Mis intenciones

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Despertó en silencio, buscando no despertar a quien pernoctaba junto a él. Por gracia divina, ese día no se encontraba atrapado entre los fuertes brazos de Karma, y pensando que, quizás, ese día podría librarse de el sin problema alguno, intento levantarse de la cama, azotando duramente en el suelo.

Si, los planes del peliazul no serían tan fáciles de completar ya que el pelirrojo, si bien no lo sabia, intuía lo que Nagisa trataría de hacer.

-Y... A donde supones que vas? - pregunto el de ojos cobrizos con una enorme sonrisa de satisfacción en el rostro.

-Que mierdas es esto Akabane!?- le cuestiono furioso Nagisa mientras sostenía una cadena que lo anclaba a la cama por medio de un grillete - Quien demonios te crees para encadenarme!? No soy un animal! Maldito demonio descerebrado! - gritaba mientras tanteaba cada parte del colchón y el piso.

-Ni te molestes, "Nagisa navajas" - advirtió con pulla el pelirrojo - Ayer hice que Ritsu escaneara cada parte de la habitación para deshacerme de esas herramientas extrañas de fetiches tuyos - le informo.

-Pero que te has creído para hacer esto!?- cuestiono subiendo de forma veloz a la cama para tomar del cuello a Karma, quien fácilmente se zafo del agarré.

-No me creo, pequeño pitufo salvaje... Soy tu jefe - le restregó el pelirrojo viéndolo con superioridad - y algo me dijo que tratarías de irte... Así que mejor me aseguraba de no volver a perderte siete años mas - aclaro levantándose de la cama.

-Como demonios puedes intuir algo así! Fenómeno! Anormal! Stalker! - se delato a si mismo el peliazul mientras forcejeaba contra la cadena en su pie - como no me di cuenta cuando me encadenaste... - murmuro cediendo a su propio intento de zafarse.

-Porque duermes como piedra y no escuchas ni una bomba nuclear...- le respondió Karma sacándose, sin vergüenza alguna, la pijama que traía y caminaba únicamente en bóxer hasta el closet para sacar su ropa e ir al baño.

Nagisa lo vio salir de la habitación con la cara totalmente roja y no solo por que el cuerpo del pelirrojo le causara una enorme aceleración en su ritmo cardiaco y presión sanguínea, si no también, por la ira que le causaba no tener como escapar. Se suponía que vería a sus "hijos" en unas cuantas horas, pero no... Karma había arruinado...

-(Ahora como lo lograre?...)- se pregunto abrumado - (Lo noqueo en cuanto logre liberarme y corro? Llamo a mis hijos para decirles que fui secuestrado por mi cliente? Me corto el pie? Lo seduzco hasta que este demasiado excitado como para pensar y le pueda quitar la llave?...)- pensó el peliazul poniendo una expresión seria - muy bien... Con que podre comenzar a cortar mi tobillo - dijo tranquilo mirando a todos lados.

-Snake-kun, me temo que las posibilidades de recuperarte después de cortar tu pie, para que te vayas a donde sea que vas a ir, no son muy grandes - hablo Ritsu desde la pantalla de su móvil - además, dadas tus estadísticas físicas, existe la posibilidad de que mueras por desangramiento antes de que avances medio kilometro - añadió para tratar de concientizar al ojiazul.

-Puede que sea así. Pero nada pierdo en intentarlo, tengo cosas que hacer - informo el peliazul con molestia tomando el celular dispuesto a efectuar su segunda opción.

-Y que es lo que tienes que hacer? - pregunto una tercera voz entrando a la habitación - si es algo divertido, yo quiero participar! - dijo con entusiasmo el de mirada cobriza.

-Si con divertido te refieres a realizar un asesinato en forma de venganza. Desde ya te digo que no puedes venir - aclaro Nagisa de mala gana - No eres apto para ello -.

Tras de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora