★Cinco★

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Llevo toda la mañana en mi habitación buscando mi chaqueta, no la encuentro, me pongo un shorts​ y una camisa vieja. Salgo de mi habitación y entro a la cocina donde todos están comiendo en el comedor.

Todos se me quedan mirando, willy me hace seña que me siente en medio de él y de Leonardo.

— Leo nos contó que Roberto se apareció en la carretera—Habla José que está en frente de mi.

—Así fue, pero no paso nada—Respondo seca acomodándome en la silla.

—Si, ¿no paso nada? porque Leo está lleno de golpes—Me mira interrogante.

—Se peleó con Roberto—Le explico

—¿Por qué?, ¿Roberto intentó algo?—Interroga como si fuese policía.

—¡Ya para con el interrogatorio!—Exclamo ganandome un silencio por parte de todos.

Terminamos de desayunar en silencio hasta que Kim habla.

—Que tal si vamos a la playa— Propone Kim entusiasmada.

Willy la mira y luego me mira a mi esperando mi respuesta . kim se ve muy entusiasmada con la idea y no seré yo quien se la arruine.

*********

Dos horas después estamos todos en el  jeep de José dirigiéndonos a la gran playa de arena blanca.

Llegamos y todos se tiran al agua como niños, se ven tan felices, estar en un lugar tan agradable que no sea tu casa o el taller es reconfortante.

Ya todos están empapados, Kim le tira agua a José, José a Willy y Willy a Leonardo. Desearía poder tener una cámara para poder fotografiarlos y que este momento dure para siempre.

Yo por mi lado solo me he sentado en la arena a observarlos .

—Jace, ven aquí —Ordena Willy desde el agua.

Estaban tan entretenidos jugando que ni siquiera notaron que yo no estaba con ellos, todos miran fuera del agua esperando que me ponga de pie y vaya con ellos.

—¡No entraré!—Grito por encima del viento que arrastra las puntas amarillas de mi cabello rojo.

—¿Que pasa Jace le tienes miedo al agua? —Pregunta José burlándose de mí claramente.

Le saco el dedo medio y todos vuelven a lo suyo.  

Estar aquí a el lugar donde solía venir con mi padre es tranquilizante y a la vez triste, creo que en cualquier él va a llegar a mi lado y me va a cargar para que vayamos por un helado.

Pero no nada pasa .

Siento una mano en mi hombro y giro para ver de quien es, Willy. Se sienta a mi lado fijando su vista a donde los chicos están o mejor dicho a donde Kim está.

—Kim no quiere estar conmigo—Suelta de repente.

—Es la mejor decisión que ha tomando —Le respondo haciéndome una coleta.

—La amo, Jace—Responde.

—Que importa Willy—Suelto.

—Importa mucho, no entiendes, la amo—Insiste.

—¿La amas?, si la amaras la respetaras, le dieras su lugar y no la trataras como a una de tus amiguitas.

—Hice mal en no formalizar nuestra relación pero ahora quiero estar con ella.

—Quizás tu oportunidad ya pasó—Lo miro y sigue embelesado mirando a mi amiga.

—Claro que no, ella me quiere todavía, creo.

—¿Que vas hacer con Kim si regresan?—Inquiero.

—Voy a formalizar con ella, la haré mi novia, mi esposa si es lo que ella quiere—Por primera vez pone sus ojos en mí—Haré todo por ella.

No puedo evitar sonreír al imaginarme a mi amiga en un vestido blanco y un enorme velo entrando a la iglesia, siempre me ha ilusionado eso de las bodas aunque se que eso no va a pasarme, porque eso no pasa, o por lo menos a mi no.

—Estás decidido, que te puedo decir.

Se encoge de hombros y me da un beso en la mejilla para luego pararse y dirigirse a las cristalinas aguas.

Me pongo de pie para ir con ellos al agua y mojarlos, pero un sonido ensordecedor me detiene en seco, es un disparo, miro hacia atrás par ver de donde proviene, no veo nada, otro disparo; miro al frente y el agua está teñida de rojo, Willy sostiene a Kim en sus brazos.

Kim está herida, quiero llorar pero tengo que saber que paso. Corro para llegar más rápido al agua pero fuerte dolor en mi brazo derecho me hace caer al suelo, duele mucho, paso mi mano izquierda por mi brazo y tengo mucha sangre, me han herido, Leonardo corre hacia mi pero todo me da vueltas, todo está negro.

*****

Abro los ojos pesadamente como si tuviera rocas en mis párpados, mi cuerpo se siente pesado como si hubiese dormido 3 días corridos.

Mis ojos no se adaptan a la luz, varios segundos y ya puedo ver, estoy rodeada por paredes blancas con algunos carteles , intento mover  mis brazos pero mi brazo derecho se siente entumecido, no logro moverlo. Miro mi brazo y tiene un yeso desde la mitad del brazo hasta la palma de mi mano y hay lo recuerdo todo , los disparos, Kim, Leonardo corriendo hacia a mi.

Kim está herida, intenté levantarme pero unas mangueras están clavadas en mi muñeca, una puerta se abre y dirijo mi mirada allí, es Leonardo que viene hacia mí.

—Jace, ¿Qué estás haciendo?—Preguntó preocupado mientras se acerca a mi y me pone en la camilla.

—¿Dónde está Kim?—Me siento en la camilla.

Leonardo no responde solo baja la cabeza y se pasa la mano por el rostro, ese solo acto me hace pensar lo peor, Kim no, no por favor, una lágrima silenciosa resbala por mi mejilla, el corazón me duele y las manos me sudan.

Leonardo por fin levanta la cabeza y me mira, se levanta y se para a mi lado, lo golpeo en el pecho con la única mano que me queda, el agarra mi mano y me abraza fuerte contra su él; lloro  descontrolada en su pecho intentando sacar el dolor que tengo en mi, pero se que no se irá, este dolor lo he sentido antes, cuando mi madre murió y luego mi padre decidió acompañarla.

—¡Jace!—Llama Leo aún apretándome contra él, no digo nada y él vuelve hablar— Kim esta bien.

Todo mi pecho se siente liviano, el dolor se ha ido, estoy feliz. Me separó de Leonardo para verlo y preguntarle por Willy y José.  Se me hace extraño que sea Leonardo que esté aquí y no José.

—Willy y José, ¿Donde están?—Le pregunto llena de duda.

—Willy está con Kim y José salió a comprar un café.

Miro mi brazo y quiero saber que me paso.

—¿Porque tengo esto?—Le señalo el yeso.

—Te dispararon en el el brazo, cuando  te caiste te dislocaste la muñeca, además perdiste mucha sangre tuvieron que suministrarte— Asiento y él sigue hablando— Te sedaron y hasta hoy despiertas.

—¿hasta hoy?—Inquiero confundida.

—Si, pasaste toda la noche dormida, ni siquiera te moviste—Sonríe nervioso.

—¿como sabes que no me moví?

—José tuvo que declarar anoche a la policía y me pido que me quedara contigo.

—¿estuviste aquí toda la noche?—Vuelvo a preguntar.

—Si—Afirma.

Miles de emociones brincan dentro de mi y a la vez preguntas, ¿porque no se fue?

Entonces un recuerdo llega a mi mente, las palabras de Roberto retumban: ¿Que pensara Jev cuando sepa que te gusta su prima?

También recuerdo el silencio de Leonardo y que no negó que le gustaba. Yo Jace le gustaba a Leonardo.

JaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora