Capítulo 3: Felicidad

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Kousuke sentía que algo raro pasaba, por lo que estaba preocupado. Desde hace varios días que había visto a Masahiro comportarse distinto, como si algo ocultara.

Terminó su clase y comenzó el receso, saliendo del salón rumbo a la sala de profesores, mientras todos los alumnos salían directo a comer sus almuerzos.

Al llegar a la sala de profesores, vio con sorpresa, como su hermano menor lo esperaba afuera, mirándolo angustiado.

—¡Setagawa se desmayó!

Sin importarle nada más, se fue junto a su hermano a la enfermería.

Al llegar allí, vio que los amigos de su hermano y de su novio estaban reunidos, muy preocupados por el último, quien estaba durmiendo sobre una camilla de la enfermería.

Le pidió a todos que se fueran a comer, que no perdieran el receso del almuerzo. No muy convencidos, obedecieron, dejándolo solo con el joven durmiente.

Se acercó a Masahiro y le acarició la cabeza con delicadeza y cariño. El verlo de esa manera, no hacía más que confirmarle que algo raro pasaba con él.

Se quedó a su lado, viéndolo dormir y cuidándolo. Hasta que finalmente, el muchacho despertó.

Masahiro se puso muy nervioso, sabía que debía contarle a Kousuke sobre su embarazo, sin importar cual pudiera ser su reacción. Él era el padre del bebé que esperaba, se merecía saberlo, y además, ya no podía seguir aguantando la ansiedad que ocultarle esa verdad le provocaba.

—¿De cuándo que no te has sentido bien?— preguntó Kousuke.

—Desde la semana pasada.

—¿Y por qué no me habías dicho? Te llevaré con el médico, después de clases.

—No es necesario. Ya fui.

Kousuke alzó una ceja, mirándolo confundido.

—¿Qué sucede? ¿Por qué no me has contado esas cosas?

—No quería preocuparte— respondió Masahiro, tratando de no mirarlo a la cara.

—Me preocupas más de esta manera. No me ocultes estas cosas, creí que ya habíamos superado nuestro problema con la comunicación.

—Kousuke-san, hay algo muy importante que tengo que contarte— se atrevió a decir.

El mencionado lo miró con sorpresa, y un poco asustado por sus palabras.

Masahiro se sentó firme sobre la camilla, mirándolo a la cara. Kousuke tenía razón, con el tiempo de relación que llevaban, ya habían superado el problema de la poca comunicación que tantos conflictos les había causado en el pasado. Ahora todo era distinto, tenía que serlo.

Masahiro llevó sus manos a su vientre, sin dejar de mirarlo, se llenó de valor para poder hablar.

—Kousuke-san, estoy embarazado. Vamos a tener un bebé.

Kousuke abrió los ojos con sorpresa, sintiendo la noticia como un gran golpe en el pecho. Miró a su pareja, quien había bajado la mirada y había empezado a tiritar de los nervios.

—Debí habértelo contado antes, lo lamento— comentó Masahiro, sin mirarlo a la cara.

—Cierto, debiste hacerlo— comentó acercándose hacia él y sentándose a su lado en la camilla.

Kousuke, sin dejarlo reaccionar, lo atrapó en un gran abrazo.

—¿Lo dices en serio? ¿Vamos a ser padres?— preguntó el adulto emocionado, con la voz un poco entrecortada.

De los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora