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— ¡Hola Ho Seok!— le saludé al llegar al aula.

El chico se encontraba entretenido jugando en su teléfono.

— Oh, hola Ned. ¿Qué tal el día?

— Nada agradable pero bueno— me dejé caer en le asiento.— ¿Cómo está Kookie?

— Le dejé con mi madre en casa. El muy descarado se pasó la madrugada completa pidiendo que le diera un pedazo de pizzas.

Reí de su mala cara y en ese instante llega Sofía.

— ¿Y usted con esas caras de pocos amigos que tienen?

— Nada, pues ayer nos encontramos en el establecimiento de diversión para perros.

— Oh, que novedad, al parecer también tendré que adoptar algún cachorro.

— Pues no te haría para nada mal— le dije acomodándose en el asiento al ver al profesor entrar al aula.

El día había sido bastante acogedor, pero hasta el momento no habían orientado más ningún proyecto y eso me hizo sentir aliviada. Más tiempo para pasar con mi regordete.

Las clases de la tarde pasaron bastante rápido y pude marcharme rápidamente a casa sin antes pasar por la tienda de variedades que había a unas cuadras y comprar algunas galletas para perro que le gustaban a Puppy.

Entre al edificio y apresurada entre al elevador presionando el botón de mi piso. Estaba contenta por llegar y estrechar a mi bebé entre mis brazos.

Ese amor que nos habíamos dado con este poco tiempo se había hecho muy especial para mí.

Busqué las llaves en el bolso y abrí la puerta, me sorprendió no haber visto a mi cachorro recibirme y eso me extrañó. ¿Tal vez se había quedado dormido?.

Cerré la puerta con cuidado y fui revisando las habitaciones de mi departamento en su busca, finalmente llegando a la puerta semiabierta de mi habitación.

— ¿Puppy, dónde estás?— pregunté mientras tomaba el pomo de la puerta y la empujaba hasta adentrarme en la habitación.

Una enorme bola de sábanas se encontraba revuelta en la cama, cual esta cubría un enorme bulto. Mi cabeza comenzó a formular mil de teorías locas.

¿Acaso un ladrón había entrado a la casa?

Mi corazón comenzó a palpitar. Todo estaba en su orden, pero Puppy no estaba.

— ¿Puppy, bebé dónde estás?— dije con una voz temblorosa.

¿Se habrá escapado tal vez?

El enorme bulto de la cama comenzó a moverse y me asusté casi cayendo de trasero al suelo. Tomé un jarrón que se encontraba casi justo a mi lado y lo empuñé decidida a darle una paliza a la cosa extraña que estuviese bajo las sábanas.

Una cabellera platina se asomó de entre las pulcras sábanas blancas de la cama. Luego aquellos ojos celestes. Una piel clara, una nariz fina y unos labios regordetes.

Un chico que parecía perfecto dejó caer las sábanas al asomarse. Estaba desnudo de torso dejándome ver un cuerpo no muy exagerado de músculos pero lo suficientemente formado. Pero aquel angelical rostro no se desprendía de mi vista.

—¿Pu-pp-y e-res tú?— Le dije mientras tartamudeaba incapaz de hablar.

Él solo me observó incrédulo y arrascó su cabello platino dudoso. Sus labios se entre abrieron con el objetivo de querer decir algo pero nada salía de ellos.

Tomó las sábanas que lo cubrían y junto a ellas se levantó arrastrándolas por el suelo. Yo permanecía ahí estática en la puerta. No más su cercanía se hizo tan presencial que retrocedí haciendo que mis pies chocasen entre ellos mismos y cayera de culo hacia el suelo haciendo que el cristal se rompiese en múltiples pedasitos.

Su mirada recayó en mí asustado. No sabía ni que hacer.

¿Qué sucedió?

— ¿Quién eres?— pregunté desde ahí abajo, él se había agachado a mi altura, no creía lo que veía. No toleraba tal presencia perfecta ante mis ojos.

Me miró fijamente mientras giraba la cabeza confuso hacia un lado.

— ¿Puppy?— musitó entre labios casi inaudible. Mis vellos se erizaron y una corriente eléctrica recorrió mi columna.

¿Era el aquella cosa regordeta que jugaba conmigo en las noches, la cual dormía entre mis brazos, aquel que le gustaban mucho las galletas y el helado?

— ¿Eres tú? ¿Tú eres Puppy?

Miró su cuerpo extrañado y luego asintió.

Me levanté del suelo rápidamente sacudiéndome las manos mientras tragaba duro. ¿Qué haría ahora?

Llegué al salón y miré a mi alrededor.

¿Será posible que mi cabeza no formule nada ahora?

¿Qué hago con él, qué hago?

Un quejido se escucha de su parte cosa que me asusta y corro en su dirección. El jarrón que había roto hacia unos instantes dejó sobre su frágil piel incrustado pequeños pedasos.

— ¿Estás bien?— le pregunté acercándome. Su pie se levantó unos centímetros mostrándome pedacitos de cristal incrustados en su pie dejando que las gotas de sangre rodacen. Le dije que retrocediera y fuese a mi habitación.

Tomé mi botiquín de emergencias y corrí en su dirección. Se encontraba en mi cama con los pies sobre ellas quitándose el mismo los pedacitos mientras gruñía.

— Ten cuidado— Le dije acercándome.— Puedes lastimarte.

Dejé sobre el suelo el botiquín y saqué una pequeña pincita, alcohol y algodón.

Saqué todos los pedacillos de cristal y limpié la heridas, todo aquello con algunos gruñidos de su parte. Finalmente vende su pie.

Suspiré una vez terminé y acomodé los restos de algodón que debía botar, guardé los utensilios y le miré atenta, encontrándome con su cálida mirada.

— Dios, como llegaste a convertirte en esto.

— Fuiste tú— me miró mientras pronunciaba aquellas palabras. Me volví a erizar.

— ¿Yo? ¿Qué he hecho para que seas así?

— Tú me quieres. Tu querías que Puppy fuera humano— sus inocentes palabras me hicieron querer apretujarlo entre mis brazos. Era adorable tanto como cuando lo tenía como mi bebé.

Sólo había sido un tonto pensamiento psicópata mío. ¿Una persona tan sola como yo de vez en cuando quiere hablar no? Pues él era mi única compañía y fiel confidente.

— Sí, es cierto, yo quería que Puppy fuera más que un cachorro— dije acariciando su sedoso cabello. Sus ojos se cerraron ante mi tacto y incitaba a que siguiera acariciándole.— Pero aun no me explico como es que llegaste a ser humano. Esto es raro, muy raro.

— Jimin es mágico.— Reí con sus palabras.

— ¿Jimin? ¿Ese es tu nombre?— asintió mientras aún le acariciaba.— Sí, definitivamente eres mágico. Parece más una metamorfosis. Una loca y rara metamorfosis.






 Una loca y rara metamorfosis

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Mo_chu12🎈

𝐏𝐮𝐩𝐩𝐲, 𝐈𝐭'𝐬 𝐓𝐡𝐚𝐭 𝐘𝐨𝐮? • [𝐏.𝐉.𝐌]. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora