Vive y deja vivir.

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1 semana antes.
P.V. Dan.

La fiesta en casa fue lo más, aunque casi lo único que recuerdo es el sabor a cigarrillos de los labios del chico con el que me besé toda la noche.

Me dijo que sus amigos lo llaman Polo, así que yo le dije que entonces yo le diría Poli. También me contó que es inmigrante de Brasil desde hace cuatro años, y su acento portugués se nota. Mierda que suena tan sexy.

Según él, era muy hetero hasta que me vió. Y aunque eso es todo un halago para mí, sé que no se lo creo nada, nadie se vuelve gay de un momento para otro.

Polo tiene veintiuno, es moreno, alto, con rulos africanos, y ojos pardos. Y está bien dotado, claro.

Pero como siempre, tiene que haber un drama que arruina todo lo bonito.

Me despierto al día siguiente de la fiesta en mi cama, desnudo y sin Polo. Mi casa es un desastre, vasos y botellas rotas por todos lados. Todo está sucio y con olor a porro y cigarros. Incluso aun hay varias personas que apenas conozco, tiradas en los sillones y en el suelo.

- ¡Fuera todos, ya! - Exclamo de malhumor. Nadie se inmuta.

Samarreo a la gente y reaccionan como babosas. Malditos imbéciles borrachos.

Me toma media hora lograr sacar a todos de mi casa. Y otras 3 horas en limpiar todo antes que lleguen mis papás y mi hermanito de la casa de la abuela.

Cuando por fin termino, miro mi celular y me quedo atónito por lo que ven mis ojos. ¿Marcia y Alice besándose? ¿Qué coño es esto?

Sería de esperar ver a Leone besando a Alice, ¿Pero Marcia? O sea, es Marcia mi amiga zorra amante de los penes.

Quedo un tiempo indefinido mirando el techo y pensando en esa foto. Hasta que llegan mis papás y finjo que todo está en orden.

Más tarde llamo veinte veces a Alice. Pero salta el contestador.

- Soy Alice Young, si quieres venderme algo, pues no me interesa. Si eres Aaron, deja de llamar, palurdo imbécil. Si eres otra persona, entonces dejame un mensaje de texto, porque no pienso pagar para escuchar tu voz. Gracias.

Entonces decido llamar a Marcia.

- ¿Qué?

- Hola, buen día, amiga zorra salida del closet. Lo tenías bien escondido, picarona. - Bromeo

- ¡No soy lesbiana, Dan! Sabes que no lo soy, ese beso fue un error, fue producto del alcohol, pero no significó nada. Dios, sabes cuanto me gustan los hombres. Todo el mundo lo sabe, yo lo sé.

- Sí vale, pero Alice debe estar devastada. No quería que nadie supiese su lesbiandad, y menos de esa manera. Estoy preocupado por como va a reaccionar, tengo miedo que se haga daño o le agarre alguna manía nueva. Estoy seguro que esto será como una patada en los ovarios para ella.

- Problablemente. - Su voz se oye distante.

Se hace demasiado lento el tiempo hasta que por fin llega la tarde y voy a casa de Alice.

El viaje hasta su morada es largo, el colectivo tarde casi veinte minutos en dar el recorrido. Y pienso con una sonrisa la primera vez que Alice subió a uno.

La rubia junto con su nuevo amigo, suben al colectivo, y es la primera vez de ella. De alguna manera, la rubia, desde la perspectiva de su amigo, tenía manías exageradas. Entre ella estaba el asco a los colectivos o cualquier cosa que se comparta. Pero él logró convencerla que suba por primera vez.

Everything is perfect nowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora