba.

Cierro la despensa a regañadientes. No tengo nada de comida. Estar tantos días en casa de Jude me ha despistado. Miro el reloj de la cocina y ya casi es medio día. Yoel se marcho esta mañana temprano y hasta el anochecer no volverá, y creo que si me doy prisa pillare a Linda cocinando alguna cosa.

Me apresuro al salón para coger el teléfono distraida con mis pensamientos, marco el número y el sonido impactante de un cristal romperse a mis espaldas me hace dar un respingo. Mi columna se tensa y siento punzadas en la nuca.

¿Qué ha sido eso?

Me apresuro, casi arrastrando mis piernas a la cocina con un gran nudo en el estomago, en un primer momento pienso en que se ha caído un vaso, plato…algo que haya podido colocar mal. A menos… a menos que haya sido un un…Arcán...

Oh mierda

Ante ese pensamiento aterrador mi corazón salta del pecho mientras mi mirada se dirige por la encimera y después a todo el alrededor. El cristal de la ventana esta esparcido en pedazos...roto...

...Súper roto....

Me asomo por la ventana por si algún imbécil hubiera tenido la brillante idea de tirar una piedra, pero para mi sorpresa no hay nadie, no hay personas o coches…solo el de Linda y parece todo muy tranquilo

-Uhm…

Busco el origen, la causa por la cual la ventana está rota. Una piedra, pelota…algo. Tras mirar debajo de la mesa, sillas y demás rincones llego a la conclusión de que no ha sido nada. No hay nada. Solo un cristal roto.

Paralizada por dentro cojo la escoba y me pongo a barrer todos los pedacitos de cristal. ¿Un terremoto? Imposible.

Extrañada a más no poder cojo el móvil como iba hacer en un principio y llamo a Linda para contarle lo que ha pasado. Se sorprende, (y es normal) pero me dice que no me preocupe, Víctor dará parte al seguro de la casa y vendrán por la tarde a arreglar la ventana. Con el suceso me insiste en que vaya a comer, acepto y así no me hace falta contarle mi despiste con la comida.

Me paro a pensar por unos segundos cuando recojo todos los cristales. Estoy muy tranquila, pero  si soy honesta conmigo misma me da un poco de miedo. ¿Cómo se ha podido romper el cristal de la ventana solo? Me va y me viene una idea a la cabeza….

Arcángeles... ¿Será verdad?

Me tenso de tal manera que se me paralizan todos los músculos del cuerpo y oigo una voz en mi cabeza. (Respira Lara respira). Me repite mi subconsciente porque estoy a punto de hiperventilar. Alomejor solo estoy sufriendo una fase de alucinaciones. Me he vuelto hipocondriaca de golpe haciendo que todo me afecte... los sueños, los pensamientos, la afirmación de Yoel cuando le pregunte acerca de esos Arcángeles…. Algo pasa con los seres de allí arriba y no me gusta nada.

Sin más cojo el bolso con las llaves y salgo de casa.

Hoy es viernes, y como todo viernes las chicas tendrán algún As bajo la manga preparado para matar el aburrimiento esta noche. En esta época del año tengo entendido de que hacen unos fuegos artificiales muy famosos, tanto que hasta los retransmiten por la tele...(Navidad) me susurra la mujercilla de mi cabeza mientras busca las cajas viejas con los adornos navideños, pero la detengo. Este año estoy lejos de casa y mi vida ha dado un giro enorme en cuanto a descubrimientos y capacidades. No tengo tiempo para fiestas hasta que no sepa que está pasando aquí y me dejen todo ser inmortal tranquila.