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Narra Jimin.

Las advertencias del hombre nos habían puesto alerta los últimos días. Tanto ella como yo poníamos atención a cada llamada telefónica de su madre, pero al no ver nada fuera de lo normal comencé a despreocuparme, sin percatarme meramente de los planes de mi padre.

Ya se me hacía costumbre pasar a buscar a ____(T/N). Toda la gente de la escuela sabía o al menos sospechaba que teníamos algo, aunque ninguno de los dos se esforzaba por negarlo. Me había encontrado algún par de veces con Hye, pero ella desviaba la mirada rápidamente con vergüenza. Muchos amigos me habían preguntado cuando volvería, mis respuestas no dejaban de ser ambiguas, en realidad no tenía ganas de retomar las clases, si es que llegaba a hacerlo iba a ser por las exigencias de ____(T/N).

Una vez me reuní con ella salimos de la escuela, conversamos de cómo nos había ido en el día y otras cosas sin importancia hasta llegar a casa, claro que nos tardamos bastante, ya que me parecía lindo caminar juntos a ella.
Una vez casa, nos encontramos con el teléfono de su madre sonando en la mesa.

-Seguramente lo olvidó antes de salir al trabajo -se encogió de hombros ___(T/N).

-¿No vas a contestar? -pregunté ladeando la cabeza.

-No tengo ganas -soltó un largo suspiro- ¿Piedra papel o tijeras?

Solté una risa -Lo haré yo.

Me dió una gran sonrisa y subió la escalera dando saltitos, aún con la mochila en su espalda.
Tomé el teléfono con rapidez evitando que colgarán y contesté rápidamente. Antes de que pudiese hablar una voz me detuvo, dejándome en seco.

-Dejemos las formalidades -bufó mi padre a través del teléfono-. Te has tardado demasiado tiempo en darme una respuesta, ya te lo había advertido incluso te dejé pensarlo pero mi paciencia se agota y sabes lo que soy capaz de hacer. Tienes razón, no puedo demandarte por tener la custodia de mi hijo, pero claro que tengo otras cosas por las que sí. Tienes hasta este viernes para llamarme o no respondo.

Se cortó la llamada sin dejarme protestar ni una sola vez.
Solté un gruñido de frustración.
¿Qué día era? Ya lo recordaba, miércoles. Debía hacer algo antes de que ocurriera algo peor.
Todo eso estaba pasando por mi culpa ¿Qué pasó por mi cabeza cuando decidí ir a vivir de nuevo con mi padre? Me había costado un montón conseguir vivir solo. Cuando volví con él demostré que podía llevar el negocio por mi mismo, eso fue suficiente para que mi padre hiciera de todo con tal de recuperarme. No dejaría que hiciera lo que quisiera conmigo, no más.

-¿Ocurre algo malo? -preguntó la dulce voz de ____(T/N) bajando la escalera.

-¿Por qué? -repliqué intentando disimular.

-Estás frunciendo el ceño.

Llevé mis manos hacia mi frente y pude comprobarlo. Sonreí de manera tonta entrecerrando mis ojos y ella suspiró aliviada.

-No me había dado cuenta -respondí.

-Eres muy tierno -me devolvió la sonrisa.

Tomé sus mejillas con ambas manos y junté su frente a la mía. Ella me miró con desconcierto y vergüenza, cosa que me pareció adorable. Le di un beso en la frente y ella cerró los ojos.
El teléfono volvió a sonar.

Ella lo miró con hostilidad -¿Por qué llaman tanto?

Tomó el teléfono rápidamente y yo lo intenté arrebatar. No quería quería que se enterara de lo que estaba pasando ¿Qué pasaba si comenzaba a odiarme? Sabía que era egoísta mi punto de vista, pero no sabría que hacer si fuese así. Ella se había vuelto un todo para mí, no quería alejarla... ¿Pero que pasaría si esa fuera la única opción?

Desearía Poder Odiarte ↠{Jimin y Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora