★ocho★

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Mi corazón late muy rápido, los nervios se apoderan de mi cuerpo al escuchar a Leonardo. ¿Qué querrá hablar conmigo? No debería dejarlo entrar si contamos que casi es medianoche y todos estas dormidos .

Me paro de la cama y me coloco frente a la puerta.

—Jace por favor, necesito hablar contigo—Me susurra del otro lado de la puerta.

Tardo en contestar .

—Hablamos mañana Leo, estoy cansada— Respondo mientras paso mi peso de una pierna a otra.

—Lo que te tengo que decir es rápido—Insiste.

—Ya te dije, no insistas.

—Escucha Jace, no quiero que te sientas incómoda conmigo por lo que te dije anoche—Vuelve hablar.

—No me siento incomoda Leo, tranquilo—Respondo lo más tranquila que puedo.

—Se nota la tensión cuando estamos juntos, no te estoy pidiendo nada, solo quería que supieras mis sentimientos por ti.

—Buenas noches Leo—Vociferó.

—Buenas noches Jace.

Escucho sus pasos alejarse por el pasillo. Mi cabeza da mil vueltas tratando de buscar una solución a esto, no se que hacer; Leo me gusta pero no podemos tener nada.

Regreso a mi cama y me quedo dormida.

*******

Miro por la ventana y el sol brilla como un diamante recién pulido. Me pongo mis botas y salgo hacia la sala donde José y Willy vienen con varios arreglos de flores para la bienvenida de Kim.

—ey, Jace—Saluda Willy muy contento. Le devuelvo el saludo y José se para a mi lado depositando un beso en mi frente.

—No te creas que vas a escapar de ayudarnos a decorar—Dice con sorna.

José sabe que odio todo eso de decorar, odio tener que inflar globos si al final terminan estallando y en el piso.

—¿Qué quieres que haga?—Pregunto.

—Puedes empezar ayudando a Leo a inflar los globos.

—claro que no sabes que no me gustan me da miedo que exploten en mi cara.

—Entonces ve colocando las flores en jarrones—Me propone indicándome las flores.

Me acerco al ramo que está en la sala, es de Margaritas, todas de color rojo; pareciera como si sostuviera un ramo de flores en las manos sino un ramo De sangre.

Cojo el jarrón y empiezo a meter las margaritas una por una, cuando término Willy me indica que en el mismo jarrón ponga las blancas; según él para que hagan contraste. ¿Desde cuando Willy sabe de flores?

Hago caso y empiezo a meter las margaritas blancas entre las rojas pero una no quiere entrar, así que me enojo y la rompo. Hay pedazos de la pobre flor en el piso regados.

—Veo que no te llevas bien con las flores— La voz de Leo me sobresalta y levanto la cabeza para verlo.

Se va acercando hacia mí, lleva puesto unos pantalones de mezclilla y una camiseta de mangas negras, se me hace extraño no verlo con camisas en la casa, solo usa esa ropa así para estar en el taller.

Se para a mi lado y empieza hacer mi trabajo.

—No debes maltratar las flores—Me informa haciendo mi trabajo.

—Realmente no debo maltratar nada pero de todas formas lo hago—Respondo con en un tono de burla.

—No puedes ir por ahí maltratando e hiriendo las flores que no te gusten.

JaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora