Capítulo 3: El Regalo Sorpresa

2.8K 353 77
                                    

Narrado por Danny

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narrado por Danny.

—No hay que preocuparnos —hablo para que quiten sus caras de susto—. De seguro es solo una broma de alguien más.

—¿Quién se tomaría la molestia de hacer eso? —pregunta Violet.

—Ya hay que tranquilizarnos Violet. Caroline ve a cambiar tu bandeja, antes de que ocurra un accidente —sugiero.

—Lo haré Danny, gracias.

El descanso siguió. Fuimos el blanco de muchas miradas en cuanto fuimos colocando las notas frente a nosotros. La única que parecía muy creepy, era la de Caroline porque con el agua de jamaica parecía... no sé. Se me erizó la piel con tan solo verlo.

Una vez que todos terminamos nuestro desayuno nos dirigimos a nuestras clases correspondientes. En mi caso y el de Bryan nos fuimos a historia contemporánea, sonaba aburrido el título, pero la clase era realmente entretenida. Como ya nos encontrábamos entre los últimos temas por ver, iniciamos con lo que sucedió después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Bryan era el único que se había inscrito a esa clase conmigo, después de tanto tiempo siendo mejores amigos. Siendo el mayor por minutos y yo el menor.

Había cambiado mucho en estos dos años en la Preparatoria, su cabello lo había dejado largo una temporada, pero ahora lo traía otra vez semi-corto y alborotado. Por un tiempo me había atraído, pero conforme fuimos creciendo me di cuenta de que eso no pasaría. Éramos como hermanos. Ni siquiera él sabía que también me gustaban los chicos, y eso lo tendría que mantener oculto al menos hasta que nos fuéramos de aquí el siguiente año.

—¿Qué tanto me ves tonto? Pon atención a clase –llamó mi atención.

—En eso estoy Bryan, gracias.

—Sí claro, como digas.

Mientras veía hacia el pizarrón no pude evitar recordar la nota. Esta mañana al abrir mi casillero salió disparada al suelo. Capté la vista de varias de las personas que estaban a mí alrededor en cuanto me agaché por ella, pero creía que era simplemente una broma de alguno de ellos. Lo impresionante fue cuando todos sacaron la misma nota y con las mismas palabras. "Volveré por ustedes..."

Muchos, sino es que la mayoría, sabían de nosotros. Entonces no era algo tan raro. Seguro era una broma, y una muy buena, porque jamás nos habían hecho esto en el tiempo que llevábamos de escuela en escuela. Seguí poniendo atención a clase, hasta que sonó el timbre. Realmente el tiempo se me había pasado rápido. Tomé mis cosas y me despedí de Bryan diciéndole que a la salida lo vería para ir a comer a casa. Mi madre había insistido en invitarlo, a pesar de que se llevaba bien con los siete, sabía que él era el más cercano a mí. Entonces decidió hacer una comida "especial", así también aprovecharía para darle un regalo sorpresa que había comprado hace días.

Para ir a mi siguiente clase tendría que cambiar de edificio. Por lo que antes de irme, pasé al baño. No podía creer que hubieran colocado espejos de cuerpo completo, pero aunque no fuera tan creíble había hombres vanidosos. Me acerqué al espejo y solo vi que mi gorra no estuviera mal acomodada y que dejara al descubierto algo de mi cabello que había dejado crecer durante un mes. Ya debía cortarlo, pero lo haría después de nuestro cumpleaños. Salí y ahora sí tomé mi camino hacia el otro edificio colocando los audífonos en mis oídos y reproduciendo Ever Enough de A Rocket to the Moon, canción que por mala fortuna había dedicado a una de mis ex.

La Preparatoria era realmente grande, así que caminé lo más rápido que pude hasta llegar al otro edificio. De camino me encontré a Tania, quien tomaba clase de química avanzada en el salón contiguo al mío. En el aula que me correspondía tomaba francés. Yo era el único que había decidido meter un idioma este año, porque realmente anhelaba irme de viaje a Francia y mejor aún, estudiar allá mismo. Después de estos días comenzaríamos a tener las pláticas sobre opciones de universidades para el siguiente año realizar nuestras solicitudes. Sin duda pelearía por una de Francia, mantenía mi promedio por encima del ocho.

La clase pasó rápido mientras estudiábamos verbos y hacíamos competencias entre equipos de cuatro. Claro que el mío fue el afortunado de ganar, estaba con los mejores. Guardé mis cosas y ahora me dirigí a la entrada en donde vería a Bryan. Durante el camino pasé a mi casillero a dejar cosas que iba a ocupar mañana y de paso tiré esa nota en uno de los botes de basura más próximos a la entrada. Al salir ya me estaba esperando, Bryan el día de hoy había traído el convertible BMW azul que le habían dado de regalo adelantado por sus diecisiete. Nos subimos ambos y nos fuimos a mi casa escuchando un poco de Muse, que era uno de nuestros grupos favoritos.

Al llegar mi madre lo recibió en un cálido abrazo y a mí solo me dijo "Hola hijo, ¿qué tal tu día?". Sí, así era mi madre con él. Lo quería como a otro hijo y eso supongo estaba bien. Comimos una rica ensalada que había preparado mi madre, junto a una carne en salsa de tomate y agua de jamaica. Al ver el agua reí para mí mismo y Bryan había entendido el motivo. ¿Casualidad? Una muy rara para ser verdad. Una vez que terminamos nos dirigimos a mi habitación, la cual estaba pintada de color verde y tenía posters de algunos de mis grupos favoritos y una de una de las actrices que me moría por conocer: Lily Collins. Me acerqué hacia mi buro que estaba junto a mi cama, abrí la puerta y saqué el regalo. Me levanté y al darme media vuelta Bryan se quedó sorprendido al ver que tenía una caja en las manos lista para ser entregada a él. Me sonrió dándome un fuerte abrazo y dándome las gracias por siempre estar al pendiente de él. Yo solo asentí y observé cómo abría la caja de manera salvaje, haciendo trizas el papel que había colocado. Una vez que quitó completamente la envoltura vio que eran unos tennis que tanto anhelaba por tener.

Mi celular sonó en seguida y me acerqué a mi mochila en donde lo había dejado. Mientras iba sacando el aparato Bryan comenzó a medirse los tennis. Sí que estaba desesperado por ya usarlos. Tomé mi celular y era un mensaje el motivo por el cuál había sonado. Lo abrí y me llevé una sorpresa. Era una foto, pero no cualquier foto. La foto tenía la nota que hace unas horas había tirado en el bote de basura de la escuela. Y debajo de la foto había un mensaje: "No había porqué tirarlo Danny."

"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La Fecha Marcada (Libro I) |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora