Me desperté tarde, o al menos pensaba que era tarde porque entraba demasiada luz por la ventana. Me costó varios segundos darme cuenta de que no estaba en mi cama, pero un olor muy familiar me envolvía por todas partes. Tardé otro tanto en darme cuenta de que estaba sola, oh que novedad, como si el guaperas de turno me daba los buenos días alguna vez.
Me levanté de la cama y cogí la sudadera de Aiden, que me había prestado el otro día y me la puse. Antes de salir de la habitación y enfrentarme a la casa que desconocía, cogí mi móvil. Tenía varias llamadas perdidas de Clara. ¿Pero qué? ¡Eran las dos de la tarde!
Rápidamente abrí el chat de Clara, tenía varios mensajes:
"Lynn, te has dormido?"
"Estoy tocando la bocina como una desesperada delante de tu casa. Hasta los vecinos se han despertado"
"Lynn no te espero más voy a llegar tarde"
"Lynn dondeeee estaaas?"
"Aiden tampoco ha venido a clase, os habéis fugado juntos?"
"Oh es eso verdad?"
"Lynn llámame para saber que no te ha secuestrado y vendido tus órganos en el mercado negro"
Me reí de esto último. Rápidamente marqué el número de Clara. Lo cogió enseguida.
—¡Lynn! ¿Dónde estás? —gritó.
—Hola, Clara, pues...
—¿Con Aiden? Lo sabía. ¿Dónde habéis ido? ¿Os habéis fugado? ¿Os habéis casado en Las Vegas? —inquirió ella sin dejarme hablar.
—¡Clara! —la interrumpí —. Sí, he estado con Aiden, y necesito que me cubras. Le voy a decir a mi madre que estoy contigo y que comemos en tu casa —dije—, porfa, porfa...
—Claro no hay problema —dijo Clara—, pero como te hayas casado sin haberme invitado a la boda...
—Clara —dije entre risas—, hablamos luego, ¿vale?
—Vale, pero quiero todos los detalles —dijo.
Nos reímos y colgamos la llamada. A parte, también tenía unos cuantos mensajes de Dani. Uno de ellos captó mi atención.
"Oye, Lynn, ¿qué pasa entre tú y ese Aiden?
No le iba a contestar de momento. A decir verdad, yo tampoco sabía lo que pasaba entre Aiden y yo. No estaba segura de que su cosa lobuna era propiamente una relación.
Bajé las escaleras sigilosamente; había gente hablando en el piso de abajo. Eran Liam y Aiden. Me quedé parada en el último escalón y escuché con atención.
—... ¿y entonces qué harás? —capté decir a Liam—, ¿Qué haremos nosotros? ¿Lo has pensado, Aiden? —Liam parecía enfadado.
—¿Y esa es tu solución? ¿Qué le haga esto? —preguntó Aiden intentando mantener la voz baja, pero su enfado era más que perceptible—. ¿Se lo harías tú a Lucy?
—Es diferente —dijo Liam.
—No, Liam —dijo Aiden—, es humana, y así es como tiene que ser, yo no elegí que fuera humana...
—Pero, morirá Aiden. Vas a dejarla morir. No hoy, ni mañana, pero en unos años... y después tú...
—¡Eh, rubia! —gritó alguien desde detrás—. ¿No te han dicho que espiar las conversaciones ajenas es de mala educación?
Me llevé la mano al corazón esperando que tuviera un correcto funcionamiento después de este susto. Era Lucas. Me miraba con una sonrisa. No puede decir lo mismo de Aiden, cuando él y Liam se dieron cuenta de que estaba allí. Aiden vino velozmente hasta mí y me agarró de un brazo. Tiró de mí.
—¿Qué has escuchado? —preguntó serio.
No contesté. ¿Estaba enfadado?
—¿Qué has escuchado, Lynn? —repitió con un tono de voz más irritado.
—Nada —dije.
Me soltó.
—Ha escuchado todo —me delató Lucas sin que la sonrisa de la cara se le fuera.
Fruncí el ceño y le miré.
—Oh, muchas gracias, Lucas —le dije con sarcasmo.
Lucas se rio. Este chico estaba siempre feliz, pero desde luego no es a quien llamaría para que me cubriera las espaldas.
Aiden se dio media vuelta y se dirigió hacia lo que parecía la sala de estar y se dejó caer en uno de los sofás. Se frotó la cabeza con frustración. Corrí detrás suyo.
—Lo siento, ¿vale? No pretendía escuchar es solo que... siempre vas con ese tono misterioso y dramático y es muy difícil sacarte información —protesté.
Aiden me miró.
—Te dije que te contaría las cosas —me recordó.
—Me las contarás a tu manera, Aiden —dije—, ¿qué es lo que no quieres que sepa? ¿Qué significa que moriré algún día? ¿Acaso sois... inmortales o qué? –preguntó esperando que me lo negaran.
Pero ahora tenía a los cuatro hombres lobo en la habitación mirándose nerviosamente entre ellos. Vale. Así que Aiden era inmortal. Genial.
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I M P R I M A D A [TERMINADA]
Hombres LoboY de repente... ella. Miré su rostro y... solo estaba ella. Su risa resonaba en mis oídos una y otra vez. Su sonrisa se me había quedado grabada en la memoria para siempre. Jamás en mi vida había sentido algo así. Nunca hasta ahora había visto a un...