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La gente cuenta hasta tres y el jurado da el resultado: uno dice réplica y los otros dos me señalan a mí.
Lo primero que hago es salir corriendo a abrazar a Dam, que me abraza y me levanta. Es la primer batalla que gano.
—Bien ahí, Lolita —dice Ecko, que está al lado mío—. Te lo merecías.
Dam me da un beso en el cachete y yo vuelvo para el escenario. Sigo compitiendo y, maravillosamente, pierdo dos batallas después. Pero algo es algo, y más cuando recién empiezo con esto.
—Estuviste espectacular hoy —me dice Dam cuando estamos en el bondi volviendo para casa—. La próxima fecha es tuya.
—No, no, lo mío es como el tema de Paulo: lento pero seguro. Voy de a poco, sino tremendo quilombo entre el free, el colegio, la familia... —toco el timbre para bajar—. Te quedás a dormir hoy, ¿no? —pregunto aunque ya sé la respuesta. Escuché a mamá cuando se lo preguntaba.
—Obvio, Miriam dijo que iba a cocinar milanesas con papas fritas en mi honor. —sonríe.
—A mí me parece que vos venís a casa por la comida y no porque me querés.
—Te quiero, pero entre vos y un plato de milanesas con papas fritas... —habla y yo lo empiezo a golpear—. ¡Te elijo a vos, te elijo a vos! —grita y yo paro, sonriendo—. Abusadora.
—Tarado.
—Boba.
—Siome.
—¡Dami! —grita mamá en cuanto abro la puerta, y corre a abrazarlo como si fueran amigos de toda la vida—. La comida ya está lista, Lola poné la mesa.
La miro abriendo los ojos, ¿por qué no pone la mesa Dam? Pero igual le hago caso (para no desafiar su ira ahre). Nos sentamos todos en la mesa, y empezamos a comer. Damián come como un descosido: no tiene fin el conchudo. Mamá lo mira orgullosa, prácticamente lo adoptó como hijo propio; y yo lo miro porque, bueno, ¿por qué no mirarlo? Es tan lindo el hijo de su putísima madre ahre lo re puteaba.
Terminamos de comer, lavo los platos —porque soy una esclava en mi propia casa—, y después de saludar a mamá nos vamos a dormir.
—Poné Harry Potter. —dice tirándose en mi cama con una bolsa con caramelos.
—Me vas a dejar todo pegoteado, loco. —suspiro mientras pongo Netflix—. Además ya la viste ayer, ¿tan fan ibas a ser?
—Primero, me dormí a la mitad de la película así que no te podés quejar, y segundo, yo jamás, jamás, podría ensuciarte la cama.
—Si sos un chancho comiendo, Damián —revoleo los ojos—. Ocupás toda la cama, haceme lugar, tarado.
—Ni ahí, acostate en el piso. —sonríe ocupando todavía más espacio.
—Dam...
—No.
—Bue, vos lo pediste. Después no llorés, eh. —voy para atrás, tomo carrera y me tiro encima de Damián como una morsa.
—¡LOLA! —grita el loquito.
—¡DEJEN DORMIR, CHE! —se siente gritar a mamá.
—¡PERDÓN! —contesta Dam—. Estás re loca, Lola —se ríe haciéndome lugar al lado suyo—. Dale, andá a dormir que mañana tenés colegio.
—La noche recién empieza, wacho. —respondo parándome y empezando a saltar sobre el colchón.
Dam revolea los ojos y se agarra la cabeza (apa) con las manos.
—¿Qué hice yo para merecer esto, la puta madre?
—Nadie te mandó a ser mi amigo igual. —le respondo.
Él se ríe y me agarra de los pies, tirándome para abajo. Casi me hago pija la cabeza contra el respaldo de la cama.
—Dormí, Lola, que nos va a cagar a pedos tu vieja.
—Casi me rompo la cabeza por tu culpa, pedazo de gil —lo golpeo—. Recién son las diez aparte, no puedo dormirme a esta hora.
—Lola, o te vas a dormir vos, o te duermo yo.
—¿Con cinco tactos hoy me dormís? Ahre, acá citando las palabras de tu novio.
—Uh, se ve que mientras más tarde es, más pelotuda te ponés —revolea los ojos—. Dormite la recalcada concha de tu vieja.
—¿Pero y la película? ¿Para qué me rompiste las bolas con que la ponga?
—Mientras vos roncás como una morsa, yo la veo.
—No, wacho, no la vas a ver sin mí. Mi casa mis reglas.
—Bue, entonces apagala y listo.
—Pero no quiero dormir.
—Las bolas al plato me tenés —dice enojado sacándome el control remoto y apagando la tele. Lo deja en la mesita de luz, después se acomoda abrazándome por la cintura y pegándome a él; cierra los ojos y sonríe—. Que sueñes con cosas lindas, osea, conmigo.
Ah, listo, quiero dormir así todas las noches.
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*lukitas estaba haciendo un vivo y leyó todas las pelotudeces que le puse #wenaaaaaa
