El hecho de haber nacido el mismo día los tenía marcados de por vida, pero ¿qué pasaría si ese día diecisiete años después terminara siendo el último?
La vida de ocho jóvenes se ve en peligro por un acontecimiento que los ha seguido hasta la fecha...
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Narrado por Danny.
La espera se hacía eterna.
La policía tardó en llegar. Retiraron el cuerpo treinta minutos después de que todo pasara.
Nos mantuvimos sentados en la primera fila, tratando de contener las emociones que en ese momento atravesaban cada parte de nuestro cuerpo. Violet había quedado paralizada, Bryan no dejaba de mover su pie derecho y yo no quitaba de mi mente el ver el cuerpo de Delilah desangrándose.
Los celulares sonaron al unísono y los pocos que quedaban nos voltearon a ver con intriga. Saqué mi teléfono para ver lo que ahora nos habían mandado.
"Si quieren saber el porqué, vayan al hospital y verifiquen lo que pasó este día hace 17 años. P. D. No intenten contactar a sus amigos. Están muertos."
—Honestamente cuando salga de aquí iré a mi casa —dije guardando el celular en la bolsa del pantalón.
—Pero...
—Violet, leíste el mensaje: todos están muertos.
—Danny, no seas así. Deja que la policía nos tomé declaraciones y ya les decimos todo.
—Eso debimos hacer hace horas y tal vez no hubiéramos llegado a este punto —le digo a Bryan.
La policía se acercó después de entrevistar a los padres de Delilah. Eran los únicos que habían asistido a la función y ahora están destrozados.
Nos preguntaron si había algo de lo cual hablar, ninguno dijo nada. Fue Bryan quién terminó por soltar todo lo que nos había sucedido desde el día de la nota. Se llevaron los teléfonos con la intención de leer todos los mensajes y así tratar de hallar al culpable.
Los tres sabíamos que iba a ser inútil su intento por hallar al autor de todo esto. Era inteligente y de seguro usaba teléfonos desechables. Mejor le dijimos que hallaran a nuestros amigos, aun sabiendo que ya no estaban vivos.
Nos dijeron que fuéramos a nuestras casas. Salimos del auditorio aun asustados y bloqueados por lo que había pasado. Me despedí de ambos diciéndoles que tratan de relajarse y que mañana ya veríamos qué hacer.
Era el peor cumpleaños que había vivido.
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