Crystal: El Campamento Para Chicas

Natalie

Natalie Crystal había llegado a la tercera cabaña, y había comenzado a entablar amistad con Hazz.

Ella aún no comprendía lo que sentía por la hermana de Lash, pero sabía que algo le provocaba.
     —¡Oye, Nat! —Natalie se volvió hacia Hazz, quien se había sentado en la cama del frente— Deberías hablar con mi hermana. Creo que la primera vez que hablaron realmente la lograste ayudar, y que solo necesitas hacerla comprender que tu quieres ser su amiga.

"Yo solo te quiero a ti" pensó Natalie. Ella sabía que prefería la compañía de Hazz antes que la de su hermana mayor, pero no se sentía capaz de negarse a un pedido de Hazz.

     —De acuerdo... Lo haré.

Hazz sonrió, mientras se acercaba a Natalie.

     —Bueno... ¿Que quieres hacer ahora, Nat?

Esta sonrió; no sabía porque le provocaba tanta alegría que Hazz la llamara por ese apodo, pero definitivamente le gustaba.

      —Podríamos irnos a algun lado —le sugirió, mientras se levantaba de la cama—. No se tu, pero a mi me dieron ganas de visitar a tu hermana.

Lash la miró, evidentemente sorprendida por la propuesta de Natalie.

     —¿Estas segura? Se supone que debemos quedarnos aquí, y no tengo ningun interes de desobedecer a Katia el primer día.

     —Tonterías. Llevo años viniendo a este campamento, mis padres son los dueños, conozco a Katia... No nos pasará nada malo si nos atrapan, y creeme que no lo harán.

Hazz no parecía convencida.

     —¿Que es lo peor que nos puede pasar si nos atrapan? —preguntó, con inseguridad—. Es decir... ¿No puede ser nada muy grave, verdad?

Natalie se detuvo a pensar por un momento.

     —Como tu eres nueva, lo máximo que podrían hacerte es advertirte —le dijo, y tranquilizando a Hazz—. En cuanto a mi, probablemente me castiguen en mi casa de alguna manera.

Hazz la miró, decidida.

     —De acuerdo... —dijo Hazz, mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia la puerta—. Vamos a visitar a mi querida hermana.

Natalie la siguió, y ambos salieron de la segunda habitación. Sin embargo, en el pasillo se encontraron con sus otras tres compañeras de cabaña.

     —¿Sabes quienes son, Nat? —le preguntó Hazz, mientras las tres chicas de identicos uniformes rojos se dirigían a los sillones.

     —Es la primera vez que las veo aquí —confesó Natalie, mientras salían de la cabaña—. Es evidente que se conocen desde antes, y van a la misma escuela.

     —Si, eso lo deduje.

Las tres amigas pasaron al lado de Hazz y Natalie sin dar muestras de haberlas visto, y luego se sentaron a hablar de su llegada al campamento, excitadas.

     —Bueno, supongo que no son muy sociables —dijo Natalie, mientras salía de la cabaña—. O al menos no lo son con nosotros. ¿Sigamos?

Hazz siguió a Natalie hacia el exterior de la cabaña, y luego ambas comenzaron a caminar a la cabaña de Lash.

     —¿Sabes, Hazz? —le dijo Natalie, mientras caminaban— No me importa si Lash me acepta como amiga o no. Siempre estaré feliz sabiendo que te tengo a ti.

Hazz le sonrió, mientras se acercaba a ella.

     —Gracias, Natalie... A mi también me gusta estar contigo.

Hazz la miró sonriendo; luego, sin pensarlo, Natalie le tomó la mano.