Capítulo 9: › Un lugar citado Acres e insólitas impresiones encontradas.
Cuando el castaño llegó a casa de su prima Lana, lo primero que hizo fue adentrarse al baño. Limpiaba su cuerpo con desesperación eliminando cada mancha de sangre que pudiera estar en su piel. Rubén se sentía molesto con el mismo por el hecho de espantar a lo que ahora parecía importarle, Miguel. Cada vez que recordaba el miedo en los ojos de Miguel, restregaba aun con más fuerza dejando su piel roja e irritada.
- Rubén...- llama Lana al darse cuenta de que su primo se está tardando más de lo normal, se siente preocupada pues su corazón le indica que nada está bien- Rubén ¿Qué sucede? - el silencio por parte del castaño se hace eterno para Lana, así que esta vuelve a intentar- Rubén...-
La puerta de la habitación de baño se abre dejando ver a un Rubén con su semblante serio, este niega sin decir palabra alguna, pasa alado de su prima evitando cualquier tema, no la quiere oír, él no pretende hablar. No le interesa lo que Lana quisiera decirle.
- ¿Qué rayos te pasa, Rubén? - el nombrado camina a lo que ahora es su habitación en casa de su prima. Lana necesita que Rubén le dé una explicación, está claro que su primo no estaba bien, que algo le estaba incomodando y como si esta fuera una especia de pitonisa, nombró a esa persona consagrada para Rubén, para el mismo demonio - .... Miguel... ¿acaso lo que te sucede, es por él. ¿Por Miguel? – como si le han proyectado un cubo de agua sagrada o le hubieran reprendido, Rubén se detiene, oprime sus puños y cierra sus ojos tratando de apaciguar el furor que le incita escuchar ese nombre.
Al no recibir respuesta, esta sabe que Miguel tiene que ver en el comportamiento de su primo - ¿Qué fue lo que le has hecho a Miguel? - su voz se quiebra y la piel del demonio se eriza, sus ojos cambian a ese azabache peculiar que lo identifica como el ser malévolo que es - ¡¿Qué le has hecho?!- exige en un grito Lana.
Con velocidad el demonio se gira y en un pestañar está acorralando a su prima a la pared, su fuerte mano está posicionada en el cuello de su prima, los ojos de Lana se encuentran cristalizados, ella está afligida por pensar que su primo a lastimado al menor de sus amigos, al pequeño e indefenso Miguel.
Un gruñido salió de sus labios y al ver como la piel de su prima cambiaba de color, la soltó sin sentir remordimiento.
- Basta, basta maldita sea. No le he hecho nada... Yo nunca le haría nada, Lana. - sus palabras en algún instante fueron sinceras y la verdad estaba en sus oscuros ojos, que comenzaban a volverse de forma normal mostrando ese verde.
Lana sintió que su primo expresaba la verdad, pero no podía confiar en él, no podría confiar en un demonio.
*
El cielo era gris y llovía a cantaros, ni una estrella en el firmamento, las calles solas estaban. Sin duda la noche se miraba afligida. Como la noticia que la familia de Miguel recibiría.
El timbre sonó y de inmediato el pelinegro corrió a la puerta, abrió esta y se encontró con dos policías observarlo con cierta angustia. Uno de los policías aclaró su garganta antes de decir:
- ¿Casa de Miguel Ángel Rogel Ruíz? Lamento decirle que su padre ha fallecido...-
Con ese triste recuerdo, Miguel abrió sus ojos de golpe, suspiró hondo y con pesadez se sentó en su cama, con nostalgia observó su habitación y notó la escasa luz que se colaba por su ventana.
No podía evitar sentirse afligido por aquel recuerdo, el cual lo marcaría por y para siempre. Sin ánimos alguno tuvo que levantarse y salir de la habitación antes que su madre se levantara y retornara el mismo tema sin definición de la madrugada.
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Monster » Rubelangel (Nueva Edición)
Hayran KurguYo, yo ¿Cómo debo sentirme? Si ellos, las entidades me miran a través de la lumbrera. Esa noche, él me ha lastimado, me ha dañado. Él me ha avergonzado. Lucho lo más que p...