Palabras sinceras, palabras que duelen

359 34 8
                                    

- No sabía que habías invitado a tu amiga la rara del alcohol en gel. - Le dice Tomas a Marcia al verme acercándome.

Están aspirando ¿tiza? Ah no, creo es cocaína.

- No le dije que estamos aquí...

- Ahora tendremos que matarla. - Dice con seriedad el chico camello.

Todos ríen menos yo. ¿Habla en serio?

- No pasa nada chicos, no es una niñata. La llamé yo. - Intenta arreglar Leone.

- Pensé que odiabas las drogas, Alice. - Dice Marcia asombrada.

- Las odio. - Afirmo. - Sólo quiero hablar contigo, Marcia. Y tranquilos, no voy a mandarlos al frente.

- Mas te vale... - Dice Tomas con una sonrisa aterradora en su rostro.

Me alejo con Marcia, un poco horrorizada. Vamos donde estaban Dan y Dina, fuera del patio prohibido, pero ahora el lugar está vacío.

- ¿Qué te pasa, Marcia?

- Nada, Alice. - Sonríe.

- ¿Estás ofendida conmigo por lo que te dije en la fiesta? - Voy al grano.

- No, ya lo olvidé, no pasa nada. - Sigue sonriendo.

- Vale, ¿Esperas que me disculpe? Pues lo siento. Realmente no sé porque te dolió lo que te dije, porque es la pura verdad pero me suelen decir que digo cosas que no debo decir y probablemente lo que te dije no tenía que haber dicho. Y no quiero que nuestro grupo se disuelva, Dan y Dina te extrañan...

Me mira sin decir nada.

- Yo también te extraño. - Digo avergonzada.

- Nunca pensé que escucharía algo dulce viniendo de la voz de Alice Young. - Ríe.

- Ya, ¿Puede volver todo al normalidad?

- Mira Alice, el primer día después de la fiesta sí, no me junté con ustedes por lo que me habías dicho, estaba furiosa. Pero ya no. Lo cierto es que me agradan mucho Tomas y Marco.

- ¿Marco? - Pregunto.

- Sí, Marco, el que dijo que deberíamos matarte. - Ríe.

- Entonces así se llama el chico camello. - Pienso en voz alta.

- Sí...

- ¿Y Leone estaba drogándose con ustedes?

- ¿Qué tiene que ver eso? - Pregunta extrañada.

- Sólo contesta.

- No, es la primera vez que va al patio prohibido con nosotros. Llegó unos pocos minutos antes que tú, y estaba hablando algo con Marco, pero hablaban muy despacio y no entendí nada.

- Como sea. Marcia, ¿entonces nos abandonas por unos yonkis, a nosotros, tus amigos de toda la secundaria?

- No, Alice, no te lo tomes así.

- Es lo que quisiste decir. Por favor piensa, ellos sólo van a arruinar tu vida.

- Suenas como la madre que no tengo. - Dice con una sonrisa triste.

De repente, siento mucha pena por Marcia. Y me sorprendo a mi misma por sentir empatía alguna.

- Marcia, es en serio, ellos son sólo unos yonkis, tú eres más que eso. Tienes potencial para muchas cosas, las drogas sólo te hacen un inútil dependiente.

- ¿Potencial en qué? ¿En ser puta? Porque sí te refieres a eso, puedo ser una excelente puta drogadicta. - Ahora ya no tiene la sonrisa en su cara.

Everything is perfect nowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora