Las Alas de Sangre

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Credo me observaba molesto, pero sin moverse de su trono

-Interesante, que planeabas hacer si dormíamos todos? no hay salidas para ti y tampoco puedes desaparecer, me eh ocupado de todos esos detalles...

No lo pensé mucho, así que salí corriendo lejos de el, me adentre en el laberinto de pasillos del castillo, el vestido que llevaba era pesado y me dificultaba avanzar mas rápido, así que fui corriendo a mi habitación asignada...

Credo no me siguió, creo que confiaba demasiado en que no había salidas, pero si llegue aquí debía haber al menos una y tenia que encontrarla...
Me cambie el vestido al ligero y resistente que Shina me regaló y aparecí mi katana blanca decidida a escapar de ese lugar...

Espera... si puedo aparecer mi Katana, esa ha de ser la salida... una invocación inversa??

Estaba pensando en como Shina me había enseñado a aparecer mis arma, uno de los requisitos era que cada una de las cosas que quisiera invocar tuviera mi sangre... Un fuerte ruido me distrajo de mis pensamientos, Credo estaba golpeando la puerta, no perdí mas tiempo e intente poner en practica mi idea... no funciono... Credo destrozo la puerta y entro hecho una furia...

NO PODRÁS HUIR!!!

Me puse en posición de ataque, mi corazón latía tan fuerte, nunca me había enfrentado a alguien como el... mucho menos sola... mi hermano, donde estará?... El tamaño de Credo era enorme, unos 2 metros y medio como mínimo, no sabia si podría enfrentarme a el, pero tenia que intentarlo, no me daría por vencida tan fácilmente, Credo desenfundo una enorme espada plateada y me ataco sin mas, me protegí con mi katana, pero la fuerza que empleaba era demasiada así que lo empuje como pude deshaciendo su ataque, puse mi palma derecha en el suelo y extendí una capa de hielo congelando sus pies, pero no fue suficiente y con un solo movimiento rompió el hielo acercándose a mi, luchamos por un momento, nuestras espadas chocando la una contra la otra,  en cuestión de segundos, había logrado congelar la habitación, hacia demasiado frió, pero yo tenia calor, mi fuerza aumentaba y lo ataque con mas ferocidad, logre herirlo pero no detenerlo, su sangre manchaba mi espada, mi vestido y la habitación, se veía visiblemente agotado, así que rodé en el suelo y pase entre sus piernas, al tomar equilibrio corrí lejos de esa habitación, Credo grito tan enfurecido que el castillo entero retumbo... Algo había notado, Credo tenia mucha fuerza pero era lento... corrí entre los pasillos un buen rato, esperando tomar distancia de Credo, al fin llegue a un salón rectangular muy largo, mientras corría pensaba en como hacer funcionar mi idea, una invocación inversa...

Sangre, necesito sangre, la tengo, pero como llevarme a otro lugar?... CLARO!!! a un lugar donde haya sangre mía...

Corte levemente mi dedo pulgar derecho y en el lugar donde estaba trace los mismos símbolos que tenían mis armas en el estanque de mi mundo, si no había salida de ese lugar... yo la abriría... haría un portal directo a donde estaban mis armas, al estanque, solo esperaba que funcionara...

Escuchaba a Credo acercarse, yo aun seguía trazando runas elficas, vikingas y de otros tipos que, no se como, pero las sabia, las reconocía, sabían que significaban...

Acababa de terminar la ultima runa, Credo entro, lo vi desde el otro lado del salón, nos separaban unos 50 metros, mi katana la sujetaba con las dos manos y con la punta sobre unos 10 centímetros el circulo de runas que acababa de dibujar con mi sangre, las gotas del rojo liquido resbalaba por la empuñadura hasta la hoja de la espada...

Que eres tu? -pregunte al enorme ser que estaba frente a mi
Lo mismo que tu... un ángel caído... no... UN ÁNGEL EXPULSADO DEL CIELO!!!
Yo no soy un ángel caído... soy mas que eso -
murmure mas para mi que para Credo e inmediatamente choque la punta de mi katana contra el circulo de runas...

Una brillante luz roja y dorada me cegó por unos instantes y cuando me di cuenta estaba en el fondo del estanque congelado, el agua estaba helada y yo me quedaba sin oxigeno, nadé lo mas pronto que pude hacia la superficie, hasta que choque contra la gruesa capa de hielo del estanque, había unas burbujas de aire atrapado y las inhale como pude, dándome un poco mas de tiempo... toque con la palma de mi mano el frió hielo y este inmediatamente se derritió, salí del agua inhalando con fuerza, cuando tuve suficiente oxigeno comencé a reír... no se si de histeria o alegría, pero reí tanto que Itacho se me quedo viendo extrañado en vez de preocupado...

Como haz... como lograste... hermanita me tenias preocupado -Itacho me abrazo ayudándome a salir del agua helada
Estoy bien, logre escapar sin daños, no podía pelear contra el, era demasiado fuerte...

Has estado perdida por mas de un mes!!! Te he buscado por todos los lugares que eh podido, donde estabas?
En el castillo de Credo, un ángel caído... -
luego recordé sus palabras, soy lo mismo que tu, un ángel caído -Hermano... que soy yo?
Que eres tu?... tu eres Pamela, mi hermana... y sabes algo? te lo haz ganado...

Nos levantamos, me abrazo poniendo sus manos en mi espalda y poco a poco sentí brotar de mi columna una cálida sensación, pero también mi garganta quemaba, había gastado mucha energía en las ultimas horas, necesitaba alimentarme, no lo pensé, mordí el cuello de mi hermano y bebí su sangre, poco a poco me sentía mejor, el ardor de mi garganta disminuía y de reojo vi lo que el hacia, me había dado unas enormes y hermosas alas blancas, como las alas de una mariposa, pero algo extraño ocurrió, mientras yo mas bebía su sangre, las venas de mis nuevas alas se teñían de su sangre, cuando cada vena resaltaba con ese hermoso color rojo deje de beber, sonreí viendo a mi hermano mayor y él, beso mi frente tiernamente...

Me alegra que estés bien, ahora tienes un pedazo de mi, mi sangre te protegerá siempre pequeña hermanita...


Memorias de una chica extrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora