CAPITULO 11.

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Las gotas resbalan por mi frente deslizándose poco a poco por mi mejilla, mi ropa esta húmeda, todo está inmerso en la oscuridad. Solo las ondas del agua por las pequeñas gotas de lluvia al caer me dicen que estoy en el lago

¿Cuánto tiempo llevo aquí?

Escucho unos pasos tras de mí y mi cuerpo se tensa. Unas manos grandes se aferran a mi cintura produciéndome una ola de calor. Una suave brisa con olor a mar limpio y fresco me recorre las piernas y poco a poco se desliza entre mis ropas haciéndome estremecer…

-Yoel…

Tengo un impulso. Quiero girarme, quiero verlo y abrazarlo, quiero besarle pero soy incapaz de moverme.

Siento que aleja sus manos de mi cintura y que camina en círculo hasta ponerse frente a mí. Espero ansiosa su llegada y cuando lo veo me quedo sin respiración. No es Yoel quien me había agarrado de la cintura si no la sombra…una sombra oscura con forma humana está frente a mí.

Grito e intento alejarme pero no puedo hacer nada, estoy atrapada dentro de mi cuerpo y este no reacciona a ninguna de mis órdenes.

La sombra comienza a coger volumen y poco a poco parece que empiezan a surgir rasgos y colores dejándome ver que no es una simple sombra negra, si no, que hay alguien más detrás de esa oscuridad

una persona...

Cuando parece que ya casi puedo verlo, la sombra desaparece y una inmensa claridad en su lugar me absorbe pasándome a otro plano.

Cuando mis ojos miran el suelo me doy cuenta de que no estoy ya en el lago. Estoy en un precipicio y un abismo negro frente a mí.

Trago saliva y sin poder hacer nada caigo en la oscuridad.

Pego un salto de la cama y miro a mí alrededor. Mis ojos parecen estar aun viendo el precipicio y ese fondo negro absorverme pero no, estoy en mi habitación, en mi cama y siento la presencia de alguien más aquí.

-Buenos días bella durmiente, ¿otro sueño espectral?

Frunzo el ceño sorprendida al ver a Darius recostado en la muralla de la ventana comiendose una manzana. -¿Qué haces tú aquí?

-Te escuché hablar y entré por si te pasaba algo. Creo que solo estabas soñando.

-Si..-Dijo bajando la miranda pensativa. -¿Hablaba dices?

-Eso parece.-Pega otro mordisco a la manzana distraido y mira por la ventana. –Hace buena mañana.

Me quedo observándolo y suspiro.

Darius…me pregunto porque no está aquí Yoel, desde el domingo por la noche que no le veo, han pasado ya 3 días y sigo sin noticias de él...

-¿Qué pasa pequeña portadora? ¿a qué viene esa cara mustia? –Dice girándose hacia mí.

-Nada. -Me quedo en silencio y finalmente me levanto de la cama. –Voy abajo a preparar el desayuno, ¿café?

-Estabas tardando en decirlo.

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 -¡Hola bonita! Cuanto tiempo sin verte, ya me estaba preguntando cuando vendrías. ¿Has visto que mañana tan esplendida?, pocas van hacer ya así.

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