lujuria

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la lengua del desconocido recorría mi cuello con maestría, era como si estuviese probando el mejor manjar de su existencia, su olor a canela, comino y menta me estaba inundando al igual que las olas de placer que su boca me estaba brindando, sus delgadas manos bajaron para desabrochar la camisola de seda escarlata con hilos de oro, sentir sus manos subiendo por mi pecho me hicieron hacer la cabeza para atrás, un ligero suspiro salió de mi cuando sentí sus manos frías recorrer mi torso desnudo, llevó una de sus manos a mi pecho y lo delineó delicadamente con sus dedos, subió a mi cara y me besó, su lengua pasó delicada por mis labios y yo abrí mi boca dándole paso, huelga decir que era todo un experto pues más de un gemido salió descarado de mi, al separarnos lo vi a los ojos y hubo algo en ellos que me pareció preocupantemente conocido pero con las copas de vino encima no me importó en lo más mínimo la identidad de mi amante,  bajé mis manos hasta los botones de su camisola, su piel empezó a verse, era pálida y hermosa, era un lienzo en blanco que planeaba pintar con mis manos, su abdómen estaba ligeramente marcado, pasé mis manos por el hasta subir a su pecho el cual estaba trabajado pero sin exagerar, besé su cuello y un ligero sabor a jazmín me provocó aún más, mordí dejando una marca que sin duda estaría roja en poco tiempo, su piel era deliciosa, mis manos subieron por su espalda, sentí unas marcas pero nada extraño, seguro eran de guerra, lo vi a los ojos una vez más, estos me provocaban a querer cada vez mas, el se dio cuenta, me sonrió de lado y me tiró en la cama, se puso sobre mi a horcajadas, y siguió besandome como si su vida dependiera de eso, cuando menos me di cuenta su mano derecha se ubicaba en mi miembro, subía y bajaba la mano con una rápidez delicada, curvé mi espalda y abrí la boca soltando gemidos escandalosos, además de su mano, su boca besaba mi abdomen, cuando sentí su aliento en la punta de mi miembro sentí que el alma se me salía del cuerpo, si es que en serio teníamos una de acuerdo a los alquimistas, tomé su cabello blanco y marqué un ritmo, el extraño lo siguió sin problema, al parecer tenía experiencia, después de unos minutos desesperantemente placenteros de ver las estrellas bajo mis párpados, sentí que estaba viendo la galaxia entera cuando su lengua se introdujo ligera en mi mientras su mano trabajaba en mi miembro, mis muslos se cerrraron alrededor de el pero no le importó en lo más mínimo, entonces algo entró a mi y por Dios que estaba seguro que no era un dedo, cuando abrí los ojos el estaba entre mis piernas, era un dolor realmente fuerte, me estresaba que aún tuviera puesta la máscara

-quitáte la máscara- le pedí pero el negó con la cabeza para después empujarse dentro de mi antes de que yo pudiera decir más, sentía que me estaba rompiendo por dentro pero no me importaba, entre más molestia mas queria que lo siguiera haciendo, entonces tocó una parte dentro de mi que hizo que viera todo el jodido universo bajo mis párpados, al ver mi reacción aumentó la velocidad y el choque con esa zona, mis manos apretaban con fuerza la sábana de seda, y los gémidos salían desesperados, y eran aún más ruidosos cuando aumentaba la velocidad de la nada, cualquiera que me hubiese visto me hubiera tachado de poseído y básicamente era algo así, la lujuria me estaba poseyendo sin ninguna consideración, vi su cara, su boca estaba ligeramente abierta y sus ojos estaban cerrados mientras unos roncos jadeos salian de su boca, era una poesía a la lujuria y al deseo que era recitada en una atmosfera de perversión y mucho pero mucho deseo.

Las estrellas volvieron a aparecer bajo mis ojos, esta vez multiplicadas por mil, mi espalda se curvó y todo en mi se empezó a contraer, el extraño gimió aún más fuerte y al momento en que tuve el que probablemente fue el mejor orgasmo de mi existencia algo me dijo que se había venido dentro de mi, pero en ese momento no me podía poner de exquisito, había sido el mejor polvo en años, salió de mi y se dirigió al baño, yo me quedé en la cama razonando lo que acababa de pasar, mi primera vez con un hombre y además el mejor sexo de mi corta vida, vaya forma de terminar una noche, quise quedarme despierto hasta que saliera del baño pero me quedé dormido.

HABLA HYUKJAE

Abrí los ojos y una terrible jaqueca me azotó en cuanto el sol me cayó en los ojos, me puse boca abajo y entonces abrí los ojos de golpe...ayer había sido el baile de prometida del príncipe y yo, yo tomé mucho haciéndome pasar por un conde, y ¿que más pasó? no recordaba básicamente nada de lo que había pasado, me había tomado cerca de 3 botellas de vino y 5 copas de aguardiente y unas cuantas trufas con licor de almendra, me levanté como pude y salí al patio de sirvientes para bañarme, el agua helada provocaba unos fuertes escalofrios en mi cuerpo, recuerdos llegaban violentos a mi mente sobre la noche anterior, había bailado y comido mucho, me vestí y me dirigí a la oficina del señor Heechul, al entrar lo vi con una cara de pocos amigos fumando opio y medio dormido, al parecer seguía ebrio, entre en silenci y tomé algo de menta, subí al cuarto del prínicipe y toqué la puerta, ni de loco quería otros azotes

-¡adelante!- escuché su voz algo molesta, entré y lo encontré con una bata mal puesta, se frotó los ojos y se puso de pie, volteó a ver a su alrededor 

-¿tu me trajiste aquí anoche?- preguntó confundido

-no señor- dije sintiendome no tan seguro de eso, pues tenía una laguna mental gigantesca, el asinitó y se acercó a mi, me vio y frunció el ceño

-Hoy iras al pueblo con Marforde para que la ayudes en lo que necesite- me dijo algo nervioso, se dirigió al baño y la rutina siguió como siempre, después de auxiliarlo a encontrarle forma a un saco nuevo bajé a la cocina para irme al pueblo con Marforde.

Mi cabeza permaneció doliendo todo el día, durante el camino al pueblo los ojos grises de Marforde me analizaban de arriba para abajo, en su mirada se detonaba la duda

-¿Que pasa Marforde?- pregunté harto de su mirada, ella sonrió y negó con la cabeza

-nada hjo, es solo que vi la marca que tienes en tu cuello y no pude evitar recordar algo que vi durante el baile del señorito, pero no es nada, mi memoria de ancia ya está fallando- dijo riéndose y moviendo su mano derecha restándole importancia

-¿que es lo que vio?- pregunté curioso, ella frunció el ceño y acomodó el blanco cabello detrás de su oreja

-Son alucinaciones mías, el señorito entró con otro joven a una alcoba de la planta baja- entonces el dolor en  mi cabeza se intensificó -y casualmente el otro joven era muy parecido a usted- dijo Marforde asintiendo recordando la escena, después me siguió hablando de como seleccionar los mejores pescados pero no escuchaba nada en realida, mis ojos estaban abiertos como platos...anoche el príncipe y yo estábamos muy alcoholizados y el..el me había besado, no, no podía ser, n ide broma había tenido el mejor polvo de mi vida con el, era un error, un juego en la mente de Marforde y en la mía, era un mala jugarreta de la borrachera, yo lo odiaba, la lujuria no podía sobreponerse a mis deseos de venganza.

Larga Vida al Rey EUNHAE (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora