• Capítulo veintiséis "Aléjate de mí" •

457 37 1
                                    

Aria y yo regresamos a la mansión dejando a todos los demás en el bosque. Ella se despidió y entró a su respectivo cuarto para encerrarse y no salir. Ahora que descubrió un nuevo don en ella, está un poco sorprendida por sus habilidades sin quitar el dolor que ambas sentimos. Cerré mi cuarto con llave y al hacerlo me derrumbe totalmente. Me recargue en la puerta llorando, tapé mi boca no dejando que mis hermanos me escucharan; ninguno de ellos me ha escuchado llorar de hecho nunca lo había echo hasta ahora, lágrimas caían por mis mejillas al tiempo que me deslizaba hasta quedar sentada en el piso. Estaba asustada y mucho, nunca había llorado de esta manera...incluso para mí es ilógico, ese maldito no merece mis lágrimas.

–Quiero parar...por favor que esto se detenga...ya no quiero seguir así...me duele –susurraba para mí misma. Golpeaba mi pecho una y otra vez pensando que así lograría detenerlo, desesperada jale mi cabello hacia atrás golpeando la puerta con mis codos. No me importó, los golpes no los sentía; coloqué mis manos frente a mí cara y pude darme cuenta que mis nudillos sangraban, se encontraban en muy mal estado por lo que pude ver gracias a la luz de la luna. Toda mi habitación estaba oscura, no había ninguna luz encendida a excepción de la luna.

Seguía sentada en el piso cuando a lo lejos escuchó pasos correr dirigiéndose a mi puerta. Para luego comenzar a tocar con fuerza. Esas personas gritaban al mismo tiempo que tocaban, mi puerta estuvo a punto de ser derrumbada por ellos pero como yo seguía ahí obstaculizando la entrada no pudieron hacer mucho, eran débiles comparados conmigo.

–_____...enana...abre...por favor –ese era Stefan, pude reconocer su voz.
–Pitufo...hazle caso a tu hermano...abre –creo es Kyungil.

Ignoré sus súplicas pues no pienso abrir. No. Ellos no me verán así. Me levanté no sin antes verificar que la puerta estuviera bien cerrada, para asegurarme jale un mueble pesado poniéndolo de obstáculo.

–¿Qué es ese ruido? ¿Qué haces? –preguntaron ambos.

No hice caso y me dirigí al baño. Abrí la llave del grifo dejando que el agua saliera de ella, mientras la tina se llenaba me puse delante del espejo viendo mi reflejo en él. Estaba hecha un asco, el rímel corrido alrededor de mis ojos, el labial estaba igual, mi cabello era una maraña total pero sobre todo...mi alma. Ella era lo peor, destrozada, apagada y ante todo...en mil pedazos al igual que mi corazón. Mi mano inconscientemente se dirigió a mi pecho, mi corazón latía lento sin vida.. así lo sentí. La tina se llenó hasta el tope que el agua se derramó, mojando todo lo que tuviera ahí, me importó un carajo que aún trajera puesta la ropa, aún así me metí en ella. Apenas cabía, afuera se escuchaban los gritos seguido los golpes de Stefan y Kyungil. Mi mente no reaccionaba, se había quedado dormida. Justo como lo que yo quería lograr, me sumergí para después gritar con todas mis fuerzas. El agua solo se movía impaciente.

Narra Stefan.

Junto a Kyungil decidimos ver a ___. Fuimos a su habitación pero estaba cerrada, claro; no va a hablar con nadie. La conozco y sé que está sufriendo, me necesita ahora más que nunca y a su amigo también supongo. Lo noto muy preocupado por ella pero yo estoy peor que él. Golpee la puerta tratando de abrirla, al parecer algo la bloqueaba.

–Creo que puso algo para no dejarnos pasar –dije.
–Nah, ¿Tú crees? –contestó irónico Kyungil luchando por abrir.
–Lo siento, cuando estoy asustado y desesperado no se ni lo que digo. –me disculpé.
–No te preocupes, entiendo. Yo estoy igual que tú. ¿Tiene alguna ventana? –preguntó. Ya la puerta no daba señales de cooperar.
–Si, la tiene. Acompáñame –lo guíe fuera de la casa justo debajo de la ventana. Subimos por ahí y una vez dentro oímos como si agua corriera. Buscamos de donde venía hasta que nos dimos cuenta que era del baño, inmediatamente corrimos hacia ahí encontrándonos con ____ dentro de la bañera con sus ojos cerrados.

" BLOOD" (Sehun y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora