SEÑOR PSICOLOGÍA

11. Reloj

-"...cuatro de cada diez niños pasan su infancia en hogares de un solo progenitor. Aproximadamente una parte de los matrimonios son ilegítimos y la mayoría provienen de adolescentes. Una importante mayoría de los padres maltratan a sus hijos. La primera causa de muerte de niños menores de cinco año es el maltrato. En promedio, treinta y dos adolescentes se quitan diariamente la vida en América..."

Salí de mi cuarto hasta la sala escuchando unas voces abajo. Fui a las escaleras a ver lo que pasaba, era la señora Sparks con la televisión. Estaba sentada en el sofá con su bata y abrigo. Tenía las manos en sus ojos, con la cabeza agachada. Parecía triste o molesta. Aunque yo estaba molesto y todavía la odiaba, aún sentía algo por ella. Tenía en la cabeza la idea de que estaba mi mamá ahí, Paul tenía la culpa de todo esto. La tenía oculta, atrapada. Pidiendo auxilio.

Bajé lentamente para que no se diera cuenta, pero como ustedes saben, las mujeres tienen los sentidos más agudizados y de inmediato me vio. Se levantó y apagó el tele. Se pasó la manga de su pijama por la nariz, parecía que estaba llorando.

-Oh, Tim. Yo... no quería despertarte.

-Está bien, ya estaba despierto.

-Tim...- me miró con sus ojos rojos y llenos de lágrimas. Se acercó a mí y puso sus manos en mis hombros. Jadeó y suspiró. -Hijo... lo siento mucho por todo lo que te hice.- su voz empezó a quedarse y no sabía qué hacer. Nunca me había tocado una situación así antes.

-Uhm...

-¡Sé...! Sé que no soy la mejor mamá del mundo. Cometo errores y no estoy todo el tiempo. Pero trato de hacer lo mejor para darte lo que mereces, lo que necesitas.

Había sentido un olor a vino, sabía que cuando estaba deprimida, ella se levantaba a media noche y tomaba mientras lloraba. La primera vez que la vi, fue la primera noche que papá murió.

-Yo solo quiero que seas feliz. No me dejes.

-Si realmente quieres que sea feliz, deja a Paul.

-No puedo.- se alejó de mí y caminó en círculos un momento.

Es asombroso que prefiera a un maldito idiota en lugar de su propio hijo. ¡¿Quién diablos hace eso?! Sólo las personas sin sentimientos. ¡¿En verdad le gustaba ver a su propio hijo ser abusado en su propia casa por un pedazo de mierda?!

¡¿EN SERIO NO LO VA A DEJAR?!

¡¿"NO PUEDE"?!

Gruñí. Me di la vuelta y estaba listo para volver a mi cuarto a seguir durmiendo. Era mi tercer día de expulsión y no iba a levantarme a las siete. Subí el primer escalón de vuelta y sentí entonces una mano sujetando mi muñeca.

-Tim... Quiero que hagamos algo especial hoy. Como cuando eras niño y salíamos a divertirnos, ¿recuerdas? Íbamos al parque a jugar en los columpios, íbamos a la heladería y pedías tu combinación favorita, yo te miraba saltar y jugar en el inflable cerca de la máquina de chicles, mi bebé... Cuando éramos solo tú y yo.

-Ya no tengo seis años. No quiero nada contigo.

Me solté y seguí caminando. No quería pasar tiempo con ella. Quería seguir como había hecho en los últimos días. Sólo yo, Fox, mi cama, mi PlayStation y la televisión. No necesito nada más, a nadie más. Estoy muy feliz solo en la casa. No la necesito, ni mucho menos necesito su tiempo y mentiras. Estoy cansado de la gente. La gente solo inventa cosas y crea conflictos. Las personas solo buscan deshacerse de sus propios problemas sin importarles los demás. Ya me agoté de que me lastimen y no estoy de humor para tener otra pelea de ningún tipo.

Seguí subiendo las escaleras, pero ella caminó rápidamente y se puso delante de mí.

-Por favor.- se veía realmente mal. No quería verla así, realmente no quería verla. No quería ser un testigo de la desintegración de su vida.