Me despertó la bocina del coche de Clara como cada mañana de clase. Mierda. Hoy era lunes.
Aiden estaba profundamente dormido a mi lado. Comencé a sacudirle violentamente.
—¡Aiden! —grité sin miedo, pues mi madre ya se habría ido a trabajar—. Despierta, nos hemos dormido.
Me puse una sudadera y bajé corriendo las escaleras. Abrí la puerta de la entrada.
—Clara, mejor ves tirando, Aiden y yo no hemos dormido —le dije.
Ella no contestó. Subió la ventanilla de su coche y arrancó el motor. Se fue. Me quedé unos minutos mirando en la dirección en la que había desaparecido. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué se había ido así?
Volví a subir a casa. Aiden estaba listo. Recogí mis cosas.
—Te llevo a clase y luego me voy —me dijo.
—¿Qué? —pregunté indignada entrando en su coche.
Aiden suspiró.
—Es lunes y tengo sueño —protestó como un niño pequeño.
—Si te pido por favor que te quedes, ¿lo harás? —pregunté poniendo cara de perrito.
Aiden se rio.
—Depende de cómo me lo pidas.
Me acerqué a él y le pasé una mano por detrás de cuello. Puse mi mejor carita de pena.
—Por favor, Aiden, no me dejes sola —dije.
Aiden se me quedó mirando unos cuantos segundos. Se apartó de mí.
—Tú siempre consigues lo que quieres, ¿no? —dijo riendo.
Sonreí victoriosa.
La mañana de clases había sido de las peores de mi vida. De verdad que si no fuera por Aiden me habría ido. No le había contado que Clara estaba enfadada conmigo. Nuestra discusión había sido de lo más extraña.
—Clara, luego me vuelvo contigo, ¿sí?
—Que te lleve Aiden —había sido su respuesta.
Miré a mi mejor amiga sin saber qué se le pasaba por la cabeza.
—¿Estás enfadada conmigo?
Ella se paró en seco. Me miró a los ojos.
—¿Te sorprende? ¿Vas a contarme qué coño está pasando o vas a fingir que estás muy ocupada incluso para contestarme a los mensajes?
—Clara, es que no puedo... contarte —había intentado explicarle.
—Pues avísame cuando puedas —fue lo último que dijo antes de irse a su siguiente clase.
Estaba explicándole esto mismo a Dani. Pero claro, Dani llevó el asunto por otro lado:
—¿Entonces tú y ese Aiden estáis saliendo? —quiso saber.
Le miré a la cara muriéndome de culpabilidad. Por una parte, me sentía mal porque no quería hacerle daño, pero era mi mejor amigo y también me hacía sentir mal si le mentía.
—Bueno... tenemos... algo.
Había sido una respuesta de mierda. ¿Pero cómo se lo explico sin hacerle daño?
—Vamos que te folla —dijo Dani cabreado.
—¡Dani! —exclamé.
Se dio media vuelta para irse, pero yo le agarré del brazo.
—Déjame en paz, Lynn —dijo y sacudió mi agarre.
Iba a contestarle, a decirle que no tenía ningún derecho de enfadarse conmigo, pero Aiden apareció de la nada. Y se colocó de manera protectora delante de mí. Puse los ojos en blanco. Juro que era la persona más sobreprotectora del mundo.
—¿Algún problema? —preguntó dirigiéndose a Dani.
—Alguno que otro —dijo mi amigo—, pero paso del tema.
Se fue.
Aiden me miró como pidiendo que le explicara lo que había pasado.
—No quiero hablar de esto —dije y me dirigí hacía la salida del instituto.
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I M P R I M A D A [TERMINADA]
Hombres LoboY de repente... ella. Miré su rostro y... solo estaba ella. Su risa resonaba en mis oídos una y otra vez. Su sonrisa se me había quedado grabada en la memoria para siempre. Jamás en mi vida había sentido algo así. Nunca hasta ahora había visto a un...