A las ocho.

1.4K 166 49
                                    


Entreabrí los ojos molesto por los rayos del sol que entraban por la ventana. Bostecé con fuerza y observé como Theo me mantenía agarrado de la cintura mientras parecía que seguía durmiendo. Parecía.

Tras mi bostezo, sus manos acariciaron mi cintura lentamente y se acercó un poco más a mi para darme un beso en la mejilla.

- Buenos días - Susurró cerca de mi oreja antes de morderla riéndose-.

- Buenos días Theo.

- ¿Has dormido bien? 

- Sí, he dormido bien- Respondí llevando mis manos a las suyas-¿Y tú?

- Mejor que nunca. Te dije que dormir así era la mejor manera.

Durante unos segundos pensé la respuesta para lo que acababa de decir, pero no la encontré. Había dormido bien, e intentar hacerle creer que no era para tanto, no me parecía necesario. Me gustó dormir así.

- ¿Quieres desayunar antes de que te lleve a casa?

Asentí en silencio acariciando sus manos con suavidad. Realmente me encontraba a gusto con él. Era extraño. Theo me había ganado. 

- Entonces será mejor que nos levantemos, se nos han pegado un poco las sábanas.

Y así fue como dejó de abrazarme. Ambos nos levantamos de la cama y caminamos juntos hasta la cocina. 

Ayudé a Theo a preparar un par de tostadas para cada uno, y luego me senté al ver que cogía dos vasos.

- ¿Puedes coger el zumo de la nevera? - Preguntó sonriente-.

Asentí y nuevamente me levanté para dirigirme a la nevera y cogí un bote de zumo para dejarlo sobre la mesa. 

Los dos nos pusimos a desayunar en silencio, cosa que agradecí, ya que recién levantado puedo ser algo desagradable. Necesitaba despejarme un poco antes de tener una conversación interesante.

Resoplé llevando mis manos a mi abdomen y Theo se rió mirándome.

- ¿Ya te has llenado? 

- No suelo comer nada recién levantado. No puedo. Hoy estoy haciendo una excepción. 

- ¿Por que estás conmigo? - Preguntó Theo alzando una ceja-.

Su pregunta me descolocó por completo. 

- ¿A que te refieres? - Pregunté confuso alzando también una ceja-.

- A que si comes obligado por que estoy aquí. 

Me encogí de hombros y lo miré.

- Sí...

- ¿Es que crees que voy a enfadarme por que no comas? 

- Pues no lo sé Theo. Estamos en tu casa, y supongo que si te digo que sólo quiero desayunar zumo, queda feo por mi parte. 

- ¿Y? 

- Pues que... No lo sé.

- Liam, si no te apetece comer, no comas. No voy a obligarte a comerte el desayuno, no soy tu madre. 

- Se que no eres mi madre - Murmuré cruzándome de brazos- Lo que... No se que eres.

Theo me miró descolocado.

- ¿De que hablas? - Preguntó confundido a punto de morder una tostada-.

- A que no se que somos. ¿Amigos?

- Es una buen pregunta. ¿Que somos Liam?

Arrugué el morro mirándolo y me encogí de hombros.

Perdido en mi otro yo (Thiam).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora