capítulo 8

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Narra Mark

Estaba apunto de llegar al colegio de mi hermana cuando de pronto vi a una chica que se me hizo muy conocida. La mire y la reconocí. Era Beatriz, la chica que conocí en el avión de camino a los Angeles. La vi sentada en un banco con sus maletas y con una expresión de tristeza. Decidí parar y preguntar si estaba bien.

-¿Beatriz?

Ella me miro y de sus hermosa ojos salieron lagrimas. Algo le había pasado.

-¿estas bien?

-¡oh, Mark! - se levanto y me abrazo.

Me sentí un cómo incomodo ya que alguien nos podría ver y reconocer

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Me sentí un cómo incomodo ya que alguien nos podría ver y reconocer.

-me alegra encontrar a alguien. - dijo llorando.

-¿que ha pasado? - dije separándome de ella.

-no tengo  donde quedarme. Perdí mi billetera y no conozco a nadie.

Pensé en que la podía ayudar pero nada me venía a la cabeza. Lo único que podía hacer era llevarla a un sitio tranquilo y seguro.

-Ven conmigo. Te llevare a una lugar tranquilo. Si seguimos aquí nos cogerá la lluvia. -Ella asintió.

Subí sus maletas en el coche, luego subió ella y finalmente yo. Decidí llevarla a una cafetería cerca del colegio. Cuando llegamos pedimos dos cafés. Beatriz se había tranquilizado.

-¿estas mejor?

-si... gracias. Enserio eres increíble. Estaba sola y tenia miedo.

-no te preocupes.

A medida que íbamos hablando Beatriz volvía a sonreír. No sabia que teníamos la misma edad, teníamos los mismos gustos, el mismo estilo... éramos muy parecidos.

-oh, esta lluviendo. Creo que será mejor que nos quedemos aquí.

Me siento a gusto estando con ella. Me hacía olvidar muchas cosas en especial de Noa.

¿¡Noa!? !Mierda!

Mire el reloj y ya habían pasado tres horas. Luego recordé que ella me dijo que no pasará a buscarla que prefería ir caminando así que espero que haya llegado bien.

Narrador omnisciente

Nora llevaba dos horas entrando. Sus compañeras de rítmica ya se habían marchado a casa. Era la única que continuaba entrenando.

-TN, ¡Basta! Por hoy tenemos suficiente.

La muchacha no obedeció y siguió con su entrenamiento.

-Noa ya basta. - la chica seguía su ritmo. - ¡Noa! ¡Basta! - grito y la chica se detuvo - ¿que te pasa? Te noto extraña.

-lo siento... - dijo mientras intentaba respirar.

Enamorado de mi hermana Pequeña (Mark Tuan) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora