Miami.

70 1 0
                                    

-Sí, tienes el don del Aura.- Dijo el con voz triunfadora.

-¿Y para que me sirve?- Jamás en mi vida había oído del ese Don. ¿Acaso eso existía o solamente lo estaba inventando?

-Puedes saber de qué estado de ánimo están las personas, ya sabes, cosas así.- No, no sabía, por algo le estaba preguntando.

-Emm…claro.- Cada minuto que pasaba me confundía mucho más, me sentía un poco mareada desde que subí las escaleras. Con el teléfono todavía en mano me acerque al espejo de mi baño y lo recorrí, dejando ver mi Área de Medicinas. Tome una aspirina y volví a dejar la caja en su sitio.

-¿Amanda?- Me había olvidado que todavía Ryan seguía en la línea.

-Sí, perdón- Me volví a sentar en mi escritorio cerca de mi ventana.

-Me tengo que ir, si me necesitas me llamas.- Sonaba inquieto, pero si no quería decirme que era no tenía por qué preguntar.

-Sí, gracias, adiós.- No era mi intención sonar tan fría, pero así fue. Después de eso colgué.

Me levante y me recosté en mi cama. Estaba viendo el techo en donde tenía un poster pegado de una linda playa. Miami.

Siempre había tenido ganas de ir ahí hace mucho tiempo.

Me levante decidida y saque una maleta, seguido de este acto metí unos cuantos cambios de ropa para algunos días.

En eso mi madre entro a la habitación, todavía no me acostumbraba a ver a las personas junto con luces que siempre las acompañaban.

Me miro sorprendida, al ver que tenía hecha una maleta.

-¿Te vas?- Su voz sonaba herida, al parecer no era lo que ella estaba pensando.

-¿Qué? No, solo por unos días, quiero estar relajada unos cuantos días. Espero que me comprendas.-

-Bueno, me alegra hija. Espero que te divertidas cariño.- le sonreí y después ella salió muy feliz.

Les ha de sorprender que con solo tener 16 años mi mama me dejara salir con la mayor tranquilidad. Pero así funcionaba nuestra relación, ella me dejaba salir a donde fuera y yo no la molestaría nunca. Por eso se fue feliz, al no tenerme aquí ella puede hacer lo que quiera.

Pero ¿Por qué se preocupó si yo me fuera? Fácil, ya no tendría a su sirvienta. Esa es la única razón.

En fin, me iba a Miami, eso ya estaba asegurado.

Tome mis ahorros que tenía guardados y con mi maleta en mano salí hacia mi auto.

Mi vuelo salió a las 11:00 p.m. con destino Miami.

Llegue a las 2:00 a.m.

Mi familia había comprado una cabaña ahí para que yo me pudiera quedar ahí los días que quisiera. Otra obra de mi madre.

Desde que había llegado a Miami había sentido una sensación rara. Como si alguien me estuviera viendo.

******

Bueno, he aquí mi otro capitulo

¿les va gustando la historia? ¿Les gustaría ayudarme con el otro capitulo? Pongan sus ideas en un comentario :)

Bueno gracias por leer, como siempre lo repito, voten comenten y compartan, si lo hacen subiré el Domingo, si no hasta el prox. Miércoles

Ya se viene lo impactante c:

Gracias c:

-N.

The Angel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora