Capítulo 30

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—Felicidades— aceptó el abrazo del capataz y sonrió relajándose cuando lo soltó. —Tu madre estaría tan feliz.

Steve asiente afirmativamente, sabiendo que eso de seguro sería cierto. Deja a un lado el sentimiento amargo de pensar en ella o en la felicitación seca y tosca qué haría su abuelo por haberse vinculado con alguien a quien quiere. Todo ésto pasa en momentos importantes, piensa que ya debería estar acostumbrado. Pero se sorprende cada vez que pasa, cuando se da cuenta de que no. Sonríe una vez más cuando se despide del capataz y entra en su casa, Bucky está esperando dentro y entiende la pregunta silenciosa de su hermano cuando levanta un ceja interrogante luego de decir "Hey" como saludo.

—Tengo todas mis cosas aquí, no necesitaba traer nada— se encogió de hombros. Era una verdad a medias y era obvio por el leve rubor en su rostro que lo estaba delatando.

La verdad era que había estado pasado más tiempo del previsto con Tony, en su cama, y cuando lo notó su Alfa dijo despreocupado que no era necesario que se preocupara por llevar algo más que su billetera, identificación y celular. Steve había aceptado pensando que era cierto, tenía ropa y cualquier cosa esperándolo.

El viaje había sido tranquilo y silencioso. Nada como cuando había viajado hacía Nueva York. Loki mantuvo su boca cerrada y los anteojos puestos, sin quejarse de estar viajando en otra lata infernal (aunque ésta, por no haber viajado de imprevisto, sí tenía aire y era mucho más cómoda, además de ser un viaje directo y con solo dos paradas) o dando alguna explicación por perder su vuelo. Clint estuvo callado, algo extraño en él y sin quejarse ni una vez por su pierna enyesada. Steve sentía un ánimo bastante penumbroso, conflicto por sentir desagrado por dejar a su Alfa y a Peter y molestia por sentir aquel desagrado irracional. Tony lo había bombardeado con mensajes cada hora hasta que le contestó que estaba durmiendose y lo dejó por unas horas.

Era extraño tener la realización y no solo la idea de que iba a mudarse del hogar donde vivió toda su vida a uno donde planeaba construir su futuro.

Estaba cansado, y si se sentaba o recostaba un momento seguro dormiría.

—¿Estás bien?— Bucky lo mira con los ojos entrecerrados, supone que quedarse en la entrada sin ingresar a casa fue demasiado extraño —. Los niños están con Laura.

—Sí, solo estaba pensando mucho y muy rápido— por fin pasó, esperando que Bucky no pregunte. —¿Cómo encontraste todo?

—Bien, Jeremías se encargó perfectamente. Y los niños estuvieron preguntando por Clinton, pero estuvieron de buen humor cuando se encontraron con las ovejas y las vacas. Por cierto... ¿Qué les pasó a esas ovejas? Tienen un peinado afro o algo así.

—No tengo idea— contestó recordando que  no las había esquilado como debía antes de irse y seguro que aquel pompón en sus cabezas se había descuidada bastante.

Bien, ahí ya tenía una pequeña tarea para aclimatarse.

—Y la señora Falls quiere incrementar más verduras, huevos y leche a su pedido habitual. También preguntaron si íbamos a participar de la feria éste año.

Eso llamó su atención.

—Oh... Ella siempre hace tartas de frutas y de verduras para la feria, olvidé por completo que ella y otras familias aumentarán sus pedidos habituales. ¿Te dijo cuánto? ¿Solo fue ella?

Ellos no participaban de la feria desde hace años. Junto con Sarah hacían conservas y ofrecían hortalizas. Siguió a Bucky hacia la cocina sintiendo un poco de melancolía, pero intentando concertarse en lo que decía su hermano.

Bucky suspiró antes de apagar la cocina y quitar una olla con agua hirviendo para colar unos fideos. Steve hizo una mueca cuando lo vio verter una salsa pre-hecha de una lata ya abierta sin siquiera calentarla o ponerle condimentos, para luego comer desde la olla sin necesidad de buscar un plato.

Aunque eres mas de lo que puedo manejar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora