Capítulo 4

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KAROL

Al salir de la casa de Alli me sentí estupendamente bien, el idiota de Ruggero creía que me había humillado pero sus planes no resultaron como se lo esperaba y le di una cuchara de su propio chocolate.

No lo había notado, pero en el camino a casa reía maliciosamente cada vez que recordaba esa escena, si le comentara a mamá estaría riendo junto a mi, o tal vez no, pero asumiré su reacción.

Sonó mi celular.

— ¿Hola? —Dije aún riendo.

— ¿Karol? ¿Estás bien? —Pregunto preocupado.

—Si, claro. ¿Cómo no estarlo?

—Oye, conozco esa risa y no es precisamente de que te hayan contado un chiste. Dime qué sucede.

—Está bien, te diré. ¿Ya te había dicho que estoy dando clases de francés?

—No, creo que omitiste ese detalle.

—Pues si, estoy dándole clases a una chica llamada Alli y...

— ¡¿Qué?! —Dijo en un grito.

— ¡Oye! ¡No me interrumpas! Resulta que la pequeña tiene un hermano que se llama Ruggero y es un completo idiota, deberías conocerlo...

Escuche un absoluto silencio que provenía del otro lado de la línea.

— ¿Mike? ¿Estás allí?

—Si, sólo me distraje. —Dijo no muy convencido.

—Ah, como te decía, no lo soporto, y dime, ¿lo del sábado aún sigue en pie?

—Si, por supuesto, mañana te diré en donde nos encontraremos.

—Está bien, dime, ¿quién irá?

— Valen, Lio , Agus , Jorge, y claro nosotros y... un amigo.

—No hay problema, sólo espero que no llueva...

—Oh, si, ¡que no llueva! Tengo que hacer una llamada, te llamo luego, ¿si? —Dijo algo misterioso.

—Bueno, que descanses.

Mike se comportó muy raro en la conversación, supuse que estaba cansado e ignoré por completo la situación. Llegué a casa, estacioné mi auto y entre a mi dulce hogar.

— ¿Cómo te fue hoy? —Preguntó mi madre con su típica sonrisa.

—Excelente. —Grite efusiva.

— ¿Por qué? ¿Qué sucedió?

Le conté paso a paso la situación de hoy con Ruggero, ella reía por lo bajo, sabía que a ella le hacía gracia todo el asunto.

—Definitivamente eres igual que tu padre. —Afirmó.

—No, sólo me gusta divertirme con tipos como él…

Cenamos como siempre lo hacíamos, le di las buenas noches y fui a darme una ducha, nada era más relajante que eso.
Recordé que mañana no tenía que dar clases, mañana era jueves, así que iría a la casa de Agus, apuesto que allí se encontraban todos.

Me recosté en la cama y caí profundamente dormida.

A la mañana siguiente...

Desperté. Eran la 1:30pm, dormí bastante ya que era la recompensa por haberme levantado temprano esta semana, mire hacia la cocina y mi madre no estaba, supuse que se encontraría en el supermercado haciendo compras o en el centro comercial, bueno, mi madre ya esta lo suficientemente grande como para que yo me este preocupando por ella. Pero aún así lo hacía.

QUE COMIENCE EL JUEGO  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora