SEÑOR PSICOLOGÍA

7. Sangre y Tierra

Es curioso lo que el miedo puede hacerte, ¿no? Te paraliza, te corta la respiración... y puede hacer que hagas cosas que jamás harías.

-Yo... desde los nueve años... No me acuerdo bien...- suspiré, no quería hacer esto -pero bueno, digamos que desde esa edad... Paul abusa de mí... Y digo abusa, no abusaba. No solo física y mentalmente. Se escurre a mi cuarto para violarme, no le importaba si estaba mamá en casa o no... Una noche, yo en ese entonces tenía 10, Paul encontró a mi cuarto y de nuevo abusó de mí, pero pasó algo diferente esa vez, mi mamá inconscientemente entró también a mi cuarto cuando él, ya sabes, y pues...- mi voz se estaba rompiéndose, sentía que las lágrimas se me iban a salir, no quería que Dasher me viera llorando.

-Yo... ella entró y nos vio, yo estaba llorando porque ni siquiera había pasado una semana de que él había abusado de mí y...- miré el suelo para no mirarlo a los ojos y que notara mis ojos rojos. -Yo solo era un niño, estaba entrando a la pubertad, me dolía todo y ver... ver a mamá entrar al cuarto y que no dijera nada...- Y llegó ese momento en el que no pude más, lloré de dolor y rabia -¡Ella sólo entró al cuarto, vio al maldito violandome y no dijo ni mierda!

Levanté la mirada y lo vi a los ojos.

-¡¿SABES ACASO LO QUE SE SIENTE ESO?! ¡SER VIOLADO POR TU PADRASTRO DE MIERDA, QUE TU MAMÁ LOS VEA Y QUE ACTÚE COMO QUE NO PASÓ NADA RARO?!- Pasé la manga de mi chaqueta por mis ojos y sequé mis lágrimas. -Pero me vengaré, lo haré. Fue una promesa que me hice a mí mismo a los once. Me vengaré de esos malditos.

-Tim, la venganza no es buena. Trae malas consecuencias y...

-Solo lo dices porque nunca pasaste nada así de horrible...

-Claro que sí.

Levanté la mirada de nuevo. Dasher se lanzó de su silla y se hizo junto a mí. Tomó mis manos y de inmediato sentí algo, era como una ola de tranquilidad, de felicidad, me daba paz. Era como... si fuera mi papá.

Vi sus manos apretando las mías, levanté la mirada y sus ojos me hacían sentir más tranquilo, más calmado, como que todo estaba bien, como que todo estaría bien.

-Tal vez no "así" como tú, pero algo es algo. Mi padre casi mata a mi madre y a mi hermano, él salía todas las noches a tomar y volvía ebrio, muy ebrio, él peleaba con mamá, la golpeaba y más cuando estuvo embarazaba, él creía que ese bebé era de su vecino o de su jefe, él creía que mamá lo engañaba, pero no era así. Algunas veces él estaba dispuesto a matar a mamá, pero yo me interponía frente él para que me golpeara a mí en lugar de a ellos.

Ahora entiendo porqué tenía una cicatriz horrible en el brazo. Pero no estaba realmente convencido de que fuera verdad. Cualquier podía hacer una historia para ni hacer sentir mal al otro y que siguiera contando.

-Algunas veces él también abusaba de mí, pero yo jamás le dije a mamá, no la quería hacer sentir mal. Él también sufría esquizofrenia, un día le dio un ataque en casa, mamá llamó a una ambulancia y lo llevaron al hospital, en menos de una hora él había muerto. Jamás lo odié, sabía que su agresión era causa de su enfermedad, cuando no tomaba, él era un gran padre, él me regaló mi primer balón y me enseñó a jugar hochey. Él era increíble...

Mi papá también era increíble...

-¿Q-qué pasó después?

-Esa es otra historia, gatito.- me soltó las manos y volvió a deslizarse para estar de nuevo atrás de su escritorio.

-¿Gatito?- sentí una invasión de tristeza cuando él se apartó, él me hizo sentir tan bien por un momento.

-Sí. Los gatitos son curiosos, ya te dije que la curiosidad mató al gato. Y además, con esos ojotes que te tienes, ¡uff! Todo un gato sin duda. Me gustan tus ojos.