SORTILEGIO

CAPITULO 12.

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Mis manos se cerraron como puños mientras deseaba vehemente que hablara ya de una vez. Tomando toda mi paciencia le dejé un tiempo para pensar.

-¿El libro de Enoc dices? ¿unos manuscritos antiguos? no sé de qué me estás hablando.

-Xion, sabes perfectamente de lo que estoy hablando y los dos sabemos que te han ofrecido un trato a cambio, ¿me equivoco?

-¿Cómo sabes mi nombre? -El cuerpo del demonio se tensa por unos segundos.

-Quiero el nombre de los Arcángeles que están detrás de todo esto. Ya.

-¿Y qué te hace pensar que te lo voy a decir sin más? -Lo miro fijamente. Estoy perdiendo la paciencia.

Lo tomé por la parte posterior del cuello y lo lancé sobre mi hombro conduciéndolo hasta el suelo. Estuve a horcajadas sobre él en un segundo. Lo agarre del cuello obligándolo a echar la cabeza hacia atrás.

-¿Te lo has pensado mejor? –Pregunto suavemente pero no contesta. Sus ojos son desorbitados a la vez que parece saber a quien se está enfrentando.

Un rápido movimiento y ni siquiera ve venir el golpe contra el suelo. Su cabeza se queda grabada en el piso. Vuelvo a alzarle la cabeza.

-¡Espera espera!…tu, tu eres…-Se dibuja el terror sobre su cara y mi sonrisa se hace más que evidente. –Vale, te lo diré…te lo diré, no hace falta llegar a estos extremos… Arcángel..

-Bien. Eso es lo que quería oír.

 Malditos demonios. Se creen superiores y no son más que despojos de lo que era una sociedad celestial.  Podría matarlo ahora mismo y nadie lamentaría su perdida.

Una última advertencia sobra para que el caído empiece a hablar. Lo escucho atentamente pero en mi cabeza tengo un pensamiento que no me deja del todo concentrarme

 Lara.