Capítulo 8

3.2K 362 106
                                    

Decir que se sentía asustado era mentira, bueno, en el fondo de alguna manera sabía que se encontraba en cierto peligro. Pero miedo no era lo que lo gobernaba en ese momento, más bien sentía una vergüenza absoluta por su estado tan vulnerable.

Él no era un Omega frágil, era un chico grande que sabía perfectamente cuidarse, defenderse y resguardarse durante aquellas fechas donde su fuerza, inteligencia o pudor se esfumaban dejándolo como presa fácil para cualquiera.

Como lo estaba ahora.

─Suéltame─ repitió logrando que su voz no flaqueara, aunque su mirada no podía sostenerla en alto. Intentó zafarse del agarre de su brazo nuevamente y suspiró aliviado cuando, luego de lo que le pareció una eternidad, Tony lo soltara para dejarlo partir hacia el granero. Hacia su nido.

Los malditos calambres en su estomago estaban comenzando a fastidiarlo y ni hablar de esa molesta humedad que sentía que empapa de a poco su pantalón. Y el calor, ese sofocante calor que lo invadía a cada paso hasta que por fin llegó a las escaleras del cobertizo.

Era demasiado rápido. Y los calambres más duros de lo que normalmente eran.

Mientras subía no pudo evitar pensar en que no se había preparado para pasar su celo, que Clint estaba en el hospital y tardaría en volver para ayudarlo. Era más que vergonzoso dejar que su amigo de la infancia se encargara de él durante esas fechas, pero desde que Bucky se había ido no podía negarse a las atenciones de Clint y en algunas ocasiones de Laura cuando ella relevaba a su esposo, ahora ex esposo. Loki y Carter no podían ayudarlo porque sus presencias durante su estado solo empeoraría los síntomas.

"Alfa"

─No… nada de eso─ se reprendió por ese fugas pensamiento, no necesitaba de un alfa para pasar estos días.

Con manos temblorosas fue hacia el baúl más grande de los dos que se encontraban en el cobertizo para sacar las mantas y almohadas que lanzó sobre el colchón sin mucha delicadeza. Solo quería lanzarse y resguardarse en su nido hasta calmar un poco la ansiedad que todo el asunto le causaba. El dolor impidiendo que durmiera a pesar del cansancio que lo invadió haciendo casi imposible que abriera los párpados.

Los minutos pasaban y solo parecía empeorar su estado.

Los calambres comenzaron a convertirse en nada comparado con la sensación de fuego que sentía en su vientre bajo junto con las puntadas. Definitivamente algo andaba mal. Casi siempre cuando todo comenzaba sentía todas esas molestias hasta que se resguardaba en su nido y de apoco el calor aumentaba para dejarlo en ese estado tan penosamente necesitado en el que solo le preocupaba complacerse a sí mismo y nada más. No solo calor asfixiante y dolor.

Y no era como si su entrepierna no estuviera bastante despierta y clamando atención en ese momento, pero el calor era demasiado sofocante como para concentrarse en esa necesidad de tocarse. En realidad estaba sintiendo demasiado dolor e incomodidad, ni su primer calor fue tan intenso.

"Alfa…"

Se mordió el labio negando con la cabeza. Eran las feromonas de Stark que se encontraban esparcidas en el granero, impregnadas en su ropa, en su piel, lo que estaba causando que sufriera un poco más de lo normal.

Suspiró tembloroso antes de comenzar a sacarse la ropa, estremeciéndose cuando librado de toda prenda las mantas lo cubrieron. Era extraño pero a pesar del insufrible calor siempre se cubría con las mantas, necesitaba sentirse cubierto. Tragó saliva y parpadeó sintiendo los párpados menos pesados, pero decidió cerrar los ojos intentando e ignorar el hecho de que tenía a un Alfa cerca, uno que podía ayudarlo a pasar su calor de manera más…

Aunque eres mas de lo que puedo manejar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora