Tras de ti

Su capricho

Leipzi, Alemania
12:35 horas

-Y bien? Hay noticias sobre el fugitivo?- preguntó entre risas una figura desde las sombras.

-No señor, me temo que aún no logramos rastrearlo...- respondió un hombre de dura apariencia pero con voz que denotaba el miedo.

-Ya veo... - dijo en tono comprensivo aquella figura - puedes explicar me nuevamente como se escapo - pregunto dejando su baso de licor en el escritorio.

-Pues... Fingió estar inconsciente y cuando lo colocábamos en su habitación... Nos noqueó - explico el hombre pegando su espalda a la pared en un vago intento por alejarse de esa figura.

-Así que un simple mocoso puede con mas de diez hombres... - dijo - no veo por que los contrate - hablo ahora en tono frío mientras acertaba una bala entre los ojos de aquel hombre que ahora estaba en el suelo mientras su sangre abandonaba su cuerpo - Estoy rodeado de inútiles...- mascullo molesto soltando el arma - es un estúpido mocoso de veintitrés años, no es un gran reto...-.

El hombre salio de aquella oscuridad que le envolvía y se acerco al cuerpo sin vida en el suelo, una vez que ya estaba junto a el le dio una patada recorriéndolo un poco y volvió a disparar en el hasta vaciar el cartucho de su Heckler & Koch en el cadáver.

-No tendría por que haberte matado hijo... - comento con tristeza inclinándose al cuerpo en el suelo y sacando su billetera - eras el mas nuevo... Y mas joven al parecer... Ay Marcus... Que lastima...- dijo acariciando con "dulzura" la cabellera del cadáver - No te preocupes... Me encargare personalmente de tu familia...- sonrió con malicia.

El hombre salio de aquella habitación que fungía como despacho y camino por el largo pasillo de paredes color verde oscuro hasta llegar a otra habitación con una puerta café y blanco, la abrió lentamente para entrar y encender las luces. El color azul claro reflejaba la luz por todo el lugar, había unas cuantas fotos colocadas en la cómoda junto a la cama, unos cuantos libros en las repisas de las paredes, algunos cojines acomodados en la ventana que daba al oscuro patio, en el escritorio había una computadora que llevaba buen tiempo sin usar ya que una capa algo gruesa de polvo la cubría... Una capa de polvo que cubría todo en esa habitación...

Todo menos la cama.

La cama tenia la huella de que alguien había dormido en ella recientemente aunque era claro que no había sido muy cómodo, las almohadas tenían manchas de sangre, las sabanas también pero eran un poco mas excesivas.

-Hijo mio... - dijo aquel hombre tocando la sangre de una almohada - todo seria mas sencillo si olvidarás ese capricho tuyo...- comento mientras abrazaba con amor enfermizo aquel objeto para, de un momento a otro, arrojarla tan lejos como pudo por toda esa rabia en su interior - Si esa puta barata de pelo azul desapareciera estoy seguro que te romperías al grado de ser nuevamente mi preciado títere...- hablo molesto clavando un puñal en la almohada proyectando el recuerdo del objeto de su odio.

Yokohama, Japón
17:36 horas

Un pelirrojo caminaba en su oficina de un lado a otro bajo la atenta mirada azul de su "secretaria".
Habían pasado ya dos días desde ese extraño encuentro entre ambos asesinos, Karma trataba de rastrear al pelinegro por cielo, mar y tierra ya que su amado se notaba preocupado, pero al ver que no había rastro de el estaba planteándose el ir al mismo infierno solo para volver a sentir la paz del peliazul, claro que esperaba no tener que recurrir a eso ya que no sabría si volver o no... Después de todo... El infierno es mas divertido si la persona correcta esta en el, no?
Bueno, el así lo creía.