17. Cazador

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Gruñí cuando mi cabeza golpeo otra vez la ventana del bus. Un viaje de casi dos horas, solo quería huir de todo esto. No sabía muy bien a donde iba, solo quería estar lo más lejos posible.

El autobús se detuvo. Había hecho unas paradas antes y sabía que el viaje no iba a durar dos hora y media como se decía. Era mucho más y todo por la nieve.. Pero no me importaba. Quería estar lo más lejos y "relajado" que se pudiera.

-¡Alguien que le dé un lugar a la muchacha!- gritó el conductor.

Al otro lado del pasillo un hombre de color se levantó y le dio su lugar, junto a una señora también de color, a una chica embarazada. Me sentí mal por ella, parecía de unos 15 ó 16 años y tenía su vientre bastante grande. Sentía lástima por lo que tenía que soportar. Insultos y hasta agresión.

Tuve una compañera de clases embarazada también, me sentaba junto a ella y escuchaba todas las mierdas que le decían. Uno de esos idiotas era Brad.

-Oh, perdón. ¿Te golpee? El hombre gordo es un odioso.- decía un chico en el siento que estaba libre junto a mí.

Ni siquiera el hombre de color quiso sentarse junto a mí, prefirió quedarse de pie. ¿Tan mal olía? ¿Me veía como loco?

-Soy Miguel.

Me sorprendí un poco de lo extraño que hablaba y de su nombre. Definitivamente de no era de acá. Claro que siempre hay turistas o nuevos residentes latinos, más que todo mexicanos, pero este era... raro.

-¿Cómo...? Repítelo.

-Miguel. No te preocupes.- rió -Ya me ha pasado. Todavía estoy aprendiendo el idioma también.

-¿De dónde eres?

-España.

-Wow. Está bastante largo.

-Lo está, pero no es realmente...

-Migue...- vi sobre él y era la chica embarazada. Fue hasta ese momento en que me di cuenta que este chico tenía un bolso de esos que usan las mamás para guardar cosas de bebés. Él sacó una manta y se la pasó. Ella le sonrió. -Gracias.

-Pero como te decía...- se volteó y siguió hablando conmigo. -No es realmente tan...

-¿Es tu bebé?

-¿Qué?

-El bebé de la chica.

-¿Natalia? Oh, no, no no... Aunque me gustaría. - lo miré confundió. -Es la típica historia de la chica enamorada de un idiota que solo la quiere por sexo, pero ella cree que en verdad la ama. Si yo hubiera sido su novio, no estaría pasando esto.

-Oh... lo siento. ¿Por eso se fueron de España?- me cayó un balde de "mejor cierra la maldita boca ya" en la cabeza. -Lo siento, lo siento. No es de mi incumbencia. Perdón.

Rió. -Está bien. No te preocupes. Pero puede decirse que sí. Le prometí ayudarle con el bebé. Lo cuidaré como si fuera mi propio hijo. Aunque ella solo dice que seré un gran tío. Sólo me ve como un amigo.

-Oh... Eso duele.

Me hizo una sonrisa triste y luego la miró. -Algún día lo notará, me notará.

-Así se habla. Las chicas solo son un poco... complicadas. Con sus... hormonas y... cosas de... niñas. Tu sabes.

Rió y me miró.

-Creo que nunca te enamoraste de una.

-Es solo que he estado muy ocupado con cosas en mi casa. No tienes idea. No tengo tiempo para sentarme en mi porche y ver a las chicas pasar.

SEÑOR PSICOLOGÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora