Lash

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Mientras todas las chicas se preparaban para salir de la Gran Cabaña, Lash se golpeó a si misma.

Durante toda la ceremonia había estado buscando la ocasión perfecta para acercarse a Lash, pero ninguna había resultado. En su primer intento, Anna había interrumpido con su llegada, aunque Lash disfrutó bastante ver a su enemiga avergonzada.

Sin embargo, ya iban a iniciar su recorrido y ella ni siquiera se había acercado a Naomi.

      —Bien, chicas —les dijo su guía, mientras todas salían a las afueras del campamento—. Como verán todavía es de día, por lo que tenemos varias horas para recorrer todo el bosque y las montañas que rodean todo el campamento, incluido el lago.

      —Disculpa... —dijo una suave voz detrás de Lash.

Esta se volvió molesta.

      —¿Que mierda quieres? Deja de moles... —Lash se interrumpió al ver a la hermosa joven rubia detrás de ella.

Naomi la miraba sorprendida, y Lash se puso colorada.

      —Lo siento, Lash —le dijo Naomi, mientras la otra se ponía aún más roja—. No quería molestarte. ¿Estas bien?

Lash no respondió. Solo quería quedarse mirando el suelo y que la tierra lo tragaba, y que aquella muchacha rubia se fuera con ella.

      —¿Sabes? Cuando yo estoy de mal humor, muchas veces me calmo con un abrazo. Aunque hay otras en las que si me abrazas te lanzo lo primero que encuentro —Naomi esbozó una sonrisa, y Lash no pudo contener una risa—. ¿Te gustaría intentarlo?

Lash miró a su amiga incómoda, mientras pensaba la respuesta.

Hace unos segundos, no se hubiera negado a darle un abrazo de Naomi. Sin embargo era distinto cuando ella quería consolarla, en especial porque Lash nunca se dejaba ayudar mientras estaba enojada.

      —Esta bien —susurró débilmente Lash, mientras miraba a Naomi avergonzada.

Sin embargo, la rubia no parecía notarlo. Solo se acercó a Lash lentamente, la miró con sus ojos y la rodeó con sus brazos.

Segundos después, ambas se estrechaban en un suave abrazo.

      —Disculpen... —las interrumpió su guía, mientras las demás chicas de la cabaña dos terminaban de salir— Chicas cariñosas, debemos seguir.

Las dos gemelas de pelo negro con la que compartían la cabaña se rieron, y Allison miró a Lash con una sonrisa. Luego de que ella y Naomi se separaran, Lash se acercó a Allison incómoda.

      —Bueno, Allison... Segui tu consejo y me acerqué a Naomi.

      —Primero que nada, felicidades. ¿Que tal se sintió abrazarla con todas tus compañeras de cabaña mirando?

      —No me importó mucho, en realidad. Solo disfruté la calidez y la felicidad que surgía dentro de mi, mientras deseaba que aquel momento nunca terminara.

Allison la miró, mientras contenía las ganas de reir.

      —No sabía que eras poeta, Lashie.

Esta puso los ojos en blanco, mientras observaba alrededor. Apenas miró a Naomi, esta le sonrió y siguió caminando.

      —Otra cosa que deben recordar son los animales —dijo la guía, mientras los conducía hacia el oscuro interior del bosque—. Recuerden estar siempre alertas, y si ven alguno pelgroso griten lo más fuerte que puedan. Las especies más abundantes en este bosque son...

Lash dejó de escuchar a su guía y se puso a buscar a Allison. Pero para su sorpresa, se la encontró hablando con Naomi. Ambas estaban muy cerca, y parecía que se iban a tomar de las manos.

      —Con permiso, Allie —dijo, mientras se llevaba a la chica rubia a un sector del bosque, apartándose de los demás.

Luego, Allison se volvió hacia ella.

     —¿Que hacemos aquí, Lash? —le preguntó esta, mientras miraba a su amiga.

Esta no respondió. Solo se dió vuelta rápidamente y le propinó a Allison una bofetada con todas sus fuerzas.

     —¡Ay! ¿Pero que demonios, Lash? —gritó esta, mientras retrocedía dolorida— Creí que eramos amigas.

      —Tu, amiga, me debes una explicación —le dijo, mientras respiraba agitada y furiosamente—. Y no volveremos con los demás hasta que me la des.

Crystal: El Campamento Para ChicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora