• SINOPSIS •

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Era una noche sombría y neblinosa, caminaba por las calles solitario como siempre lo he estado. Muchos de ustedes seguramente han oído hablar de mí, de lo contrario yo soy Stefan Salvatore. Un vampiro al cual transformaron en 1864 en Mystic Falls por una chica llamada Katherine Pierce. Junto a mi hermano mayor Damon, hemos escapado de ese lugar donde todos nos querían asesinar por el simple hecho de ser unos "monstruos" como ellos nos decían. Justo ahora estamos hospedandonos en una cabaña en el medio del bosque de la ciudad de México, ni nosotros mismo sabemos cómo llegamos hasta aquí desde Virginia.

En fin, he salido de la cabaña para dar un leve paseo en la madrugada o tal vez ir por más bolsas de sangre ya que se me terminaron hoy en la tarde. Si, tomó sangre de hospital. No me gusta ser como Damon el sí se alimenta de humanos inocentes y no tiene piedad alguna por ellos. Dejó de sentir lástima desde que se convirtió en lo que ahora somos.

Caminaba tranquilo por la orilla de la carretera cuando escuché un estruendo a lo lejos, dudé en ir o no al final terminé yendo a investigar que rayos había sido eso. Llegué al lugar donde se había escuchado el ruido encontrándome con que había sido un coche en estado desastroso como si hubiera golpeado algo en la parte del frente.

–¿Me acercó o no? –susurré para mí mismo.

Estaba a punto de irme cuando escuché un gemido de una mujer. Inmediatamente me di la vuelta acercándome al coche. Debajo de este se encontraba una joven de unos 19 años más o menos con golpes en su cuerpo y uno detrás de su cabeza, estaba perdiendo demasiada sangre y eso era una gran tentación para mí.

Luché contra mis instintos y la saque cuidadosamente tomándola entre mis brazos. En cuanto la saque; el coche explotó haciendo que ambos cayéramos lejos de el. La chica se safo de mis brazos dando vueltas hacia un barranco que ahí había. Corrí lo más rápido posible que pude y la alcancé unos metros antes de que cayera.

–¿Ahora que hago? ¿Esta viva? –hable para mí mismo.

La llevé a la cabaña donde por suerte Damon no se encontraba o de lo contrario no se que le podría hacer. Subí a mi recámara acostandola sobre mi cama para después ir en busca de alguna manera de ayudarla.

–¿Qué la puede ayudar? Vamos Stefan, piensa –pensaba mientras daba vueltas en la sala.

Se abrió la puerta de la entrada y ahí apareció mi querido hermano mayor. Al verlo, se me ocurrió la idea de que por mas idiota que llegue a ser Damon, él es el único que puede salvarla.

–¿Por qué tan desesperado hermanito? Parece como si te hubieras encontrado a un fantasma –dijo de modo sarcástico tomando un vaso y sirviéndose un poco de Bourbon.
–Necesito tu ayuda urgente Damon, hay alguien en peligro....–
–¿Qué es ese olor? ¿Tienes a un humano aquí? –no tuve tiempo de reaccionar cuando Damon salió corriendo lo más rápido a mi cuarto.

Lo seguí y lo encontré observando a la chica recostada en mi cama, con una malévola sonrisa en su rostro. Sabía que estaba pensando así que rápidamente corrí poniéndome de escudo entre ella y mi hermano.

–No le hagas nada, necesita tu ayuda Damon, está agonizando y tú eres el único que puede salvarla dándole de tu sangre –
–¿Por qué debo hacerlo? Se ve tan deliciosa y su sangre huele de maravilla. No me digas que....¿Te enamoraste de ella? –se cruzó de brazos.
–¡No! Es sólo una joven, necesita ayuda y no pienso negarsela y dejar que muera así como así. Por favor, ayudala Damon. Por una maldita vez en tu vida deja tu egoísmo de lado –
–¡Agh! De acuerdo, quítate estorbo –me empujó y mordió su muñeca para después ponerla en la boca de la chica.
–Listo y espero que en cuanto despierte se vaya de aquí ¿Oíste? No me quiero arriesgar a que nos delate –y salió azotando la puerta.

Yo me quedé ahí sentado observando como su piel recuperaba su tono normal, pude notar que era morena y su cabello era largo de castaño oscuro. Tenía unas grandes pestañas y moría por ver el color de sus ojos.
El golpe en su cabeza iba sanando poco a poco hasta desaparecer.

A la mañana siguiente, la chica seguía sin despertar y Damon ya estaba enfadado de tenerla con nosotros.

–Stefan te juro que sino despierta esa mocosa la sacaré yo mismo y no me importa el estado en el que está –exclamo tomando su típico Bourbon.
–Va a despertar te lo.....–
–Vaya, la bella durmiente acaba de despertar –
–¿Dónde estoy y quiénes son ustedes? –hablo una voz proveniente de las escaleras.

Me di la vuelta y ahí estaba la chica de pie mirándonos sin entender.

–¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy aquí? –se tambaleó y corrí a tomarla de la cintura. –¿Quién eres? –
–Me llamo Stefan Salvatore, yo te ayude con tu accidente....–
–¿Accidente? ¿Qué accidente? –se notaba aún más confundida mientras se soltaba.
–Tuviste un accidente anoche ¿No lo recuerdas? –pregunté.
Ella negó –la verdad no recuerdo nada, ¿Quién soy yo? ¿Eres algún familiar?–me señaló.
Volteé a ver a Damon y él solo alzó los hombros en signo de no saber. –¿No recuerdas como te llamas? –
Volvió a negar –¿Ustedes me conocen?
–Mira niña, no sabemos quien seas solo sé que te metiste ayer a mi casa y ahora te haces la que no sabes. Si estás jugando....–lo detuve.
–Asi no resolveremos nada Damon, ¿Por que mejor no vas y buscas información sobre ella? –Damon resopló pero finalmente salió.

Yo me quedé con la chica dándole de comer y beber, minutos después mi hermano regresó.

–Muy bien, te llamas ____ Hopkins, tienes 19 años eres de aquí y tus padres viven cerca de aquí. Ahora vete. –
–Damon ella no recuerda absolutamente nada de lo que pasó, ni siquiera de su vida. –
–¿Y? Eso a mi no me interesa Stefan, tiene que irse o de lo contrario nos descubrirán por su culpa. –lanzo el vaso haciéndose añicos. ____ se asustó por el impactó.
–No seas así, se que me odias por lo que te pasó, no tuve opción Damon, entiéndelo. Ella ni siquiera sabe lo que somos y quieres dejarla sola cuando ni siquiera sabe nada! Se queda y punto! –me exalte.
–¡Bien! Hasta que recuperé la memoria se queda en cuanto recuerde se larga de aquí –se fue dejándonos solos a ___ y a mí.
–Creo que no le caigo bien a tu hermano –dijo viendo hacia donde se había ido Damon.
–Él es así no tienes porque preocuparte. Ahora debemos hacer que recuperes la memoria –tome sus manos y ella asintió en respuesta.

Meses después ella recupero la memoria y se fue de la casa, desde entonces no he sabido de ella y eso a Damon lo hace feliz dentro de lo que cabe. Por mi parte, me encariñe con ella que la veo como una hermana menor y siento el deber de protegerla.

" BLOOD" (Sehun y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora