Capítulo 14: › El llamado un ángel atemorizado a un demonio.
Al Rubén no recibir respuesta alguna de parte del menor tuvo el atrevimiento de arrebatárselas sin permiso, leyó el nombre y los ingredientes de dicho producto. - ¿Sabes qué es esto? - dijo en tono fuerte agitando el frasco.
- Son pastillas para dormir, solo eso. -
- ¡Ja! ¿solo eso? - Rubén no estaba para nada a favor de lo que Miguel estaba a punto de hacer, así que repentinamente comenzó a alterarse de una manera desconocida para el moreno- ¡Si tomas una de estas no despertaras por horas Miguel! -
- Eso es lo que quiero. - musita el menor.
- -¿Ah, sí? - los ojos de Rubén estaban muy abiertos, su sangre empezaba encender literal- ¿Sabes qué ocurriría si tomas una de estas y vuelves a tener unas de esas opresiones?- cuestionó y Miguel solo lo observa atentamente, tanto interesado como sorprendido, realmente se veía molesto- Por supuesto que no haz de saber, porque nada más un estúpido aceptaría esta mierda,- y el hermoso ángel sintió como si las palabras de Rubén se convertían en un puñal y atravesó su torso - vas a querer despertar y no lo vas a lograr por absorber esta mierda, luego te dará un maldito paro precordial, será como poseer a un demonio sobre ti que te frene al despertar. Eres un imbécil- el silencio y la mirada cristalizada de un Miguel atemorizado hizo darse cuenta a Rubén que lo que había dicho fue algo, tal vez cierto, pero aterrador. De los labios de Miguel salió un débil jadeo y de inmediato Rubén se estremeció- Miguel...- musitó.
El nombrado salió del cuarto ignorando el llamado de Rubén. Miguel sentía que se creaba un lazo en su garganta que iba creciendo cada vez más. Se adentró a su habitación e introdujo entre sus sábanas sintiendo su corazón latir muy rápido.
- "Estúpido, imbécil"- coreaba el subconsciente las palabras dicha por el chico que tanto le gusta.
- Miguel, - volvió a llamar Rubén una vez que entró a la habitación, Miguel cerró sus ojos con fuerza tratando de paralizar cualquiera lagrima que amenazara con salir- lo siento, lo siento Miguel. No debí decírtelo de ese modo, no eres un imbécil...- con cuidado se sentó en la cama dándole la espalda a la del moreno- Me inquieto mucho por ti, te noto mientras haces el intento de dormir y no puedes por ese sueño, ahora vienes y sales que te quieres drogar y eso es horrendo porque no quiero verte mal. Lo siento mi ángel. - Rubén tragó saliva y por un instante se giró para observar el cuerpo frágil del moreno, este aun le daba la espalda y no emitía sonido alguno. Rubén lo entendía, entendía si Miguel no deseaba hablarle, reconocía que él tenía la culpa- Miguel, -llamó una vez más- si deseas que me marche, lo haré. -
Rubén se levantó, pero antes de que diera un paso a la salida la suave mano de Miguel arrebató la suya impidiendo que este se marchara- No te vayas, no quiero que te vayas. -
Y esas palabras en tono de súplica alcanzaron para que Rubén se colara entre las sábanas de Miguel y con desesperación besara sus labios a lo que el moreno aceptó a gusto correspondiéndole en ese febril beso.
Aquel beso era apasionante, lento y suave. Rubén quien estaba entre las piernas de Miguel con cuidado acariciaba sus muslos y este enredaba sus dedos entre la melena castaña del otro. Y antes de que Rubén se pasara a alguna acción de más se detuvo.
- Miguel, espera. – musitó en los labios del otro, lentamente Miguel abrió sus ojos y fue todo oído para lo que quisiera expresar.
- ¿Qué sucede? - Rubén se apartó de la anatomía de Miguel, alejándose de ese calor físico que le embutía.
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Monster » Rubelangel (Nueva Edición)
FanficYo, yo ¿Cómo debo sentirme? Si ellos, las entidades me miran a través de la lumbrera. Esa noche, él me ha lastimado, me ha dañado. Él me ha avergonzado. Lucho lo más que p...