Natalie

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Las chicas de la Cabaña Tres habían salido después de la inauguración rumbo al Lago Crystal, y en poco tiempo ya habían llegado.

El lago era tan hermoso como grande. Se trataba de una larga extensión de agua que iba desde las cabañas hasta el otro lado del bosque. Natalie ya había ido al Campamento todos los años anteriores, y nunca se cansaba del hermoso paisaje.

Sin embargo, la belleza del lago no era nada comparada con la de Hazz. La jóven aún no comprendía que era lo que tenía aquella chica para exaltarla tanto, pero no quería dejar de sentirlo. Natalie nunca había sido tan feliz como lo era cuando estaba con Hazz, y aunque ella no le fuese a corresponder su amor tampoco tenía intenciones de declararse. Al fin y al cabo ella era la hija de Charles Crystal, y debía mantener una buena imágen.

      —¡Nat! —gritó una voz detrás de Natalie, antes de que Hazz corriera apresuradamente hacia ella— ¿Te meterás al agua?

      —No. Es decir, se supone que no debemos nadar hasta que nos den permiso. Tendremos todo el verano para mojarnos...

Hazz no la dejo terminar. Antes de que Natalie pudiera esquivarla, la jóven avanzó con decisión hacia ella y la agarró por la cintura, para luego caminar al lago.

      —¡No! Ni se te ocurra... Hazz, por favor, no quiero mojarme...

Ella soltó una risa, y sorda a sus suplicas se acercó a la orilla del lago y dejó caer a Natalie.

Al instante, la chica de ojos azules sintió como su ropa mojada comenzaba a pesarle cada vez más hasta hundirla, y ni lenta ni perezosa se apresuró a buscar venganza.

      —¿Que haces?  —gritó Hazz, luego de que Natalie le rodeara las piernas con sus brazos—. No...

Sin parar de reír, Natalie levantó a su compañera y la sumergió con fuerza bajo las aguas del lago. Unos segundos después la dejó respirar, pero sin soltarla ni por un momento.

Hazz se volvió hacia ella para dirigirle una mirada furiosa, a la cual le siguió una sonrisa.

     —Vas a sufrir, Natalie Crystal.

Ambas chicas se miraron dispuestas a comenzar una intensa pelea dentro del lago, pero para su desgracia justo fueron descubiertas por Katia.

La guía solo las miró a ambas con reprobación antes de hablarles.

      —Más vale que tengan una buena excusa para esto —exclamó mirando primero a una y después a la otra, para finalmente dirigirse a Hazz—. Tú eres nueva y no conoces las reglas, así que lo aceptaré... Pero Natalie era consciente de que no pueden meterse al lago aún, y no la dejaré sin castigo. Le corresponderá una sanción.

Ante estas palabras la Natalie de siempre se habría aterrado, e incluso le habría suplicado a Katia para que no la sancione... Pero en ese momento la joven solo podía pensar en la chica que tenía a su lado y sobre lo hermosa que era. Mientras Natalie tuviera a Hazz no le importaba cuantas sanciones tuviera...

Crystal: El Campamento Para ChicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora