Los Extraños Visitantes

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El dolor que provocaba el veneno se había concentrado en mi cabeza, era agotador estaba desorientada, ya no sentía el brazo pero sabia que no lo había perdido por que lo movía un poco, creo que Shina y Katzuhiro no sabían que estaba despierta por que hablaban muy bajo...

-Viste el tamaño de esa cosa?- Katzuhiro sonaba asombrado
-Esa cosa se llama Basilisco, como se le ocurrió enfrentarse contra eso? son altamente peligrosos!!!- Shina se escuchaba molesta y preocupada al mismo tiempo
-Pero salio librada de esta, con algunas heridas pero esta viva-
-Algunas heridas? su cuerpo esta infestado con veneno de basilisco!!! me sorprende que siga viva-
-Tienes razón, ya han pasado 5 días desde que llegó, yo sabia que el veneno de ese tipo mataba en unos cuantos minutos-
-Sera inmune? hay algo en ella que es diferente del resto de los humanos-
-Ella no es humana al 100% eso me dijeron cuando me enviaron a cuidarla-
-Si recuerdo eso, el gran consejo de las hadas me dijeron que ella solo se veía como humana pero que no lo era realmente, pero entonces...-
-¿Que es?- los dos hicieron esa pregunta al mismo tiempo y siguieron hablando pero el dolor me había agotado y me quede dormida...

-Siempre sonríe, aunque por dentro estés destrozada, así nunca te van a lastimar- esa voz... es idéntica... a la de mi hermano... 

-Donde estas?-  nadie respondió, tal vez solo era un recuerdo, de todos esos consejos que me daba, estaba soñando lo raro es que tenia conciencia en ese sueño, ya nada me dolía o había muerto? no lo se, abrí los ojos y vi el lago azul iluminado por la gran luna llena, sonreí... estaba viva, intente enderezarme y sentarme pero un dolor punzante en el brazo izquierdo me detuvo...

-Pam no te muevas mucho, tu brazo aun no ha sanado por completo, necesitaras reposo por un buen tiempo- La voz de Shina me tranquilizo y me moví con mas cuidado, cuando logre sentarme vi que mi brazo estaba inmovilizado con un cabestrillo hecho de ramas y lianas...

-Gracias, está... quebrado?- 
-No, solo estaba dislocado, Katzuhiro y yo te lo hemos acomodado de nuevo pero necesitara tiempo para sanar por completo, los dientes del basilisco rompieron algunos músculos afortunadamente tienes una sanación rápida-
 -Y el veneno?-
-Al parecer tu cuerpo es inmune al veneno, ves ese liquido dorado?- Shina apunto a un pequeño charco dorado con negro y rojo, yo asentí cuando lo vi, pero no sabia que era -Lo negro es el veneno, lo rojo tu sangre y lo dorado no lo sabemos pero fue lo que saco la mayor parte del veneno de tu cuerpo-

No dije nada mas, estaba intrigada por ese liquido viscoso y dorado, tome un pequeño frasco para guardar de esa sustancia, otro para el veneno y otro para mi sangre combinada con lo demás.

Según Shina y Katzuhiro había dormido por varios días por eso no me sentía ya tan agotada, tenia que comer una fruta que Shina había traído de su aldea; ayudaba con el dolor y sanaba lentamente mis heridas.

De nuevo comenzaba a ser feliz, después de estar al borde de la muerte estaba agradecida de seguir viva, me alegraba tener a mis guardianes para cuidarme.

Ya habían pasado algunos días; mi brazo ya no dolía y podía moverlo, no lo forzaba mas de lo que debía, me quedaron algunas cicatrices pero no me importo mucho me hacían ver ruda.

Una noche mientras Katzuhiro y Shina dormían yo observaba el lago, una nube se posó frente a la luna haciendo que mi mundo se oscureciera y escuche unas voces...

-¿Es Ella?- una voz aguda como un duendecillo, estridente pero suave a la vez
-Eso parece- 
habló una voz grave con un toque refinado 
-¿Quien esta ahí?-
pregunté firmemente
-Nos ha descubierto que hacemos ahora?- pregunto el duendecillo
-Buena noche, esperamos que este bien señorita- dijo cortésmente el de la voz grave

-Buena noche, ¿quienes son ustedes?- los buscaba con la mirada pero solo logre encontrar dos sombras, una imponente de unos 2 metros y otra mucho mas pequeña de unos 20 centímetros parada sobre el hombro izquierdo del grandote, debo admitir que sentí miedo ante aquella visión pues aun no podía luchar y el era muy grande, pero nunca atacaron, fueron amables, ademas había algo en ellos que atraía mi curiosidad, me levante con cuidado -Su esencia es parecida a la de alguien que conozco, quienes son ustedes?-
-Esta herida?- pregunto la voz grave con un poco de preocupación
-Solo lastimada, si no me dirán quienes son por favor retírense, no se como entraron aquí, solo existe una persona capaz de encontrar este mundo y creo que tienen relación con él...
-A quien se refiere?-

-A mi hermano mayor Itacho- murmure con tristeza

Se quedaron en silencio un momento y percibí más su energía, era como la de Itacho, no puedo describirla pero sabia que tenían relación con él...

-La esencia de la oscuridad es muy similar una de otra, tal vez sea eso-
-Oscuridad, entonces lo conocen... ¿¡Donde está él?!- demandé
-No podemos decirle señorita-
-Entonces saben donde está- murmure pensativa -díganme como encontrarlo por favor-
-Ni siquiera deberíamos estar aquí, pero queríamos ver a la hermana del Señor- la voz del pequeño me tomó por sorpresa
-¿Señor?-
-El Señor Oscuro señorita- dijo la voz aguda
-Ya hemos hablado suficiente debemos irnos, esperamos que se recupere pronto señorita- La voz grave y aterciopelada

Fui rápidamente a donde estaba y detuve al gran ser del brazo
-Dime como puedo encontrarlo por favor, lo extraño demasiado-

El grandote suspiro y bajo su mirada a mi -Conoce la entrada al infierno?-
-Estuve cerca de ese lugar hace poco-
-El valle mas cercano a la puerta de hierro negro es donde él está, se llama "El Valle de la Muerte", pero señorita usted no debe ir ahí; es peligroso podrían herirla o matarla, por favor prometa que no ira al Valle-
-No puedo prometer eso, tomare el riesgo de ir a buscarlo- lo solté y pensativa volví al pie del gran árbol
-¿Que acabas de hacer Krad? si el Señor sabe que venimos a buscarla nos castigara!!- 
-Ichigo, no te preocupes él también la extraña-

Desaparecieron inmediatamente dejándome con esas ultimas palabras de Krad rondando mi cabeza

-También me extraña-

No perdí mas tiempo y comencé a idear un plan para ir al Valle de la Muerte, tenia que encontrarlo, correría ese riesgo pero mi brazo aun era débil si intentaba ir ahora probablemente moriría antes de llegar al valle de la muerte, así que primero debía fortalecerme, después encontrar una forma de esconderme, -¿como ocultaré mi luz y mi energía?- pensé hasta que amaneció y por primera vez en casi un año, salio el sol detrás de los cerros que rodeaban el lago, la luz brillante que llenó mi mundo lastimaba mis ojos y tardé un rato en acostumbrarme, había estado tanto tiempo en la penumbra que la luz era dañina para mi vista, hermosos colores del alba le dieron vida a este mundo, la esperanza surgió de mi corazón, sabia que lo podría encontrar.


Memorias de una chica extrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora