CAPITULO 21.

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-¿Creés que podrás subir a ese árbol?

Pregunta Darius mientras siento como las gotas de sudor caen por mi frente soltándose e impactando con la tierra seca.

Amaneció con sol esta mañana, y vi un buen momento para salir a correr y ver los paisajes que habían en las tierras de Jude. A parte de que me impacientaba estar en casa encerrada por las mañanas, prefería salir y estar en contacto con la naturaleza. Eso era lo único que me relajaba.  Como es claro, no podía salir sola. Alguien debía de acompañarme, pero si llego a saber que Darius me obligaría a hacer todos estos ejercicios de buena mañana jamás le hubiera dicho que me acompañara. -¿Crees que esto es necesario? Uf...

-Si, podrás subirlo, y si pequeña portadora lo és, necesitas estar en forma cuando ocurra la batalla.

-Acabamos de correr 10 kilómetros, ¿aun dices que no estoy en forma? dame un respiro..-Me inclino y apoyo mis manos en las rodillas.

-No hay respiros que valgan, ¡vamos!. -Me da una patada suave en el trasero.

- Auchhh..

-Arriba perezosa,si un Arcángel te atrapa no te dará tiempo a descansar.

 Me incorporo de nuevo hasta ponerme en pie y miro el gran árbol que hay a mi frente, pero no pienso en treparlo. Me viene otra cosa a la cabeza. -Pensaba que yo no participaría en la batalla, que los Arcángeles como Ansher bajarían a luchar contra ellos.

Se mueve por mi lado y mira conmigo el árbol.

-Ansher y los demás bajarán porque les concierne a ellos también, piensa que esos Arcángeles que van a por ti han desobedecido la ley del cielo. De todas maneras, no es seguro que podamos estar encima de ti todo el tiempo mientras transcurra la batalla, debes aprender a esconderte y protegerte tú misma.

Trago duro.-Hablas de la batalla como si fuera a empezar de un momento a otro.

-Y lo es Lara...El día menos pensado llegaran ejércitos de caídos al mando de unos pocos Arcángeles, y esos no son como cualquier caído que hayas visto. -Mira el alrededor y yo con él cuando me fijo en una cosa.

Todo campo desértico…ni una casa, ni una valla, nada que pudiera estorbar una gran batalla. La casa de Jude está muy lejos de aquí y eso  hace que me dé un vuelco el corazón. -¿Va a ser aquí la batalla?. -Intenta esconder la sonrisa. -Oh santo cielo…

-¿Por qué crees que tu guardián y Yoel te han enviado aquí? Entre otras cosas porque estas más segura dentro del escudo, pero piensa que si te quedas en tu casa y esos demonios vienen a por ti no van a tener miramientos con la gente que haya a tu alrededor, y eso implica a tus amigas. Si ellas por lo que fuera vieran algo raro y se atrevieran a ayudarte ellos las matarían. Es más seguro para todos que estés aquí.

Trago duro y pienso que sí, es mucho mejor estar lejos de ellas en estos momentos. Oh joder, siento mi cuerpo como se entumece mientras miro el alrededor…va a ser aquí…aquí habrá una gran batalla…

-¡Venga portadora! ¡Trepa ese árbol y deja de pensar!

-¿Y si vinieran aquí ahora mismo? estamos solos...Yoel y Nathael se han ido. -Mi voz se hace más pequeña a medida que sale.

Toca mi hombro. -Tranquila, no vendrá nadie ahora mismo, no son tan idiotas para venir por el día, esperaran la oscuridad de la noche y a ser posible una noche con relámpagos y truenos.

-¿Por qué con relámpagos y truenos?.-Gira y sonríe.

-¿Nunca has leído nada de batallas de Arcángeles con todos los libros que tiene Jude?

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