Capítulo 7: › Declaración de amor sincero y la visita aquel recuerdo.

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Capítulo 7: › Declaración de amor sincero entre dos humanos y la visita aquel recuerdo.

Revisó cada rincón de su hogar en busca del castaño, pero no estaba en ningún lado de la casa. Rubén había salido temprano y su prima, Lana, no sabía de su paradero. Él podría estar caminando por allí, en busca de alguna presa fácil. Pero no. Rubén no estaba buscando a alguien a quien asesinar este día.

La puerta de la casa de la castaña suena, indica que alguien ha llegado. Esta se aproxima a ir a abrir encontrándose con su viejo amigo Luzu.

- Lanita. – menciona el joven en forma de saludo, la muchacha se aproxima a abrazarlo como suele hacerlo en forma de saludo.

- Luzu ¿Qué te ha traído por aquí? -

- He venido a pedirte que saliéramos al parque, observa el día. - se aparta un poco para que la castaña de un vistazo al sol radiante que ilumina la ciudad- ¿No esta hermoso? -

- Esta bellísimo, - afirma- por supuesto que quiero ir a caminar. -

Cierra la puerta tras ella, y emprende a caminar con Luzu a su lado. Ambos permanecen callados pero el silencio no es para nada incomodo, ambos se conocían desde muchos años atrás y la confianza permanecía entre ellos.

Llegaron al parque y caminaron entre las gramas sin dañar las hermosas rosas del lugar.

- Lana. - llama la atención Luzu, este se encuentra en medio de un gran sembradero de rosas amarillas que adornan el lugar viéndose completamente hermoso. Lana se gira y contempla a su amigo, se ve radiante y más aún entre las rosas amarillas las cuales tienen el significado del amor y la amistad, la calidez y felicidad. Lo que puede estar sintiendo Luzu en estos momentos al estar con Lana.

- ¿Qué sucede Luzu? - pregunta la chica mientras se acerca a su amigo con su hermosa sonrisa que adorna su cara. - ¿Por qué te has detenido aquí?

- Lana ¿Recuerdas cuando nos conocimos en la secundaria? Te mirabas tan hermosa con ese suéter rosa y tu pantaloncillo corto. - Luzu sonríe mientras conmemora esa vez- Lo primero que se me cruzó en la mente fue: ''Woaho, esa chica sí que es ardiente''- carcajeo y Lana no puedo evitar sonrojarse. Luzu dio una pausa y arranco una de las rosas del amor y jugueteó un momento con sus petalos antes de entregársela a la castaña quien la tomó de inmediato y acarició sus suaves pétalos- Lana si te he traído aquí es por algo, hemos sido amigo durante mucho tiempo y lo sabes, pero desde esa vez que te vi he estado realmente enamorado de ti. Y creo que este es el momento para decir que...-Lana no lo dejo terminar, Lana lo besó. Fue el beso más agradable que alguna vez tuvo, fue un beso de amor entre dos humanos. Lana también lo quería más que un amigo y había esperado mucho porque esto pasara, por fin Luzu era de ella y ella de Luzu.

*

- Cortesía de la casa. – el moreno deja aquella tasa con café en la mesa del castaño, quien el regalo le toma por sorpresa y es bienvenido. Toma un sorbo del producto.

- Gracias. - murmura y sigue tomando de la bebida tibia.

- Has estado desde la mañana aquí, no has pedido nada. No quiero ser grosero, pero... ¿Qué haces aquí? - murmura el moreno, Rubén sonríe y deja de beber, relame sus labios mientras observa al moreno.

- Tienes razón, te he venido a invitar a salir. - los ojos del moreno se abren como platos, acomoda sus gafas estupefacto, ayer apenas tuvieron su cita y hoy le estaba pidiendo salir a un lugar desconocido, eso era demasiado para Miguel, quien era inexperto aún.

- ¿A dónde quieres salir? - Rubén ve el interés del menor y le gusta como sus ojos azabaches brillan.

- Es un lugar muy hermoso que me he encontrado, aparte de tus ojos. - Miguel muerde su labio y se aleja sonrojado, Rubén hace que se sienta nervioso con todo lo que le dice. El corazón de Mangel late muy fuerte y él no quiere eso. Aún es muy pronto, pero Rubén no ayuda cuando dice esas cosas que hacen que se sienta feliz.

- En un rato termino...-

Y así fue, en un rato de aproximadamente treinta minutos el moreno terminó su turno, cuando se acercó nuevamente al castaño ya no estaba con su uniforme, sino con un suéter que cubría gran parte de sus manos y un pantalón que le sentaba bien. Rubén de inmediato se levantó y ambos salieron sin decir palabras algunas.

El mayor caminaba adelante y Miguel pisaba sus talones siguiéndolo. Caminaron hasta adentrarse a una zona boscosa a lo que Mangel le pareció inseguro el hecho de que Rubén lo haya llevado aquel solitario lugar.

- Rubén...- llama con un nudo en su garganta, el lugar este algo oscuro y el sonido de la naturaleza se hace presente.

- Aquí es. - afirma el mayor, Miguel abre su boca estupefacto, ese lugar era uno de sus favoritos ¿Qué hacían allí? Rubén lo ha llevado al lago, un lago que tiene tantas historias desde las más oportunas hasta las más espeluznantes que cualquiera puede imaginarse.

Miguel camina hasta la orilla del lago, y suspira hondamente apreciando el olor húmedo, con cuidado Rubén se acerca quedando tras él, acerca un poco sus labios al oído del moreno quien ya está con sus ojos sellados contacto él y la naturaleza.

- ¿Te gusta? - cuestiona el mayor.

- Me encanta, para ser sincero. Uno de mis lugares favorito en toda esta turbulencia. - se gira para contemplar los orbes verdes de su acompañante. – No sabía que era tu lugar favorito. - Rubén se encoge de hombres mientras da un paso a la orilla, ahora es Miguel quien se encuentra tras el castaño - Cuéntame, ¿Cómo has llegado a este lugar, como es que lo percataste? - pregunta con animación. Rubén sonríe mostrando sus dientes, él conoce que si se atreve a contar como llegó a este lugar podría asustar al moreno e incluso no verlo más.

- Es una larga historia. - se excusa ante el moreno.

- ¿Acaso fue en un día de excursión? -

- Claro...- murmura Rubén con sarcasmo que Miguel no puede reconocer- ¿Tu como lo conoces? - el moreno toma asiento en la arena y suspira perdiendo su mirada en el lago.

- Papá nos traía a mí y a mi hermana de pesca todos los sábados, me recuerda a él. - sonríe débil y murmura: - Me gusta este lugar, porque me recuerda a é. l-

Rubén se sienta a su lado, el sol empieza a ocultarse y ambos lo aprecian en silencio, después de un rato Miguel habla con un hilo de voz – Lo extraño tanto. - confiesa, Rubén lo mira de reojo, lo comprendía, él también ha perdido a una persona ordinario en su vida.

- Ya es tarde, - murmura Rubén levantándose- te llevaré a casa. - Miguel solo asiente y se levanta sin ánimos algunos.

Rubén siente que no fue gran idea traerlo a ese lugar, pero está equivocado, el recuerdo de su padre vivo le ha aliviado mucho, y le ha recordado que fue un gran padre y que a pesar de que ya no está le ama más que nunca.

- Gracias, me hizo bien venir. - Miguel le sonríe débil, y Rubén no entiende, si se ven tan destrozado porque está bien. No dice nada, solo asiente y camina de regreso a la ciudad.

El silencio invade a los dos, cada uno sumergidos en sus pensamientos, cuando llegan se detienen frente a la puerta, ambos se observan a los ojos, el menor carraspea y juega con sus manos.

- Hay que volver a ir, adoro ese lugar. - sonríe débil- Gracias por llevarme allí. - suspira y se acerca para despedirse con un abrazo al mayor, pero este lo rechaza, se aleja y Miguel no entiende el porqué. Rubén suspira, no se siente conforme.

- Debo irme. - es lo único que expone para marcharse tan rápido ante los ojos del menor, quien traga saliva mientras lo ve alejarse, no entiende que ha sucedido ¿acaso hizo algo mal? No se explica la razón de que el mayor se haya puesto tan insólito. No queda más que entrar a su casa y relajarse un rato, aunque sería difícil porque ahora Rubén está invadiendo su mente.


Monster » Rubelangel (Nueva Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora