Capítulo 1

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Una tarde de finales de agosto, los padres de Alena fueron de viaje de negocios. La joven, decidió quedarse en casa ya que había estado discutiendo excesivamente con sus padres por problemas con sus estudios. Una vez que la chica se despidió enfadada de su familia, se puso a merendar galletas con chocolate. Pero como Alena nunca paraba quieta decidió también buscar y buscar ofertas para irse a estudiar a otro país y al fin poderse dedicar a aquello que tanto amaba.

Alena se pasó toda la tarde buscando lugares de estudio y también ofertas de trabajo. Al principio no obtuvo muchos resultados, pero al fin se topó con algo que realmente le ilusionó el día. La joven apuntó todos esos datos que le fueran necesarios para al fin, cuando llegaran sus padres, poder explicarles todo perfectamente.

Ya iban a ser las doce de la noche, por lo que Alena se empezó a preocupar por la llegada de sus padres. Decidió llamar a su mejor amiga, Iveth, para contarle todo lo que había encontrado para irse a estudiar fuera. Iveth estaba un poco angustiada y a la misma vez muy alegre por su amiga. Las dos muchachas se estuvieron bastante rato al teléfono por lo que la conversación llegó al punto en el que Iveth también empezó a cuestionarse por la llegada de los padres de Alena. Iveth decidió colgar para que Alena finalmente pudiera hacer una llamada a su madre. Las chicas se despidieron al mismo tiempo que decidieron que mañana a la tarde quedarían para hablar de todo el tema y aclararse un poco con lo que sería la nueva situación de Alena.

Al finalizar la llamada Alena directamente se puso a marcar el número de su madre. Después de muchos intentos la joven se dio por vencida y lo intentó con su padre, que tampoco acabó contestando. En ese momento a la joven no se le ocurrió nada más que prender la televisión. La primera noticia que Alena vio en pantalla fue que un coche con dirección a Vigo había sido arrollado por un camión cuyo conductor iba borracho. En ese momento la chica empezó a llorar desconsoladamente con muchísima rabia e impotencia dentro del cuerpo. Alena empezó a dar patadas a los muebles de la casa, incluso a romper objetos. Su vecina, que escuchó todo des de su casa, picó al timbre y al abrir Alena cayó entre sus brazos. Esa noche fue la más trágica de su vida.

A la mañana siguiente, la joven no se sentía persona. De repente acababa de quedar huérfana por culpa de un maldito borracho conduciendo. Alena todavía no se podía creer lo ocurrido, y es por eso que la muchacha necesitaría de una buena terapia que la ayudara a superar la montaña que se le venia de frente.

Durante los días de luto, la chica, vivía con su abuela para no dejar que cometiera cualquier estupidez estando sola en casa. Al pasar una semana del día que marcó su vida, la família decidió enterrar a los padres de Alena. Dicho y hecho, fue una ceremonia muy íntima en la que sólo asistieron familiares y amigos muy cercanos de la pareja fallecida.

La vida siguió para la joven Alena, no de la misma manera, pero continúo al fin y al cabo. La chica estuvo yendo a terapias grupales para superar el trauma y lo cierto es que cada vez veía la vida de diferente modo, es decir que ya pensaba con un poco más de positivismo. Poco a poco iba volviendo a ser la Alena que un día fue.

El gran cambio de AlenaWhere stories live. Discover now