Crystal: El Campamento Para Chicas

Hazz

Luego de la fallida visita a su hermana, Hazz se volvió hacia Natalie.

     —¿Y bien? ¿Que se supone que debemos hacer ahora? ¡Lash te odia!

Natalie volvió a mirar por la ventana.

     —Tenemos veinte minutos antes de que nos llamen para la reunión —dijo, a la vez que comenzaba a caminar—. Podríamos intentar hablar con ella durante la charla de apertura, o durante la cena.

     —No, Natalie... Acosar a mi hermana para ser su amiga no funciona. Lo que debemos hacer es esperar a que te necesite, y luego se deberá disculpar.

     —¿Como estas tan segura, Hazz?

     —Viví con ella toda mi vida. Siempre que se enojaba conmigo se disculpaba en cuanto me necesitaba.

     —Pero tu eres su hermana. No puede odiarte porque vive contigo.

     —Si me odia, Natalie. Solo que a veces se lo hago olvidar.

Natalie la miró, mientras seguían caminando. Esta vez, Hazz no le había dado la mano, pero Natalie estaba demasiado frustrada para pensar en eso.

     —¿Puedes decirme porque no puedo caerle bien a tu hermana? —le dijo a Hazz, mientras esta sonreía.

     —No es por un motivo. Ella es así; si te odia, debes vivir con ello.

Natalie golpeó el suelo, enojada. Odiaba que Lash fuera así, pero no podía hacer nada. Le había prometido a Hazz que se iba a hacer amiga de su hermana, y tenía que cumplir con su promesa.

     —Hazz... ¿Recuerdas que te prometí que me haría amiga de Lash?

     —No me refería a esto... Mira, Natalie, si intentas hablarle te odiará aún más. Debemos esperar.

     —¡No! Me canse de esperar —Natalie estaba furiosa, y miraba a Hazz con odio—. Mira, te hice una promesa y planeo cumplirla. No me importa si estas de acuerdo o no, lo haré.

Hazz no respondió, sino que comenzó a caminar más rápido.

     —¡No te alejes! —le gritó Natalie, mientras la seguía.

Al ver a Natalie detras suyo, Hazz corrió aún más rápido. Sin embargo, después de unos minutos ambas llegaron a la tercer cabaña nuevamente.

     —Escúhame, Nat —le dijo Hazz, mientras entraba—. Yo conozco a Lash, y tú no. Puedes pasar conmigo y planear algo para lograr ser tu amiga, o puedes alejarte de mi y lograrlo sola.

Y antes de que Natalie le pudiera responder, Hazz le cerró la puerta en la cara.

     —¿Que haces, Hazz? ¡Déjame entrar!

Esta la ignoró, mientras trababa la puerta.

     —Vete, Natalie. Yo no te quiero aquí.