Capítulo 7: Listón Negro

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Narrado por Delilah

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Narrado por Delilah.

Nuestros pasos tomaban el ritmo de la canción que ahora sonaba, We Found Love de Rihanna ft Calvin Harris. Sin duda era una canción que nos mantenía a todos saltando y saltando. Poco a poco me fui quitando la ropa hasta quedar en puro bikini, por supuesto que venía preparada para esta fiesta. Salté a la alberca y le pedí a Max que me pasara mi bebida, mientras que seguía moviéndome una vez estando en el agua. Cuando se acercó con mi vaso rojo, lo tomé de su camisa negra que traía, jalándolo hacia mí y tirándolo a la alberca. Se sumergió y en cuanto salió a flote se quitó la camisa, no pude evitar verle su cuerpo trabajado. ¡Estaba que ardía! Se me quedó viendo y fui avanzando hacia él hasta que le clavé un beso. Él sin negarse me siguió el ritmo, mientras todos comenzaban a abuchearnos, en especial Barrie.

—¡Ya se habían tardado! —nos grita todo eufórico.

—Y vaya que sí —respondí viendo directamente a los ojos a Max.

—No pensé que fuera cierto. Tenía mis sospechas, pero no lo creía.

—¿Y ahora? ¿Qué sigue?

—Ser novios supongo.

Volví a besarlo dejándonos llevar por la música y el ambiente que nos rodeaba. Todos comenzaron a lanzarse a la alberca para continuar bebiendo y bailando. ¡Por Dios! ¡Era la mejor fiesta de la vida!

 ¡Por Dios! ¡Era la mejor fiesta de la vida!

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Narrado por Danny.

—Ya era la hora para ese par —dice Caroline.

—Lo mismo opino Caroline.

Tiffany se fue acercando a nosotros y nos preguntó sobre qué tal la estábamos pasando en la fiesta organizada especialmente para nosotros. Le respondimos que todo iba bien y que muchas gracias por el detalle que nos hizo. Después de esto se dio media vuelta diciendo que pararan la música. Volvió a dirigir su mirada hacia nosotros, mientras que Delilah y Max iban saliendo de la alberca acercándose junto a Max a lado de nosotros. Nos contamos y nos faltaba alguien: Tania. Todos empezaron a gritar su nombre para que saliera de donde fuera que estaba, pero no apareció. Caroline se fue acercando a la sala de estar para ver si se encontraba ahí, la seguí y ambos nos percatamos de que Patrick estaba en la fiesta. Con otra chica, la que para nada era Tania.

Caroline sin pensarlo salió tras él con una mirada de odio —que era la peor versión de ella— y lo abofeteó tan fuerte que el sonido se escuchó hasta la puerta que llevaba al patio trasero porque todos comenzaron a abuchear. Caminé hacia ella y la tomé del brazo diciéndole que no hiciera una escena, ella me vio con esa cara de "te odio" y se fue al patio trasero buscando a Christopher el cual se había ido a responder una llamada urgente.

—¿Qué demonios te pasa Patrick? —me encaré frente a él.

—Pensé que ya se los había dicho. ¡Terminamos!

La noticia para todos era nueva. Ahora entendía la mirada distante que había tenido en estos días, pero ¿por qué no nos dijo nada? O al menos a las chicas, ellas pudieron haber ayudado bastante. Me disculpé y me di media vuelta sacando mi celular para llamar a Tania. Timbraba y timbraba, pero al parecer lo tenía en vibrador. ¡Demonios!

Narrado por Tania

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Narrado por Tania.

Ese estúpido mensaje. Malditas personas que solo se la pasaban jodiendo a uno. Llegué a mi casa secándome las lágrimas que ya habían hecho acto de presencia, fui a mi cuarto y me cambié quitándome también el estúpido listón negro que había recibido. Bajé a la sala y puse una película para distraerme.

Mañana tendría que contarles a las chicas lo que había pasado con Patrick, aunque imaginaba que para este punto de la fiesta ya debieron haberlo encontrado con la otra. Sin duda sería una larga explicación, llena de abrazos y miles de maneras para hacerme sentir bien. Siempre habían sido mi apoyo.

Me dirigí a la cocina para hacer unas palomitas en el horno y al llegar me percaté de que la puerta trasera estaba abierta. Me acerqué a cerrarla rápidamente y volteé hacia los lados verificando que no hubiera algún intruso en casa. En seguida fui hacia el teléfono, pero en cuanto iba a marcar la luz se fue. Corrí a la sala para tomar mi celular, cuando estuve a punto de llegar una persona con capucha estaba frente a mí. Grité, pero fue inútil. Todos ya estaban dormidos y yo me encontraba sola en casa. Di media vuelta, comencé a correr hacia las escaleras para llegar a mi habitación, sin embargo la persona fue más rápida y me jaló del pie haciendo que bajara por los escalones a rastras. Volví a gritar a pesar de que sabía que no lograría obtener ayuda. Me tomó de los brazos, me azotó fuerte sobre las escaleras. No podía hacer nada, cualquier movimiento que intentara iba a ser en vano. Sabía quién se escondía tras la capucha, Malcolm. Comencé a gritarle exigiendo el motivo por el cual estaba haciendo esto, no obtuve respuesta. Sacó un cuchillo de la bolsa de la sudadera que traía puesta y sin dudarlo ni un segundo lo clavó en mi pecho. El dolor fue tan inmenso que mis gritos esta vez fueron ahogados. Otra puñalada, y otra, y otra, y otra. Estaba agonizando, me encontraba desorientada. Pude vislumbrar otra vez el cuchillo, pero esta vez dirigiéndose hacia mi rostro. Cerré los ojos y...

 Cerré los ojos y

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La Fecha Marcada (Libro I) |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora