Había que arreglar varias cosas. Para empezar los cristales que ya debían de haber sido reemplazados. Luego la puerta, porque no había manera de lograr dormir sabiendo que la entrada de su hogar no tenía seguro y que un simple viento la abriría, como ahora mismo estaba ocurriendo. Y no debía olvidar la mesita de madera, aquella que tenía más años que él y que se mantuvo en muy buen estado todos estos años para terminar destrozada porque Clint no podía controlar su libido.
—Se durmió— escuchó a Tony decir, llamando su atención. Miró hacia la camioneta notando que Peter en algún momento se acurrucó en los asientos.
El chico realmente lo había asustado. Y cuando el susto se fuera y viera que Peter estuviera completamente recuperado tendrían una charla.
Suspiró escondiendo su rostro entre sus brazos. Luego de haber regañado a Clint y salido de su casa a la espera que hicieran lo que les pidió, se sentó cerca de la entrada usando de apoyo para sus brazos las rodillas. Tony había quedado más distanciado para evitar captar las feromonas del otro Alfa, Peter a su lado con la cara completamente roja y quejándose de haber visto demasiado. Ya habían pasado más de treinta minutos desde aquello.
—Steve— otra vez era Tony.
No levantó la vista, aún le dolía un poco la cabeza. El Alfa había estado por completo en modo protector/idiota desde que salieron hacia la pequeña clínica de su médico. Steve lo entendía, ambos estaban asustados por la palidez y el obvio malestar y dolor del adolescente. Pero no porque lo entendiera significaba que lo aceptara y agradara tener a Tony gruñendo a la pobre enfermera encargada de verificar a Peter o colocándose entre él y el doctor para que no pudiera acercarse y verlo.
—Steve— volvió a llamar Tony y Steve inhaló y exhaló aire pesadamente antes de levantar la vista y mirarlo —¿Todavía te duele la cabeza? Puedo ir por más medicamento, uno diferente.
Sí, Tony seguía en modo protector/idiota.
—Tony, solo quiero llevar a Peter a su cuarto y luego encargarme de mi casa.
Volvió a esconder su rostro. Su malestar era el resultado de la resaca, el susto por Peter y la molestia del comportamiento del Alfa.
Sintió su cara arder sabiendo que sería la comidilla para los chismosos durante un tiempo. Cuando el medico les había pedido salir del cuarto para tratar a Peter, él tuvo que tomar la mano de Tony y convencerlo de dejar al chico en manos del doctor y enfermeras. Al salir todavía estaban tomados de la mano y Tony no lo soltaba, las personas que pasaban por allí los miraban y cuando el Alfa se dió cuenta se interpuso entre él y las miradas gruñendo y diciendo que se exploraran el culo antes de mirar a su Omega.
Tony lo llamó su Omega.
Solo le faltó golpearse el pecho e hincharlo como pavo real. Y eso era lo que más le molestaba, que lo llamara "su Omega" siendo que no habían hablado sobre ser nada más que el Omega que se dejó llevar con él en una pequeña comunidad desactualizada de Texas.
¿Tony quería que fueran algo más?
Si la respuesta era un sí, entonces estaba en un pequeño dilema. Steve admitía que no solo se trataba de sexo el interés que sentía por el Alfa, había más. Su arrogancia al hablar, que era molesta y fascinante a la vez. La seguridad cuando hacía algo a pesar de que no tuviera idea de lo que estaba haciendo. Su sonrisa, la seductora y coqueta que le propinaba a él y la amable y relajada que dejaba mostrar frente a Peter. Su vómito verbal, realmente no lograba seguirlo cuando comenzaba a hablar y al parecer a Tony no le molestaba o estaba acostumbrado a que no le siguieran el ritmo en este campo. Tony Stark era una mezcla entre seguridad e inseguridades, arrogancia y amabilidad.
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Aunque eres mas de lo que puedo manejar...
RandomTony obtendrá más de lo que esperaba con aquel viaje... Tony - alfa Steve -omega *La imagen de la portada no me pertenece.