16. La Cura

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Sentí un dolor en la espalda cuando me desperté. Otra vez dormí mal. En todo este mes fue así y esperaba que dormir en una cama diferente lo quitara. Pensé que era el colchón, pero tal parece que es la posición en que duermo.

Me levanté con hambre. Demasiada hambre. Anoche solo seguí a Dasher al cuarto de invitados y caí. Estaba tan cansado, no me preocupé en absoluto de la comida.

¿Cuánto tiempo tengo sin comer? ¿Dos días? ¿Unas horas? Todavía no comprendo lo que pasó, y no quiero.

Me levanté y caminé hacia la cocina. Era un apartamento de una planta. Bastante lindo y cálido. Me sentía bien estar aquí. En mi "casa" siempre hay mucho frío. Aquí es realmente acogedor.

-Hey.- levanté la mirada y vi a Dasher en la cocina. -Espero te guste el tocino.

-No tengo hambre y... estoy dejando la carne.

Levantó una ceja y dejó el sartén en el fuego. -Es una broma, ¿no?

Lo había pensado de hace tiempo. La carne comenzaba a parecerme asquerosa, pero nunca me gustaron las verduras más allá de la papa. Y siempre volvía a lo mismo. Compraba hamburguesas porque era lo más rápido y barato que había de vuelta casa después de la escuela.

Negué con la cabeza. -Si no te molesta...

-No, no. Adelante. El baño está al final del pasillo.- Asentí y me volteé para ir al pasillo. -Tim, puedo hacerte otra cosa. Panqueques, waffles,... hay cereal sobre la refrigeradora y para suerte tuya, tengo leche de soya.

-Solo voy a darme una ducha rápida.- me volteé.

-Necesitas comer.

-No tengo hambre.

-Sí, claro. No vas a estar aquí sin comer.

-No te preocupes. Me iré después de la ducha.

-Hey, no, no. No.- caminó al frente mío y me sujetó de los hombros. -Me preocupo por ti, Tim.

-¿Por qué?

-Eres mi... uhm... eres como un hijo para mí, como un hermano pequeño para mí.

-Entonces, ¿por qué me besaste?

-¿Qué?

Bufé y me alejé de él. -¿Por qué demonios me besaste esa vez? ¡Si realmente me vieras como eso que dices, no lo hubieras hecho! ¡Eso no se hace! ¡Eres un maldito pedófilo! ¡Quieres...!- abrí los ojos cuando al fin comprendí todo. Ahí estaba. ¿Por qué no lo vi antes? -¿Crees... crees que solo porque Paul hizo conmigo todas esas mierdas, tú... crees que soy gay y voy a "caer" en tu mierda? ¡Asqueroso! ¡Eres un...! ¡Me das asco! Te demandaré, pondré un maldita orden de restricción.

-Tim...

-¡NOSOYGAYMALDITASEA!

-Tim, relajate.

-¡CREÍ QUE ME APOYABAS! ¡PERO ERES IGUAL A ÉL! ¡IGUAL A TODOS ESOS DESGRACIADOS!

-Tim...

-¡ME LARGARÉ DE AQUÍ AHORA MISMO!

-Tim, no seas inmaduro.

Pero empecé a caminar al cuarto. Porque por alguna razón pensaba que tenía algo que se me olvidaba. No traje nada. Sin dinero, o teléfono, o llaves de la casa. Nada.

-Tim...- Dasher venía detrás de mí.

-¡Tim!

-¡Tim!

Llegué al cuarto y cerré la puerta. Voy a salir por la ventana. Siempre lo hacía y ahora no era la excepción.

-¡Dios, Timothy! ¡Abre la puerta!

SEÑOR PSICOLOGÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora