★Tres★

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Hace un mes desde que Leonardo vive aquí, se ha adaptado bien en la casa, pero aún no quiere contarnos la  razón por la cual escapó de su casa, aceves es muy cerrado respecto a eso y yo no lo voy a presionar con eso, yo más que nadie sé lo difícil que es es contar un secreto, divulgar al mundo algo tan tuyo, tan privado.

En lo que no se ha adaptado bien es en trabajar aquí en el taller, pero poco a poco ha ido aprendiendo.

—Jace tenemos problemas—Willy se acerca a mi  aparentemente preocupado.

—¿Qué pasa Willy?—Pregunto comenzando a preocuparme.

—Jev sabe acerca del cargamento de las piezas—Suelta

—¡Mierda!,¿cómo se enteró?—Es lo único que se me ocurre preguntar.

Me dio una mirada y luego miró por encima de mi hombro, me giré y seguí su mirada hasta caer en Leonardo que estaba ayudando a José.

No me cabe en la cabeza que Leonardo le haya dicho a Jev sobre el cargamento, él no sabía nada sobre eso, debe ser un error si contamos que Leo no conoce a mi primo Jev.

—Espérame en la oficina, iré enseguida—Le ordenó a Willy.

Me encamino a donde están Leonardo y José.

—José, Leonardo—Los llamo—A la oficina.

Entramos en la oficina y willy está sentado en el sofá mientras que Leo y José están parados en medio de está.

—Se puede saber porque Jev sabe lo del cargamento— Hable con voz firme.

—¿Como diablos se enteró ?—pregunta José dando vueltas por la oficina exasperado.

—No lo sé, dímelo tú Leonardo—Responde Willy parándose del sofá.

Todos nos mantenemos expectantes esperando a que Leonardo hable, se puede notar su nerviosismo en la manera que mira para todos lados.

—Yo fui quien le dijo a Jev cuando llegaba el cargamento—Habla Leo bajando la cabeza.

No puedo creer lo que estoy escuchando, Leonardo nos vendió con Jev, confiamos en él y así nos pagó.

Me paro frente a Leonardo y le ordenó que me mire, no lo hace, le agarró la cara para que me mire y desvía la mirada de la mía.

Por el rabillo del ojo veo a Willy y a José haciéndose de todo su autocontrol para no matar a Leonardo. Pero antes de que lo golpeen quiero que me diga porque nos traicionó.

—¡Mírame!, maldita sea, ¡mirarme!—vuelvo a pedirle.

Se hace un silencio sepulcral en la habitación y solo se escucha nuestras respiraciones.

—Lo siento Jace, lo siento mucho—Dice sin mirarme a los ojos .

—Lo sientes…¡no tienes ni puta idea de lo que has hecho!

—Perdón— Vuelve a disculparse.

—Si nos incautan ese maldito cargamento tendremos que volver a compraselo a Jev.

Siento toda la ira dentro de mi, estoy a punto de explotar, quiero golpearlo, lo voy a golpear pero la mano de José me detiene.

—Espera Jace, quiero preguntarle algunas cosas .

Lo suelto y José lo agarra por el cuello, después le da un y puñetazo que lo hace  caer de rodillas al suelo.

A veces creo que es tan débil, lejos de parecer un hombre parece un niño que no sabe defenderse y que actúa sin pensar, sin saber que cada causa tiene una consecuencia.

JaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora