Acosado Por Un Psicópata [BL]

Capítulo 16

Mis manos, que fueron desatadas, se encontraban magulladas por el constante forcejeo al intentar liberarme. Sin embargo, mi atención no estaba en mis doloridas muñecas o mi lastimado rostro sino en la persona que me miraba completamente preocupado.

—¿Estás bien? ¿Te duele alguna otra parte?—su voz era suave y gentil, como si intentara calmarme—. Déjame ayudarte a vestirte.

En el momento que sus manos se acercaron a mi cuerpo, comencé a temblar inconscientemente al recordar lo que Gilbert había hecho.

Jack, al notar mi estado, acerco mi cuerpo a sus brazos y acarició mi espalda lentamente.

—No tengas miedo, estoy aquí para ti —comentó, besando mi frente mientras me consolaba—. Ya no te hará daño. Nunca volverá a aparecer frente a ti, me aseguré de eso.

Al escuchar sus palabras, mi mirada se dirigió al lugar donde se encontraba el cuerpo de Gilbert. Su pecho estaba bañado de sangre que salía por los lugares en los que fue apuñalado, su rostro con una expresión de resentimiento incluso muerto.

Jack movió mi cabeza a su pecho, ocultando la vista del cadáver.

—No lo veas, es algo desagradable —susurró, acariciando mi cabeza—. Dejame buscarte ropa para que te vistas.

Asentí a sus palabras y me alejé de sus brazos aún cuando no quería soltarlo. Me sentía seguro a su lado, pero no podía quedarme desnudo por lo que dejé que me buscara algo para vestir.

No despegué mis ojos de su lado hasta que lo vi acercarse con una nueva prenda de ropa.

Jack me pidió que lo dejara vestirme, y como aún no tenía mucha energía por lo que acababa de pasar, acepté. Mi rostro enrojeció al dejar que me ayudara a ponerme la ropa interior primero, y pude notar como sus mejillas y orejas también enrojecieron mientras intentaba no mirar mucho mi cuerpo.

Luego de vestirme, Jack quería ir a buscar pomada y vendaje para mis heridas pero no lo permití. Nuestra prioridad debe ser salir de la casa, aunque aún no sabemos qué sucedió con William o Drake, era lo mejor.

Estaba por decirle que buscáramos ayuda apenas salgamos cuando note mi celular en el suelo.

Al recogerlo, me di cuenta que tenía unos mensajes.

"No tienes permitido actuar cariñoso con nadie que no sea yo. Si me entero que has hecho algo mientras no estaba, no sé qué terminaré haciendo."

La forma en la que estaba escrito este mensaje me hacía darme cuenta que Gilbert no era el acosador, y tampoco podría ser Jack ya que hubiera revelado su identidad en el momento en el que llegó.

Eso solo dejaba a dos personas: Drake y William.

En el momento en el que pensé eso, escuche como unos pasos apresurados se acercaban a la habitación.

—¡Basil!—Drake, quien entró a la habitación y me vio, se acercó y golpeó con fuerza a Jack, tirándolo al suelo.

Mi mano fue agarrada y, en el momento en el que recobre el sentido, me arrastró fuera de la habitación.

—¿D-drake?

—Basil, ¿te encuentras bien? ¿Puedes seguir caminando?—preguntó mientras me guiaba hasta la sala de estar, solo deteniéndose cuando mis piernas tropezaron y casi caía al suelo.

Sus manos me sostuvieron, acercándome al sofá para sentarme mientras me rodeaba en sus brazos.

—Tranquilo, todo va a estar bien. No dejaré que nada malo te pase —su voz era firme, como si estuviera haciendo una promesa.

Quería creer en sus palabras, creer en él como creía en Jack, pero mi padre aún se encontraba retenido por el acosador y no podía confiar ciegamente al saber las consecuencias de equivocarme.

En ese momento, algo parecía haber caído en dirección de la cocina, atrayendo la atención de ambos.

—¿Basil?—William salió apoyado en la pared de la cocina. Parecía estar algo mareado mientras intentaba acercarse a mi lado solo para ser detenido por Drake.

—Mantente alejado de Basil, desgraciado.

William ignoró sus palabras y continuó acercándose, solo para ser golpeado por Drake quien se acercó enfadado a él y lo empujó hacia la pared.

—¡Drake!—Su repentina acción me tomó desprevenido.

La situación era peligrosa, pero me encontraba demasiado débil para intentar algo. No sabia que hacer, por lo que solo podía acercarme a su lado para rodear mis brazos en su cintura y apoyarme en su espalda en un pobre intento de detenerlo.